Martes 30 de abril 2024

El sionismo muestra en Gaza su rostro más criminal

Redacción 22/11/2012 - 04.46.hs

Desde el 14 de noviembre y hasta la tregua anunciada ayer, bombas de Israel impactaron en la población de Gaza. Son crímenes de guerra que difícilmente sean juzgados en lo penal por la comunidad internacional.
EMILIO MARIN
La Franja de Gaza mide 40 kilómetros de largo por 14 de ancho. Allí habita 1.700.000 palestinos, absolutamente bloqueados por Israel desde que en 2007 ganó las elecciones el Movimiento de Resistencia Islámica, Hamas.
La concentración de personas convierte a la zona en una de las más densamente pobladas del mundo, 4.500 habitantes por kilómetro cuadrado. Tirar bombas allí, aún las supuestamente "inteligentes", es un atentado a la vida de la población civil. Israel lo sabe. Y quizás por eso procedió a bombardear Gaza de día y de noche, preferentemente cuando las familias duermen y cada misil que pega en un hogar puede aniquilar a más personas.
Al proceder de ese modo, se demuestra que su campaña, engañosamente denominada "Pilar defensivo", busca dos objetivos. Uno, que los palestinos no puedan vivir en esa tierra arrasada, sin infraestructura, agua ni energía eléctrica, sin alimentos, sin viviendas y ninguna seguridad de vida, por lo que tendrían que irse. Sería el sueño del gobierno de Benjamin Netanyahu, que se apropiaría de esa lonja supuestamente sin habitantes.
La otra meta es que la población afectada reaccione violentamente contra las autoridades de Gaza y el primer ministro Ismail Haniyeh, a quienes querría que se visualicen como los "responsables" de las penurias. Destruir políticamente a Hamas es el blanco de tantas bombas.

 

Objetivos civiles.
Esos artefactos de la muerte llueven desde los aviones F-16 y drones no tripulados, todos provistos por Washington, así como lanzados por la artillería y tanques israelitas, amén de los que dispara su fuerza naval desde el Mediterráneo.
Han sido bombardeados 1.500 "objetivos". Las comillas subrayar que los blancos no han tenido significación militar, salvo que los militares israelitas consideren que escuelas, edificios, oficinas de prensa, clínicas y simplemente hogares sean de esa condición.
En una vivienda fueron ultimados once miembros de una familia; sólo pudieron enterrar a nueve porque aún buscan bajo los escombros a dos adolescentes. Tales "hazañas" israelitas han podido demostrarse no sólo por las denuncias de los palestinos sino también por algunos periodistas que pudieron entrar a Gaza. Varios han sido heridos por
habitar oficinas bombardeadas a sabiendas por la aviación israelita.
¿Creerán que así la prensa se irá del lugar? Netanyahu quiere ese éxodo, pero aún cuando aquellos se retiren en resguardo de sus vidas, los crímenes ya están documentados.
Paradójicamente para quienes detestan al diario "La Nación", este cronista incluido, varios artículos de su enviada Elisabetta Piqué, han sido muy esclarecedores. Sería bueno que las lean los dirigentes de la Daia, AMIA, OSA y otras entidades sionistas de Buenos Aires, empeñados en justificar la masacre y apoyar a Netanyahu. Este premier algún día tendrá que ir preso ante el Tribunal Penal Internacional por estos y anteriores crímenes de lesa humanidad.

 

Responsabilidad del imperio.
Netanyahu y su ministro de Defensa, Ehud Barak, no podrían haber ido tan lejos sin contar con la "luz verde" de Barack Obama, el Pentágono y el Departamento de Estado. Al principio de esta ofensiva, EEUU apoyó la conducta de Israel, afirmando que estaba en todo su derecho de proteger su seguridad y dar una respuesta "al terrorismo".
Tan es así que el premier israelí amenazó con invadir por vía terrestre e "ir hasta el final", o sea concluir "la limpieza" humana que empezó con "Plomo Fundido" (fines de 2008-principios de 2009). Si terminó firmando un alto del fuego, eso tuvo que ver por un lado con la resistencia palestina, que ya se analizará, y con ciertos límites que le puso Obama. Esto no por ninguna humanidad con los palestinos sino por el cálculo de que una "solución final" en Gaza lo hubiera comprometido políticamente más allá de lo conveniente y le habría creado problemas con gobiernos árabes que hoy son sus aliados (Qatar, Arabia Saudita, Jordania, etc).
Queda demostrado que, a la hora de comenzar la carnicería y al pararla transitoriamente, el gobierno sionista tiene en cuenta -en última instancia- las conveniencias estadounidenses. Netanyahu dice tener determinada autonomía de vuelo, pero en realidad es un mastín, con dientes atómicos y todo, manejado por la Casa Blanca. A veces lo chumba, otras lo sofrena y en ocasiones lo suelta para que muerda. Pero uno es el dueño y el otro "simplemente un perro", para parafrasear a Alberto Cortés.

