Lunes 22 de abril 2024

Hugo Chávez volvió a Caracas y hubo desfile por el Bicentenario

Redacción 07/07/2011 - 03.42.hs

Los opositores a su gobierno lo daban por muerto. El mandatario venezolano regresó el día antes del Bicentenario,
recuperado de la operación en Cuba. Un desfile cívico-militar celebró ese día con el rojo de los bolivarianos.
EMILIO MARIN
El Miami Herald, cloaca del anticastrismo de Miami, informó que corría grave riesgo la vida del presidente venezolano Hugo Chávez, de visita en Cuba. Su fuente era la "inteligencia norteamericana". Era una media verdad. Al 10 de junio al mandatario se lo había intervenido de un absceso pélvico, que le fuera descubierto luego de una revisión médica por mediación de Fidel Castro.
Allí no había tal riesgo mortal. Sí lo hubo luego, cuando nuevos análisis detectaron un tumor canceroso, extirpado el 20 de junio en una nueva operación a cargo también de profesionales cubanos.
Todo esto lo contó con lujo de detalles el propio Chávez, el 30 de junio, en un mensaje televisado a su población, donde se lo notaba mejor de semblante y con varios kilos menos. Otros videos, donde se lo veía de caminata con dos de sus hijas o bien trabajando con el canciller Nicolás Maduro, despejaron la incógnita.
Chávez le estaba ganando la pulseada a la muerte y a sus apologistas de Miami y de la propia Caracas burguesa. En Recoleta y los countries del Gran Buenos Aires también se piantaron algunos lagrimones, porque habían apostado por la victoria del cáncer.

 

Reveses opositores.
Ya desairados, todavía insistían en que el regreso del enfermo a Caracas debía servir para enrostrarle que era un fracasado y un dictador. Por ejemplo, Andrés Oppenheimer, del citado pasquín de Miami, escribió el 30 de junio: "El deterioro venezolano se debe en parte al caótico manejo económico de Chávez, en parte a la implementación de un modelo narcisista-leninista que apunta a destruir el sector privado y a crear un país de zombis dependientes del gobierno, y en parte a razones francamente inexplicables. Cuando Chávez vuelva a la luz publica, debería ser recibido como el autor de un verdadero milagro económico al revés".
Debe ser el enésimo revés de Oppenheimer -su apuesta de "La Hora final de Castro" fue el mayor fiasco que se recuerde, pifiando por ¡casi veinte años!-. Una multitud recibió a Chávez el 4 de julio, mucho antes de lo previsto y se agolpó en las inmediaciones del Palacio de Miraflores para escuchar sus primeras palabras tras el retorno. Fue una concentración impresionante donde el bolivariano agradeció las muestras de amor, destacó el rol de Fidel Castro en el diagnóstico y cuidado, así como el de los médicos cubanos. Luego se excusó de seguir hablando porque los facultativos le habían dado un permiso de sólo 30 minutos para ese acto. Explicó que no podría estar presente en el desfile del Bicentenario pero que lo seguiría desde su puesto de mando, en Miraflores.
Las plumas de la oligarquía, al conocerse la segunda operación y la extirpación de un tumor canceroso, olisquearon la muerte. Pasaron a comparar al enfermo con el fallecido Néstor Kirchner. Carlos Pagni escribió en "La Nación": "es inconfundible el aire de familia de Chávez con Kirchner. ¿Hay que preguntarse, entonces, por un estilo autoritario y absorbente de administrar el poder que, en sí mismo, enferma?". El periodista acusado por Repsol es muy poco científico: ¿Por qué contrajo cáncer Chávez de 56 años y no Fidel de 84, que sería aún más "dictador"?

 

Apuestas a 2012.
La oposición, tanto la agrupada en varios y poco importantes partidos, como en los más importantes medios de comunicación, todos con vasos comunicantes con EE.UU., trataron de sacar buen provecho de la enfermedad.
Varios reclamaron que Chávez traspasara el mando al vicepresidente Jaua y se quejaron de que aquél gobernara desde La Habana. Justamente si el mandatario podía reunirse con Maduro y otros ministros en la isla, quería decir que no había ningún vacío legal.Tampoco procedía tal traspaso del poder porque la Asamblea Nacional le había concedido 90 días de plazo por razones de salud, prorrogables por otros 90. No hubo necesidad de tanto permiso. Chávez estuvo en La Habana desde el 8 de junio hasta el 3 de julio, cuando embarcó hacia el aeropuerto de Maiquetía, donde arribó el 4 a la madrugada. Estuvo ausente 25 días, casi 26. Antes de esa parada en Cuba, había estado de gira oficial en Brasil y Ecuador.
Lamentándose por el mejoramiento de la condición física del jefe de Estado, la oposición y los opinólogos de los diarios del Grupo de las Américas (caso de "La Nación"), pasaron a consolarse con otra idea. Enfermo, el presidente tendría menos posibilidades de disputar las elecciones de diciembre de 2012. Quizás su mandato termine en febrero de 2013, decían esos mal pensados.

