Domingo 14 de abril 2024

Médicos cubanos lucharon contra el ébola en Africa

Redacción 10/11/2015 - 04.43.hs

La Organización Mundial de la Salud declaró que ya no hay ébola en Sierra Leona. Antes había dicho lo mismo de Liberia. Sólo restan casos en Guinea-Conakry. En todos estos frentes colaboraron, solidarios, los médicos de Cuba.
EMILIO MARIN
Esos tres países de África occidental fueron los más afectados por el ébola en la epidemia iniciada en septiembre del año pasado. La enfermedad había debutado en 1976 en Guinea y República Democrática del Congo, cerca del río Ebola, de allí su nombre. Promediando el año pasado atacó más fuerte en los primeros tres países mencionados, y en menor medida en Mali, Nigeria, etc.
Como se sabe, la transmisión es a través de líquidos, sangre u otros fluidos del infectado, lo que provoca una fiebre hemorrágica para la que no hay remedio eficaz. Recién pasada esta epidemia se ha conocido que varios laboratorios vienen avanzando con una vacuna, aparentemente con pruebas exitosas en Liberia, pero al momento de mayores enfermos y muertes, tal remedio no existía.
El resultado, según estadística de la Organización Mundial de la Salud (OMS), fue que hubo 30.000 infectados y más de 11.000 muertos. Cuando aún no había concluido el grave problema, la agencia cubana Prensa Latina daba a conocer el doloroso registro de muertes. Lo encabezaba Liberia con 4.296 y seguían en orden descendente Sierra Leona con 3.742, Guinea con 2.262, Mali con 6, Nigeria con 8 y Estados Unidos y España con uno cada uno. Las cifras se siguieron engrosando hasta el resultado global comentado, siempre con el podio africano de Liberia-Sierra Leona-Guinea.
Nada es fruto de la casualidad. También en el caso del ébola es alta la incidencia de las tasas de pobreza, débiles esquemas de salud pública, baja proporción de médicos e infraestructura hospitalaria, problemas presupuestarios y falta de planificación, en los lugares más afectados.
Como para que la humanidad tome nota: siempre los más perjudicados por estos dramas son las poblaciones de menores recursos. Si hay muertos por naufragios de inmigrantes, son de países pobres. Si golpea el ébola también. Si hay víctimas por ajustes fondomonetaristas y recetas de hambre, otro tanto. Siempre el hilo se corta por lo más delgado...

 

Cuba estuvo allí.
Cuando el gobierno de Sierra Leona admitió la gravedad del cuadro sanitario hizo un pedido urgente de auxilio, ante las Naciones Unidas y la OMS. Había perdido cierto tiempo muy valioso, como ya se verá al final de esta nota, al menos en la opinión de Médicos Sin Fronteras.
En base a esa solicitud, Ban Ki Moon se comunicó con autoridades de países con experiencia en la materia y una de las primeras llamadas fue con Raúl Castro, el 9 de septiembre de 2014. El mandatario dijo que por supuesto la isla colaboraría con la Brigada Médica Cubana Internacional "Henry Reeve" y una semana después de cortar la comunicación ya estaban saliendo 165 médicos y enfermeros de ese contingente rumbo a Freetown, capital de Sierra Leona. Luego fueron casi 100 profesionales más a Liberia y Guinea-Conakry, los otros dos focos más peligrosos del virus.
A lo largo de varios meses, los médicos del "Henry Reeve" trabajaron duro y alguno de ellos, como Félix Báez Sarría, especialista de Medicina Interna, cayó enfermo de ébola en Sierra Leona. Por suerte fue atendido por buenos especialistas allí y derivado a un hospital universitario en Ginebra, Suiza, hasta que se curó y pudo regresar a La Habana.
Lo llamativo y emocionante del caso es que el doctor Báez no bien llegó a la isla manifestó, con acuerdo de su esposa, que cuando estuviera plenamente restablecido él volvería a África a completar su trabajo. Atendió a sus pacientes en Cuba y en enero de 2015 volvió a Sierra Leona, con una determinación personal y política admirable. Eso expresó mejor que mil palabras la buena madera de que están hechos los profesionales de la salud de la isla socialista, listos para socorrer a hermanos de otras latitudes en emergencias por virus, epidemias, inundaciones, terremotos, etc.
Si hay terremoto en Pakistán en 2005, allí van las "batas blancas" cubanas. Si hay terremoto en Haití en 2010, lo mismo. En abril y mayo de este año los hubo en Nepal, y otro tanto. Ante las inundaciones en Venezuela en julio de este año en Guasdualito, los cubanos visitaron casa por casa. También en la caribeña Dominica luego que en agosto pasado ésta fuera víctima de inundaciones provocadas por la tormenta tropical Erika.

