Martes 23 de abril 2024

La lista de indeseables que se quiere ver fuera

Redacción 16/11/2008 - 03.06.hs

I - En la semana la presidenta volvió a poner nerviosos a los grandes medios nacionales al elegir a otro diario del interior para expresar su opinión. Esta decisión presidencial, de privilegiar el país interior y los diarios independientes de las provincias -sabido es que los grandes pulpos porteños financiados con capitales extranjeros han absorbido a los más grandes diarios de las provincias más ricas- ha desatado una inexplicable histeria en los grandes rotativos que no pueden ocultar en la prosa despectiva que utilizan cuando se refieren a la situación. El "gran diario argentino" y sus satélites radiales y televisivos -que se muere por tener una "exclusiva" mano a mano con la presidenta y que, cuando la tienen, la presentan como un logro periodístico de primer nivel-, canalizan ahora su despecho en ironías juzgando intenciones electorales y subestimando a los diarios donde esa opinión presidencial se vierte. Es curioso que un diario que suele tener en sus páginas editoriales columnistas presidenciales juzgue así idéntica actitud en la prensa pueblerina o provinciana. El tratamiento periodístico que por estos días se observa en relación a estas salidas de la primer mandataria en diarios que no son de la Capital, resume no solo el desprecio de la "gran prensa" por la prensa del interior -a la que suele halagar antes de las elecciones para autoridades de las entidades periodísticas nacionales_, sino y principalmente, su temor a que haya en el gobierno nacional un atisbo de iniciar una política federal de tratamiento de los medios del interior en igualdad de condiciones y posibilidades informativas que las que desde hace décadas ostentan y monopolizan el puñado de diarios y medios de la Ciudad de Buenos Aires.

 

II - En la semana la jueza de menores se ha puesto en la lista de los funcionarios a los que la sociedad quiere ver fuera de la función pública. Que haya tomado la decisión de quitar los hijos a dos familias sustitutas contra la voluntad de éstas y de los propios niños, la ha convertido en la enemiga pública número uno de una provincia que quiere que el concepto de familia sea manejado con sentido común y sentimientos humanos y no con la frialdad de una pretendida interpretación de la ley que se olvida que luego de tres o cinco años la construcción del vínculo de los niños con sus padres no puede disolverse con solo firmar un papel. La propia Corte, se supo en estos días, había advertido meses atrás a los jueces de familia que deben preservar el interés del niño por sobre las "fórmulas". Las familias fueron a la cámara a pedir por sus hijos pero allí no encontraron el más mínimo asomo de intención de ayuda. Solo -eso sí- se sacaron la foto para estar en los medios, pero ninguno se atrevió, pese a las pruebas, de presentar un pedido de juicio político a la jueza. El bloque justicialista, que durante años, le inició juicio político a los que atacaban a sus sospechados integrantes o cuando amenazaban con investigar la corrupción de sus "compañero", no tienen la misma pasión hoy para defender a unas pobres familias que han perdido sus hijos.
Las marchas multitudinarias que se vieron en la semana deberían llamarlos a la reflexión -a oficialistas y opositores- sobre la naturaleza perversa de este caso donde no se ha dudado en acusar de presunto acoso sexual a los integrantes varones de una de las familias pese a que la acusadora -una joven con discapacidad que dio a luz a ambas criaturas- se presenta como un caso típico de debilidad mental capaz de obedecer lo que se le mande ante una simple coacción -que se teme ha sido ejercida por funcionarios y funcionarias públicas.

 

III - En esa lista de funcionarios que la gente quiere ver lejos del estado, y del poder que esa posición les brinda, han estado conspicuos amigos y familiares atornillados a sus asientos que se creyeron, como se cree la jueza, inamovibles. Pero si se repasa la historia reciente se comprobará que, cuando se pusieron en el centro de la atención de la sociedad, fueron eyectados no bien la paciencia de la indignada opinión pública les hizo "tronar el escarmiento". Uno de ellos es, sin dudas, el presidente del Tribunal de Cuentas. Está ahora en los tramos finales del jury que, se aguarda, lo devuelva a su casa luego de una gestión sembradas de calamidades provocadas por su acción y omisión en el organismo de control. Dos cosas abonan esta esperanza: la labilidad de su descargo y el pedido de jubilación anticipada de su vocal que, amén de dejarlo solo en el jury, traduce mejor que mil palabras que ni aún los más cercanos colaboradores del cuestionado funcionario dudan sobre cuál será el resultado final del jury. (LVS)

 


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