Sabado 06 de abril 2024

Macri y el nuevo gobierno nacional

Redacción 27/11/2015 - 03.50.hs

Con el ajustado triunfo de Mauricio Macri hay un nuevo mapa político y se abre un nuevo período en el país. Se confirma el giro conservador en política mientras que en economía parece que se impone el gradualismo.
Eduardo Lucita*
Finalmente el proceso electoral ha concluido, ya conocemos quién administrará los asuntos del Estado por los próximos cuatro años. Con el ajustado triunfo de Mauricio Macri hay un nuevo mapa político y se abre un nuevo período en el país. Se confirma el giro conservador en política mientras que en economía parece que se impone el gradualismo.
Respire tranquilo amigo lector, el esfuerzo electoral que nos demandó este año ha concluido. La intensidad de la campaña -tanto por el despliegue en todos los medios de comunicación como por su pobreza cultural- terminó por agotar a los electores. Sin embargo hay que reconocer que los sorprendentes resultados del 25 de octubre pasado, especialmente en la estratégica Provincia de Buenos Aires, que congrega algo así como el 37 por ciento del electorado, tuvieron el efecto de extender la discusión política más allá de los núcleos militantes de las distintas fuerzas en pugna.
Aquellos resultados forzaron este balotaje con la particularidad que los dos candidatos que competían electoralmente no pudieron dejar de tener presente al tercero, que impuso condiciones ya no de negociar alguno que otro puestito como contrapartida de orientar a sus votantes, sino políticas públicas. Finalmente las urnas determinaron que a partir del 10 de diciembre próximo Mauricio Macri será el nuevo presidente a la Nación.

 

Los resultados.
En los días previos se afirmó la presunción que la Alianza Cambiemos aún si perdía las elecciones había ya logrado un éxito de proporciones: lograr instalar luego de muchas décadas una expresión política conservadora en todo el país. Antes del domingo ya había ganado en Ciudad y Provincia de Buenos Aires, en Córdoba, Mendoza, Jujuy y perdido por muy poco en Santa Fe.
Por el contrario la Alianza Frente para la Victoria aún ganando solo tendría una victoria pírrica, el kirchnerismo puro ya estaba derrotado de antemano. El pasaje de "El candidato es el proyecto" al "No vote a Macri" indicaba la búsqueda desesperada de un voto sin expectativas, tan asustadizo como desesperanzado. En correlación con esta mutación tanto la campaña como los votantes no se orientaron hacia el futuro, a mirar y pensar para adelante, sino a mirar por el espejo retrovisor los logros pasados. Sin tener en cuenta que el ciclo ya había concluido, que la situación mundial ya era otra y que el manejo de ciertas variables internas -con inteligencia y audacia unas veces e irresponsablemente otras- ya estaba agotada.
Los resultados electorales convalidan estas presunciones previas. El giro al conservadurismo, que ya se insinuara con los tres principales candidatos en la primera vuelta, se ha instalado con el triunfo de Cambiemos por el 51.4 por ciento de los votos emitidos y el encumbramiento como presidente de un personaje que es una suerte de combinación del italiano Berlusconi -tan falto de cultura política como el pero no promiscuo- y el chileno Piñeyra -como él empresario pero con experiencia de gestión y negociación política. El triunfo muestra que por primera vez la derecha explícita llega al poder político por elecciones, con ella el PRO deja de ser un partido distrital mientras que la UCR se recompone a nivel nacional sobre bases más derechistas.
El 48,6 por ciento obtenido por el FPV confirma su derrota, pero la diferencia de menos de tres puntos con Cambiemos la amortigua y pone de relieve el esfuerzo solitario de Daniel Scioli -descalificado y ninguneado primero, abandonado después por el kirchnerismo- y la intensa movilización -territorial y militante- a que se vieron obligados sus seguidores en la última semana. Esto se destaca más aún si se tiene en cuenta que en esta década larga el kirchnerismo se dedicó a cooptar y subordinar a los movimientos sociales primero y a desmovilizarlos después. El despliegue electoral de estos días, por fuera de las estructuras partidarias, puso una vez más a las bases por sobre los dirigentes.
El voto en blanco -impulsado tanto por quienes lo veían como un inicio de la resistencia al próximo ajuste o por quienes lo entendíamos como una posibilidad de reagrupamiento anticapitalista a futuro- no tuvo relevancia, apenas alcanzó el 1,2 por ciento y junto con los nulos e impugnados apenas doblan esa cifra.

