Miércoles 24 de abril 2024

El caso Assange y las dos varas para medir

Redacción 09/02/2016 - 03.37.hs

Señor Director:
El caso generado alrededor del australiano Julián Assange, refugiado desde 2012 en la embajada de Ecuador, en Londres, no ha logrado la resonancia que merece.
Esto se debe a que estos temas dan lugar a un proceso que se prolonga sin que llegue a despertar las conciencias más distraídas o adormecidas, y, también, en parte, a que no interesan a los medios que explotan las tragedias ajenas, muchas de ellas simuladas para mantener en cartel a gente de la farándula y vender ya que esta mercadería siempre tiene consumidores muy ávidos. Si bien lo que hizo Assange y que le dio la notoriedad previa fue una hazaña que puso en evidencia aspectos generalmente ocultados con relación a conflictos políticos o bélicos y a prácticas de la diplomacia, no ha sido suficiente para que haya clamor por su libertad.
Assange fue el creador de la organización llamada WikiLeaks, empeñada en poner en evidencia las cuestiones diplomáticas, políticas y militares que constituyen parte de la verdad del acontecer y que generalmente se ocultan al conocimiento inmediato del "soberano", ya para siempre o para plazos de décadas luego de los cuales algunas potencias revelan al menos una parte de documentos "secretos" de operaciones y conflictos. No es grato enterarse, en cuanto integrantes del proclamado soberano (el pueblo llano especialmente) que en más de un aspecto recibe el trato que se da a los niños, a los cuales ciertas verdades le van siendo reveladas a medida que crece su capacidad de que el nuevo saber no altere el modelo de educación y formación que cada cultura elige. Sobre este tema días atrás pudo leerse una humorada de esas que dejan pensando. Alguien le pregunta a un muchacho qué piensa del diablo y él le contesta que no lo entiende del todo pero que sospecha que puede ser como en el caso de los reyes magos, Papa Noel y el ratón Pérez, que, al final, son los padres. Juan Pueblo generalmente se halla muy entretenido con sus problemas y con las distracciones y espectáculos que le están ofrecidos y casi carece de tiempo y a veces de interés para preguntarse qué será lo que hay oculto en la información "oficial" acerca de un hecho resonante. Lo que hizo WikiLeaks tiene semejanza con la conducta de los muchachos que han sabido clandestinamente que son "los padres" y se dedican a transmitir ese saber a los más pequeños, "arruinándoles" la ilusión, solo que en su caso Assange no hizo revelaciones prematuras a los menores sino a quien llamamos soberano y creemos que debe ser tratado como adulto. ¿O se dirá que esta conducta de utilizar la mentira o ocultar la verdad o parte de ella es necesaria porque "los otros" (los estados con los que hay conflicto o no hay relación franca) proceden de igual manera y no es el caso dejar que controlen la "opinión pública"?
Como se ha divulgado en estos días WikiLeaks permitió conocer mensajes secretos sobre las guerras de Irak y de Afganistán del mando militar o la inteligencia de los Estados Unidos, principalmente, y también de otras naciones. Incluso, la Argentina pudo saber por este medio quiénes eran los políticos y hasta un fiscal judicial que visitaban con mayor o menor asiduidad la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires. Otras organizaciones del mismo tipo hicieron lo mismo, antes o después que Assange y hay algunos responsables que la están pasando tan mal o peor que el creador de WikiLeaks.
Assange es reclamado por Estados Unidos por este "espionaje" y tiene un proceso abierto en Suecia por presunto abuso sexual. Este país pidió su detención y el Reino Unido se dispuso a detenerlo y trasladarlo a Suecia. Assange halló refugio en la embajada de Ecuador en Londres y allí está desde junio de 2012. Ahora, un procedimiento de investigación de las Naciones Unidas ha dictaminado que debe ser liberado e indemnizado. Estas decisiones de la ONU no obligan a su acatamiento, pero han sido generalmente respetadas.
Atentamente:
Jotavé

 


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