Viernes 12 de abril 2024

La carne desobediente

Redacción 04/02/2016 - 04.59.hs

El ministro de Hacienda de la Nación se ha sorprendido en estos días porque el precio de la carne en los comercios no obedece las leyes del mercado. El funcionario, que profesa su fe neoliberal ahora aplicándolas a las políticas económicas, liberó el dólar, eliminó retenciones, frenó la emisión y quitó precios de referencia. Luego esperó que los efectos de esas medidas se reflejaran en los precios de la manera en que lo predice la religión neoliberal.
La liberalización del dólar, estimaba, no debería aumentar los precios porque éstos ya se marcaban con el dólar blue que era, para él y el "mercado", el dólar verdadero con el que se maneja la economía real que ignoraba el barato dólar ficticio oficial de 9 pesos.
Pero los precios crecieron al compás del dólar pues el mercado asume que, si el dólar sube, la carne también.
La eliminación de las retenciones, creía el funcionario, no operarían sobre los precios porque, al frenarse la emisión, el dogma neloliberal dice que la menor cantidad de circulante es un freno a la inflación.
Pero los precios crecieron sin las retenciones pues el precio de referencia es, ahora, el precio de mercado en el exterior.
La retracción monetaria, que ha sido muy fuerte en el último mes, tampoco logra bajar los precios de los alimentos que, al compás de las medidas económicas suben a un ritmo frenético revirtiendo la tendencia a la baja de los índices de inflación (del Indec, del Congreso y de los privados) que se registró en el último semestre del año pasado.
Esta perplejidad del ministro por el aumento de los precios, aún creyendo que en verdad se sorprende y no es sólo una puesta en escena para los títulos de los diarios, demostraría por sí sola la falta de contacto con la realidad argentina de estos economistas con títulos de grado y postgrado de universidades extranjeras pero con poco conocimiento de los mecanismos reales que mueven los precios a fuerza de posiciones dominantes, movimientos especulativos y la discrecional capacidad de un puñado de grandes empresas para fijar los precios a voluntad.
Semejante contradicción de la realidad a su planteo teórico, llevó al ministro a incurrir en una contradicción aun mayor: amenazó con intervenir en el mercado para bajar los precios y con la aplicación de la ley de Defensa de la Competencia. Esta amenaza de intervención en los precios lanzada hacia los empresarios es toda una herejía para la iglesia fanática neoliberal que profesa el funcionario y, en los tiempos de Cristina eran cometidas por ese intervencionista llamado Guillermo Moreno, el diabólico secretario de Comercio de la gestión de Cristina Fernández.
Lo cierto es que los precios suben en el gobierno que prometió combatir la inflación (que venía en baja) y llegar a pobreza cero. Pero el camino que han tomado no hace otra cosa que aumentar unos y otra, precios y pobreza. La visita del ministro al supermercado, le dio un baño de realidad y debería llevar a revisar sus creencias macroeconómicas y desandar el camino que han tomado que, con desempleo, salarios en baja y menos circulante y consumo, solo auguran recesión.

 


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