Martes 16 de abril 2024

La energía eólica y su futuro pampeano

Redacción 30/08/2014 - 03.34.hs

La noticia respecto a la conformidad mostrada por un grupo de inversores para con el lugar en que se planea erigir el parque eólico La Banderita, cercano a General Acha, reactualiza una posibilidad de desarrollo acaso no del todo debidamente apreciada y evaluada, tanto en la provincia como en el país.
En un mundo que parece encaminarse indefectiblemente hacia la restricción -y acaso el agotamiento- de las energías fósiles que dinamizaron su economía, y en gran parte condicionaron su historia, durante los últimos tres siglos -ciclos del carbón y del petróleo, este último todavía en plena vigencia-, el aprovechamiento de nuevas fuentes está pasando a ser poco menos que una necesidad imperiosa. Cuestionada sugestivamente la energía hidroeléctrica y todavía no debidamente desarrolladas las técnicas que hacen al aprovechamiento de la solar y de la contenida en las mareas o el hidrógeno, la utilización del viento como motor abre una posibilidad cierta, enorme e inmediata.
El uso de la energía eólica por parte del ser humano tiene antecedentes remotos, y ha sido continuado hasta la actualidad. Pero en el último medio siglo se ha potenciado por el gran desarrollo que han tenido los aparatos complementarios, dínamos y alternadores. A través de esa metodología, algunos países tratan de limitar el uso del petróleo, caso de Dinamarca, que produce de esta manera un tercio de la energía eléctrica que consume.
Ante esta perspectiva tan probada y sencilla resulta sorprendente que la Argentina, país pródigo en vientos, no haya incrementado la investigación y experimentación al respecto. Lo dicho no es impropio. Son famosos en todo el mundo los vientos de la Patagonia, tanto por su persistencia como por su intensidad, y se sabe desde hace mucho que esa es una característica climática de esta región, que integra parcialmente La Pampa en el aspecto físico.
Por lo dicho resulta evidente que la instalación de los dos primeros aerogeneradores de magnitud por parte de la cooperativa eléctrica de General Acha fue realizada con una visión clara y trascendente, reafirmada ahora en el manifiesto interés del grupo inversor extranjero en desarrollar un parque eólico de mayor envergadura. Ese interés, obviamente basado en la viabilidad económica del proyecto, se ve acentuado por las características climáticas y topográficas del área, que dejó muy conformes a los visitantes cuya opinión estaría avalando el desembolso del orden de varias decenas de millones de dólares.
La índole de la noticia da para el optimismo, aunque conviene moderar las expectativas dado que de la idea a la concreción suele haber mucho trecho, especialmente si el mismo está condicionado a la financiación bancaria. Lo indudablemente positivo de la situación es que, como decíamos al comienzo, se abre una nueva puerta al desarrollo la que, de persistir, puede tener consecuencias muy interesantes a futuro. Una de ellas sería que el país se iniciase en forma concreta en la fabricación de estos equipos, que hasta ahora se importan desde el extranjero. En esa materia, la sustitución de importaciones, la Argentina ha demostrado siempre una notable capacidad técnica, pese a las marchas y contramarchas políticas.

 


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