 

Gobernabilidad en cuestión.
Con el cierre del ciclo kirchnerista y el ascenso de una derecha conservadora y empresarial hay un nuevo mapa político. En el balotaje cambiemos ganó en 9 provincias, las del centro -donde se concentra el voto agrario y el de las clases medias urbanas y rurales- y producto de la expansión de la frontera agropecuaria logró buenos resultados en otras cercanas. El FPV lo hizo en 14, del norte y sur del país. Pero si se revisitan las elecciones a gobernador el panorama es distinto. En ellas el FPV ganó en 13 provincias, el PJ no kirchnerista en 3, Cambiemos en 4 y otras fuerzas en las restantes 4.
Como ya lo adelantáramos desde esta columna el próximo será un gobierno partido. El poder ejecutivo no controlará el legislativo que además estás muy dividido en diferentes bloques -Cambiemos solo computa el 35 por ciento de los diputados y el 20 de los senadores, además los radicales ya anunciaron que tendrán bloque propio, mientras que el peronismo está muy fragmentado -los que representan al kirchnerismo, los que responden al PJ tradicional y los del Frente Renovador- a lo hay que agregar lo poco que queda del centroizquierda y la representación del FIT- por lo que todo será más trabado y negociado. En este contexto la izquierda puede hacer valer su bloque de 4 diputados.

 

Nuevo período político.
También se abre un nuevo período con características diferenciadas del anterior. No se equivocará demasiado quién piense que la economía marcha a un ajuste al que cada vez se lo ve más gradual. Aunque la mayor o menor intensidad de este gradualismo no dependerá tanto de los administradores de turno sino de la evolución de la crisis mundial y de las contradicciones internas que generan las principales variables hoy desbordadas. Tampoco si se piensa que se regresa al endeudamiento externo. El tiempo que se demore en conseguir financiamiento -siguiendo el curso ya trazado por el actual equipo económico y hasta ahora trabado por el juez Griessa- será decisivo.
Como siempre que el capitalismo nacional llega a estas situaciones regresan con fuerza sus propias limitaciones: la restricción externa, la inflación y el déficit fiscal, que vuelven a poner en el centro de los debates al tipo de cambio, a las retenciones, a la política fiscal y monetaria. Como sabemos por experiencia el capital no puede resolver la crisis -su crisis- y crear empleo al mismo tiempo; no puede crear empleo y controlar la inflación; no puede controlar la inflación y en paralelo incentivar el consumo, sin moderar la tasa de ganancia de los formadores de precios y tener cierto control sobre la emisión monetaria. Cada resolución de estas contradicciones trae sin dudas costos sociales y resistencia de los
ajustados.

 

Nuevos debates.
¿Todos los votos que concentró Cambiemos son de derecha, o estuvieron influenciados por el rechazo al kirchnerismo o la percepción del agotamiento del ciclo? ¿Todos los votos que logró el FPV son un apoyo a sus políticas o simplemente estuvieron condicionados por el temor y el No a Macri? ¿El fracaso del votoblanquismo que expresa? ¿Da la razón a quiénes aún votando blanco sostenían que no había espacios para una campaña en ese sentido o hay otras razones?
Seguramente estas y otras preguntas animaran nuevos debates al interior del FIT y el conjunto de las fuerzas de izquierda. En la encrucijada actual el diagnóstico debe ser preciso pero también cómo definir la intervención política y los ejes del reagrupamiento político de los anticapitalistas y de la reorganización sindical en condiciones cualitativamente diferentes a las de estos últimos años.

 

*Integrante del colectivo EDI-Economistas de Izquierda.

 


' '

¿Querés recibir notificaciones de alertas?