Jueves 11 de abril 2024

La derecha enmudeció

Redaccion 18/05/2021 - 21.37.hs

Cuando la derecha se impuso en las elecciones municipales de Madrid los grandes medios de confusión porteños destacaron la noticia con vistosas coberturas periodísticas que duraron varios días. Muchas horas de televisión y radio e infinidad de páginas de diarios estuvieron a disposición para ensalzar la «hazaña» que implicaba una derrota del gobierno socialista español.
El contraste con las recientes elecciones chilenas no pudo ser mayor. A pesar de tratarse de un comicio de alcance nacional que involucraba, además de la elección de autoridades regionales y municipales, la de convencionales para modificar la Constitución, no tuvo, ni por asomo, el mismo despliegue informativo en la mal llamada «prensa nacional». Es que, a la inversa de lo sucedido en la lejana Madrid, en el país con el cual compartimos cinco mil kilómetros de frontera, no ganó la derecha. Peor todavía, ese espacio político sufrió una derrota inapelable.
Qué transparente que es el establishment mediático argentino. Qué rápido queda al descubierto su ideología conservadora, mercadófila, elitista y proembajada. En todos los medios que giran en su galaxia, que son muchos y potentes, los resultados de las elecciones chilenas ocuparon espacios marginales, casi insignificantes en algunos casos. En perfecta sintonía, sucedió lo mismo con las columnas de opinión. Según esa mirada, una elección municipal madrileña tuvo mayor relevancia para los argentinos que una elección nacional y constitucional en Chile. A ese nivel de extravío ha llegado el «periodismo serio e independiente» en este país.
A pesar del denodado esfuerzo de la prensa porteña, resulta imposible ocultar la relevancia de la elección en el país trasandino. Con Colombia en estado de ebullición, esa condición se acentúa. No puede obviarse el hecho de que este comicio es fruto de las grandes movilizaciones que comenzaron en Santiago de Chile en octubre de 2019 y que solo pararon con la pandemia aunque antes se extendieron por todo el país. Es prematuro ensayar vaticinios sobre el proceso colombiano, pero es imposible no encontrar analogías con el caso chileno en cuyo espejo se miran los que llenan las calles y plazas de Bogotá, Cali o Medellín.
¿Será este «doble peligro» el que olfatea la derecha argentina y su brazo armado mediático? Cuando se predica desde el púlpito televisivo la religión neoliberal y se demoniza toda alternativa como populismo herético se corre el riesgo de chocar de frente contra el tren de la realidad. América Latina es territorio en disputa, nos alertan muchas voces. La ola conservadora que llegó en los últimos años no fue tan contundente como el discurso dominante pretendía. México, Argentina y Bolivia son buenos ejemplos. Ahora Chile da un paso crucial para sacarse de encima al pinochetismo político y económico. ¿Colombia será la próxima en hacer lo propio con el uribismo?
El triunfo categórico de las fuerzas de izquierda y de los independientes progresistas, y la durísima derrota de los herederos de Pinochet que no llegarán al ansiado tercio para bloquear las reformas constitucionales, permiten vislumbrar cambios profundos en Chile. Se terminó la «transición» con su derecha prepotente y su centro tibio y disciplinado -ambos fuertemente castigados en las urnas-, dicen hoy los chilenos. Eso es, precisamente, lo que enmudeció a la derecha argentina.

 


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