Domingo 21 de abril 2024

El traslado de la sede de la Capital Federal

Redacción 27/08/2014 - 04.12.hs

Señor Director:
Desde hace poco más de un año el tema del traslado de la Capital Federal vuelve a mentarse y parece insinuarse cono propuesta para que se instale en la agenda política.
Los intentos no provocan adhesiones significativas, pero hay que suponer que el propósito de quienes los llevan a cabo consiste precisamente en eso: en reinstalar el tema en una agenda no necesariamente inmediata. El hecho de que ya estemos en un proceso preelectoral de alcance nacional, prematuro pero notorio, permite pensar que el objetivo es a mediano plazo.
Hay más de una razón para este retorno. En primer lugar, es la misma razón que motivó el más fuerte intento realizado desde la organización nacional, al comienzo del primer gobierno constitucional luego de la dictadura (presidencia de Alfonsín). Es presumible que haya estado en el pensamiento de Kirchner o del kirchnerismo, expresión ésta que abarca a parte del núcleo tradicional del peronismo y a un conjunto de agrupaciones y círculos intelectuales que se agregan y prestan un apoyo crítico. Cuando digo intelectuales, tomo esta palabra en el alcance que tiene ahora su uso entre nosotros y que comprende tanto a escritores de ficción como pensadores, investigadores y personalidades de las ciencias y las artes. El apoyo de una parte considerable de este último sector ha sido la novedad más destacada de lo que se denomina kirchnerismo. Sin ser tan gravitante en lo inmediato (en cuanto a cantidad de votos en elecciones generales), es indudable la importancia de su papel en el sentido de dar consistencia intelectual al proyecto político y a los efectos en el proceso de recuperación de cerebros para tecnología e industrias. También se ha hecho visible que una parte aparentemente menor de la franja intelectual se inclina por otras opciones o, como es también visible, se mantiene en una actitud de apatía o apoliticismo. Lo cierto es que el tema del traslado de la sede capitalina está retornando y ya ocupa a grupos que lo escogen como tema de debates.
La causa inmediata de este retorno puede estar dada por los problemas de la densidad de población, que se ha acentuado hasta tornarse crítico en un conurbano cada vez más congestionado y cada día más expansivo, en un proceso de círculos concéntricos que se alejan del núcleo portuario y avanzan en espacios de la provincia de Buenos Aires. Esta concentración poblacional, esta densidad creciente, tiene efectos políticos notorios, pues obliga a concentrar los mayores recursos en un área muy pequeña del país, como se puede apreciar con el proceso de recuperación de los ferrocarriles. Uno de los efectos penosos de este estado de cosas es el retraso relativo de enormes sectores del sur y del norte del país.
Uno de los que promueven el tema del traslado de la capital es el actual presidente de la cámara de Diputados nacional, quien días atrás avanzó unos pasos y reveló parte de un proyecto que parece estar incubándose con el objetivo que mencionamos. Domínguez avanzó al decir que la nueva sede debería ser Santiago del Estero, por su posición central en el territorio y con respecto a los dos océanos y, también, por su mayor acercamiento al territorio de las naciones del Mercosur y de Unasur. También dijo en esta oportunidad que el traslado de la metrópoli debería coincidir y favorecer el surgimiento de cien ciudades de mediano desarrollo, en el norte del país. Estas propuestas son insinuaciones que pueden entenderse como algo que los grupos de estudio han creído que deben dejar que trasciendan, a fin de dar entidad al debate que promueven.
Las viejas motivaciones (tan viejas como nuestra historia independiente) son más conocidas. Suelo sintetizarlas con la expresión "mirando al este", hacia el puerto y más allá. Mientras la sede actual mantenga su predominio, esta tendencia se hará cada vez más fuerte y demorará más la integración necesaria.
Atentamente:
JOTAVE

 


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