 

La secretaria de Estado, Hillary Clinton, y el presidente de Egipto, Mohamed Morsi, anunciaron un alto al fuego que comenzó a regir desde ayer. Netanyahu puede considerar que la campaña de bombas fue muy positiva. Según las encuestas, ha crecido un 20 por ciento en intención de votos, para las elecciones del próximo 22 de enero. Barak también cotiza en alza; cada edificio derrumbado por sus aviones le reportó un montón de sufragios.

 

El momento.
La instrumentación electoral del drama palestino, también debe ser tenido en cuenta para entender por qué el sionismo atacó ahora. Es casi una ley: Shimon Peres agredió El Líbano en 1996, Ehud Olmert lo hizo en Gaza con "Plomo Fundido" en 2008 y ahora Netanyahu hizo su "Pilar Defensivo", siempre en víspera de elecciones. A veces les salió el tiro por la culata, pues Peres y Olmert perdieron esos comicios. Israel es una potencia atómica y cuenta con una maquinaria militar de su ejército (Tshal) con la que puede ganar, empatar o perder sus batallas contra los palestinos. Pero difícilmente pueda pasar la prueba de la opinión pública mundial, luego de estos crímenes aberrantes. Una columna de Roger Cohen, cuyo nombre no luce como islámico, publicó en The New York Times una columna titulada "Israel vuelva a un pasado que nunca dio resultados". Allí cita: "Gilad Sharon, el hijo de Ariel Sharon, que orquestó el retiro de Israel de Gaza en 2005, tiene una idea para terminar con esto, y así lo expresó en el diario The Jerusalem Post: 'Tenemos que derribar barrios enteros en Gaza. Derribar toda Gaza. Estados Unidos no se detuvo con Hiroshima. Como los japoneses no se rindieron de inmediato, también tiraron la bomba en Nagasaki. En Gaza no debería haber ni electricidad ni combustible ni vehículos en movimiento: nada. Entonces sí que pedirían realmente un alto el fuego'".
Entre el sionismo y el nazismo debe haber varias diferencias. Pero cuando se leen comentarios como el de Sharon Jr., cuesta mucho encontrarlas.

 

Lo nuevo de Hamas.
La agresión actual, a diferencia de la última en 2008-2009, no tuvo aún la forma de una invasión terrestre con los tanques y cañones israelitas adentro de la Franja, pero se pueden apreciar varios elementos novedosos de la táctica de Hamas.
Algunos pertenecen al campo de la política y diplomacia, y aunque hayan tenido un final infeliz, no dejan de ser positivos para su causa. Por ejemplo, el The New York Times y algunos medios israelitas confirmaron que el líder militar de aquella organización, Ahmed al-Jabari, era quien negociaba los términos de un acuerdo de paz con Israel, garantizando que no hubiera disparos de cohetes desde Gaza.
"El 14 de noviembre, Netanyahu tomó su decisión: Al-Jabari fue asesinado, con video incluido de su auto explotando por los aires", escribió Cohen.
O sea que el movimiento islámico tenía en cuenta la necesidad de una negociación de paz, por transitoria que fuera. Y Tel Aviv la cortó de cuajo, asesinando al negociador de la otra parte. Otro cambio de Hamas es que había abandonado la táctica del terrorismo individual contra civiles israelitas. Era corriente que estallaran bombas en restaurantes y lugares públicos en Israel, un método que no aportaba nada positivo para esa causa. Durante los últimos años no hubo casos de ese tipo, hasta que hace dos días se atentó en un ómnibus, dejando 17 heridos en Tel Aviv. Ojalá no sea un retorno a aquella metodología, pero en cualquier caso queda muy evidente quién fue el causante: "Pilar Defensivo".

 

Papel de Egipto.
Otra diferencia es el papel jugado por Egipto. Antes, con el corrupto y dictador Hosni Mubarak, el principal país árabe era un seguro aliado de EEUU e Israel. El Cairo tenía bloqueada a Gaza por el paso de El Rafah. Ahora el presidente Morsi ha tenido un papel más positivo, enviado sus ministros a Gaza y dando ayuda a los palestinos. Este aspecto puede haber incidido también para que Netanyahu desista al menos momentáneamente de la invasión.
Volviendo al terreno militar, ha sido decepcionante para el agresor ver que su sistema antimisiles "Cúpula de hierro", construida con 900 millones de dólares aportados por EE UU, no sirviera para parar a todos ni a la mayoría de cohetes palestinos. Según el analista norteamericano, profesor James Petras, fueron disparados 1.000 y sólo 300 fueron interceptados. Y otro detalle para preocupar a las autoridades sionistas. Entre los cohetes no había sólo artesanales "Qassam" de corto alcance sino también los de fabricación iraní, Fayr-5, de 150 kilómetros de radio. Tel Aviv y Jerusalén, por primera vez, tomaron nota de que no estaban a salvo.
¿Después del susto, querrán la paz o pedirán tirar los palestinos al mar?

 


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