 

De nuevo en carrera.
Por las declaraciones de Chávez desde Cuba y ya desde su tierra, y por las de Jaua y otros funcionarios, todo indica que el bolivariano será de la partida en las presidenciales del año que viene. Arropado por el cariño de millones de compatriotas, parece haber tomado más vigor.
Por supuesto, tendrá que cuidar más su salud y delegar más en sus colaboradores de confianza y del Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV). La enfermedad puede ser vista como "no hay mal que por bien no venga". La continuidad de los procesos de cambio, más allá de la vida de sus conductores, es un asunto clave. Quizás en Caracas presten más atención a ello. Sería bueno que Jaua, Maduro, Diosdado Cabello y Adán Chávez, hermano mayor de Hugo, puedan trabajar más en equipo.
No se crea que en su estancia en la mayor de las Antillas, el convaleciente dejó de atender asuntos de gobierno. Uno de los vicepresidentes, Ricardo Menéndez, consultado por Prensa Latina, detalló: "Durante la recuperación, el presidente Chávez aprobó puntos de cuenta para seguir el impulso al proceso de industrialización. Autorizó recursos para la continuidad de la agenda espacial venezolana, con la construcción de una fábrica de satélites pequeños. Además, firmó el financiamiento para concluir la planta de camiones, tractores y maquinaria prevista en Barinas; así como el destinado a levantar en Yare, estado de Miranda, el complejo de plástico más grande del país".

 

Con fierros rusos.
Anteayer el presidente no pudo estar presente en el Paseo de los Próceres, al sur de Caracas, donde se hizo el desfile por el Bicentenario de la independencia de Venezuela. Desde Miraflores, rodeado de colegas de la región como Evo Morales, Fernando Lugo y José Mujica, más varios cancilleres, entre ellos Héctor Timerman, dio la orden de inicio de la parada.
"Viviremos y venceremos. Este es el inicio del retorno, no solo de Chávez sino de la Patria plena, de la Independencia plena, de la Patria perpetua, del pueblo de Bolívar. La construcción del más grande de los sueños que ha nacido bajo este suelo y sobre esta tierra. Hemos iniciado otra larga marcha", dijo parafraseando al mayor líder chino de la historia. Y desfilaron soldados de 21 países, entre ellos cadetes cubanos, así como trabajadores, pueblos originarios, niños, discapacitados, etc.
Un dato importante del desfile es que volaron aviones rusos Sukhoi y helicópteros de combate, además de hacer su paso blindados, batallones de tanques T-72 y carros de combate BMP-3, sistema antimisiles de defensa antiaérea portátil, soldados con fusiles Dragunov, etc. Todo este material de defensa fue adquirido por los venezolanos a Moscú a partir de 2009, cuando arreciaron las campañas del imperio contra Chávez y hubo peligros de nuevos golpes como el llevado adelante por Pedro Carmona en abril de 2002.

 

Reagrupados.
Por eso el presidente que comenzó ganando las presidenciales de diciembre de 1998, este 5 de julio twiteó desde el palacio de Miraflores: "Gracias a Rusia, a su gobierno y a su apoyo, hoy sí tenemos una Fuerza Armada de verdad Armada! Qué Moral! Qué Mística! Felicitaciones!".
La Casa Blanca prohibió la venta de armamentos defensivos a Caracas y al líder bolivariano no le quedó más remedio que comprar en Moscú, Beijing y en menor medida Brasil. El imperio no aprende las lecciones de la historia; al inicio de la revolución cubana hizo otro tanto con los barbudos, y no hizo más que facilitar y acelerar la relación de la isla con el bloque socialista.
Repasando. La enfermedad y operaciones de Chávez han reagrupado en forma más nítida a los bloques bolivariano y opositor o "escuálido" en Venezuela.
La pena es que, además del cáncer, hubo que lamentar la postergación de la Cumbre de Estados de Latinoamérica y el Caribe, prevista originalmente para el 5 y 6 de julio en la Isla Margarita. De todos modos, la Celac, sin EE.UU. ni Canadá, se celebrará en el corto plazo. Y mal que les pese a los amigos de Washington, Chávez estará en la cabecera, como anfitrión de una mayoría de gobiernos -no todos obviamente- que desean festejar los bicentenarios porque "ya no somos colonia de imperio alguno ni lo seremos jamás", como dijo aquél al ordenar el inicio del desfile.

 


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