 

Marines y mentiras mediáticas.
La respuesta solidaria y casi instantánea de Cuba ante la emergencia en África contrastó con la débil, demorada y planificación militar de la Casa Blanca, pese a tratarse de un imperio con tantos recursos humanos, materiales y sobre todo dinerarios.
En aquellos días en que los miembros de la "Henry Reeve" volaban hacia Freetown, la administración Obama anunció que enviaría 3.000 marines a Liberia, para garantizar la seguridad de los hospitales y profesionales que enfrentarían el virus. En esa ocasión volvió a encomiar la organización del Pentágono y en general de los EEUU como la mejor capacitada para ejercer el liderazgo mundial en tiempos de crisis como la del ébola.
El contraste no podía ser más claro entre los ejércitos de "batas blancas" que fleta Cuba a pedido de quienes necesitan ayuda médica, y los ejércitos reales con armas letales que manda la Casa Blanca, generalmente no pedidos por los países adonde van.
También le interesa al cronista poner al desnudo algunas maniobras anticubanas de medios de comunicación de Argentina, siempre listos para esas campañas. Por ejemplo, el 16 de noviembre de 2014, "La Nación" publicó una nota firmada por Jaime Velázquez, que se tituló "Viajaron para combatir el ébola pero todavía no salieron del hotel". La bajada del título aseguraba: "Unos 100 trabajadores de la salud cubanos están, desde hace un mes, en un establecimiento hotelero en Sierra Leona".
En definitiva, para ese diario oligárquico y afiliado a la SIP, los médicos cubanos no trabajaban en ese país africano sino que eran turistas. En la nota, de todos modos, se citaba a un enfermero británico del Hospital Connaught de Freetown, donde habían estado entrenando los cubanos, que daba otra explicación: "(los cubanos) fueron los únicos que respondieron a la llamada internacional, y como fueron tan rápidos, ahora no saben qué hacer con ellos".
De todas maneras muchos profesionales cubanos sí estaban en ese momento luchando contra la epidemia. Y la mejor prueba es que las agencias internacionales publicaron el 19 de noviembre de ese año, tres días después de la venenosa nota de Velázquez, que Báez Sarría se había infectado con el virus y sería trasladado a Suiza.
Esos colaboradores de la salud también tuvieron bajas. En octubre del año pasado murió de malaria en Guinea el responsable administrativo de la brigada cubana, el doctor Jorge Juan Guerra Rodríguez. En enero de este año falleció de paludismo en Sierra Leona el licenciado en Enfermería, Reinaldo Villafranca Antigua. Son los sacrificios que hace el pequeño país socialista por la humanidad. En el caso del ébola fueron 6 meses al punto álgido de la epidemia y se estima que salvaron 400 vidas.

 

Buenas noticias pero no dormirse.
El 7 de noviembre pasado las autoridades de la OMS desde Ginebra declararon a Sierra Leona libre de la transmisión del ébola, luego que en dos períodos seguidos de 21 días cada uno no hubiera ningún nuevo infectado. El número definitivo de sus muertos fue de 3.955.
El país presidido por Ernest Bai Koroma se sumaba así a Liberia, gobernador por una mujer, Ellen Johnson-Sirleaf, donde tal liberación del virus la había declarado la OMS en septiembre (en mayo hubo un primer anuncio pero luego hubo algunos casos, por lo que el anuncio definitivo debió aguardar hasta septiembre).
Quedan algunos nuevos infectados en Guinea, sin la gravedad de 2014, cuando fue el pico del ébola; en estos meses se podría certificar que en esta nación también se clausuró una etapa.
Los números finales de la OMS relativas al virus fueron 29.607 infectados y 11.314 fallecidos.
Junto con esa solución temporal del drama, la buena noticia es que varios laboratorios, entre ellos el británico GlasxoSmithKlein (GSK), Johnson & Johnson y dos o tres más, tienen avanzados sus experimentos con la vacuna. Claro que al tratarse de multinacionales quedan muchas dudas sobre cuán humanitarias serán para la libre distribución de esas vacunas.
Si bien aquellas novedades y anuncios de la OMS son para festejar, no significan que el virus haya sido definitivamente derrotado. Médicos Sin Fronteras aseveró anteayer que aquél sigue siendo un peligro en África. Ya en marzo pasado el director general de la entidad, Christopher Stokes, expuso que "la crisis del ébola ha sido muchas veces descrita como la tormenta perfecta: una epidemia transnacional en países con sistemas de salud pública muy débiles que nunca antes habían padecido esta enfermedad. Sin embargo, esta es una explicación demasiado conveniente. Para que la epidemia del ébola se saliera de control, se requirió de muchas instituciones que fallaran en sus objetivos". Era un palo para varios gobiernos y también para la OMS y la ONU.
Está bien alegrarse con que las muertes hayan disminuido mucho, pero no hay que dar por erradicada esa enfermedad ni bajar la guardia.

 


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