El Presidente, el Atuel y Portezuelo

Las declaraciones públicas del Presidente de la Nación con relación al conflicto que mantiene La Pampa con la provincia de Mendoza por el corte del río Atuel abren una puerta al optimismo, y por partida doble.
En principio porque las expresiones del jefe de gobierno, realizadas al principal medio de comunicación mendocino, fueron muy claras con respecto al señalamiento de la deuda que tienen los cuyanos con nuestra provincia. En unos pocos párrafos el Presidente dijo mucho. Dijo que iba a asumir el papel de "árbitro" para que "se respete el derecho de ambas provincias"; habló de "asegurar" a los pampeanos "el agua que viene del Atuel"; mencionó la "historia" que muestra que "los mendocinos no le han cumplido mucho a los pampeanos"; y se presentó como "garante" para revertir ese incumplimiento.
No es poca cosa en boca de la máxima autoridad política de la Nación. Hay que ver ahora cómo son recibidas estas declaraciones en Mendoza, cuyas autoridades suelen mostrar parámetros muy curiosos a la hora de interpretar hechos y palabras. Por mencionar unos pocos casos, recordemos que han negado la condición de río al Salado-Chadileuvú, y que el propio Atuel, para ellos, "nace y muere en Mendoza" a pesar de que fue "oficialmente" declarado interprovincial por la Corte Suprema de Justicia en base a irrefutables datos científicos. Hay muchos otros ejemplos que, para no aburrir al lector, se prefieren omitir por ahora.
El otro aspecto que también habilita una mirada optimista está referido a la presa Portezuelo del Viento. El correcto enfoque del Presidente, al reconocer el problema ocasionado por el corte del río Atuel, los perjuicios que provocó a nuestra provincia y su mención puntual como una "deuda" de Mendoza para con La Pampa adquiere singular relevancia en estos momentos. Uno de los puntos cruciales que hoy está en discusión en el Coirco, el comité de cuenca del río Colorado, es el manejo de las aguas que embalsará Portezuelo del Viento. ¿Estará a cargo de las autoridades de la cuenca, es decir de las cinco provincias condóminas como en el caso de Casa de Piedra, o de Mendoza en forma exclusiva como lo viene exigiendo esa provincia desde siempre? No es una cuestión menor.
El antecedente del manejo arbitrario del complejo Los Nihuiles por parte de Mendoza debería obrar en las autoridades nacionales para no repetir el mismo error. Si Mendoza ya provocó el mayor desastre ambiental del país con su manejo exclusivo del río Atuel, nadie puede garantizar que no vaya a suceder lo mismo con Portezuelo del Viento en un río casi tres veces mayor y cuyas aguas irrigan grandes superficies en producción en Río Negro, La Pampa y, muy especialmente, Buenos Aires en donde hay más de cien mil hectáreas bajo riego.
¿La administración del agua de todo este gran sistema va a quedar en manos de una sola provincia a pesar de que involucra a cinco y de los pésimos antecedentes que ostenta Mendoza? Hoy se está a tiempo de proceder en forma razonable. Mañana, con los hechos consumados, será tarde. La Pampa puede dar fe de ello.