Domingo 14 de abril 2024

Netanyahu, muy debilitado por varias causas de corrupción

Redacción 24/02/2018 - 01.58.hs

El jefe de gobierno de Israel tiene un largo listado de denuncias en su contra, incluso en Argentina, por sus crímenes contra el pueblo palestino. Ahora, en realidad desde hace años, tiene más causas en su frente interno por corrupción.
EMILIO MARÍN
A Benjamin Netanyahu lo están debilitando denuncias por corrupción de su propio riñón; excolaboradores y empresarios declararon en su contra con datos de negocios turbios.
Ya no se trata de denuncias planteadas en varios países y organismos internacionales, relativas a los crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad cometidos por sus militares al invadir, bombardear y privar de derechos al pueblo palestino.
Esos crímenes imprescriptibles lo seguirán incluso cuando él ya no esté en funciones del gobierno israelita, por su naturaleza de crímenes de lesa humanidad, que no cesan de cometerse. Incluso en Argentina tiene una denuncia, planteada en agosto de 2014 a raíz de la invasión en Gaza y la comisión de 2.140 crímenes de palestinos, 570 de ellos niños. Fue radicada ante la fiscalía federal de Córdoba a cargo de Enrique Senestrari, pero el fiscal, de Justicia Legitima, duerme temeroso sobre ese expediente en el cuarto piso de Tribunales Federales...
En estos días no se trata de la conducta criminal de ese gobierno, que sigue haciendo de las suyas, como bombardear Siria aún cuando esa agresión le haya costado el derribo de un bombardero propio, un F-16. Esto elevó la tensión con Siria e Irán, al que volvió a amenazar con guerras en el marco de una reunión Internacional en Munich, Alemania.
También erosionó al líder sionista el que estuviera por comenzar una farsa de juicio en la órbita militar contra la adolescente palestina Ahed Tamini, que abofeteó a un soldado israel luego que su primo de 15 años recibiera en la cabeza y a corta distancia un disparo con bala de metal recubierta de plástico en el marco de los habituales operativos represivos de la "Fuerza de Defensa de Israel".

 

Genocida y corrupto.
Las denuncias del último tiempo han girado en torno a negocios espurios y hechos de corrupción imputados al gobernante y su esposa Sara.
La última de esta serie es el "Caso 4000", donde el acusado había proporcionado, mediante actos regulatorios irregulares y direccionados, generosos dividendos a la compañía de telecomunicaciones Bezek de su amigo Shaul Elovitch. El beneficiado devolvería esos ingresos con un tratamiento muy favorable al primer ministro y su esposa en la muy influyente web de noticias Walla.
No son denuncias palestinas sino de un exfuncionario del círculo íntimo del acusado, Shlomo Filber, exdirector general del ministerio de Comunicaciones, quien aceptó declarar en contra de su jefe político. "Recibí órdenes claras de Netanyahu sobre a quien debía ayudar", declaró Filber en un audio filtrado por un canal de televisión.
Ya fueron arrestados Nir Hefetz, exrelaciones públicas de Netanyahu y el mencionado Filber, de Comunicaciones. Además, fueron detenidos dos ejecutivos de Bezek, Elovitch, su esposa e hijo.
Este "caso 4000" es el más reciente, pero también el 13 de febrero se supo que la policía de Israel aconsejaba a la fiscalía promover denuncia y causa contra el jefe de gobierno en el "caso 1000". Allí se lo acusaba de recibir caros regalos del millonario productor de Hollywood, Arnon Milchen, a cambio de favorecer sus intereses con mediación e iniciativas estatales. El fiscal general Avichai Mandelblit recibió esa papa caliente y querrá enfriarla, tomándose varios meses antes de decidir si procesa o no al premier.
El otro asunto judicial espinoso es el "caso 2000", donde los operadores del sospechoso intentaron arreglar con Arnon Mozes, dueño del diario de más circulación, Yediot Ajaronot, a cambio de medidas oficiales para achicar las ventas y difusión del periódico rival. Por supuesto que como en las acusaciones anteriores, el apuntado se victimizó diciendo que eran todos inventos de los medios y que había una "caza de brujas" para echarlo de la residencia oficial Balfour. "No hubo intercambios ni actos ilegales. No responderemos a las falsas acusaciones en los medios" alegó. Ya se sabe que la victimización es una conducta repetida y perfectamente estudiada por los líderes sionistas, supuestas víctimas de una persecución mundial e histórica.
Como si esas causas judiciales no fueran suficientes, también existe el llamado "Caso 3000" por coimas y comisiones recibidas por allegados al premier en la adquisición de submarinos alemanes.

 

Aferrado al poder.
Frente a tamañas acusaciones, "Bibi" ha asegurado que seguirá en el cargo y en principio fue respaldado por varios de los partidos de su coalición de gobierno encabezada por el Likud, de extrema derecha.
Es probable que este hombre aferrado al poder y que lo ejerce de una manera tan objetable, pueda seguir gobernando un cierto tiempo más. Pero que ha quedado muy debilitado en su frente interno e internacional, de eso no caben dudas. Efraim Davidi, un hombre de izquierda nacido en Argentina pero que vive en Israel, decía en una conferencia en Buenos Aires con el embajador palestino Husni Wahed, que todos los sábados hay movilizaciones de repudio a Netanyahu en diecisiete ciudades israelitas. Esas marchas seguro que ahora tendrán más combustible para echar a andar a más gente, aunque no se puede menospreciar la fuerza del bloque dominante, que también argumentará sobre la necesidad de mantener al cuestionado en el cargo. Dirá, en una nueva victimización, que sacar al jefe de gobierno pondrá en riesgo la seguridad de Israel frente a Irán, Siria e Hezbollah, que "quieren tirar los judíos al mar".
El jefe del Likud gobernó entre 1996 y 1999, y más recientemente está en el cargo desde 2009 a la fecha, en total 12 años. Ejerce su cuarto mandato, lo que lo convierte en el político israelí que más tiempo estuvo en el gobierno, sólo superado por David Ben Gurión.
Quiere decir que no le será fácil a sus muchos detractores ponerle fin a su ciclo de mandatario y mandante, al menos mientras sus aliados de la coalición no le retiren el saludo y provoquen elecciones anticipadas, puesto que su actual mandato data de 2015.
Uno de sus posibles candidatos a reemplazarlo, el ministro de Finanzas Mosche Kahlon por ahora lo respalda, igual que los otros socios. De allí la idea de que si hay caída no será en el cortísimo plazo. Netanyahu no parece estar en la crítica posición de Ehud Barak, el exprimer ministro que tuvo que dimitir en 2008 por causas de corrupción y terminara condenado a 18 meses de cárcel. Por ahora no es la misma la situación de "Bibi".
Por supuesto que los opositores se entusiasman con que la era Netanyahu ha finalizado. Uno de ellos es el líder del laborismo, Avi Gabbai. Otro es Yair Lapid, centrista, de "Hay futuro".

 

Socio mayor.
Las causas por corrupción y lavado de dinero contra Netanyahu no empezaron este año. Ya en julio de 2016 la policía recomendaba al fiscal federal procesar al primer ministro por esos cargos. El Canal 10 informó que la justicia iniciado investigaciones sobre lavado de dinero contra el personaje, considerando una corrupción a gran escala desde el inicio de su mandato de 2009. Debe ser por eso que en posteriormente el acusado hizo todo lo posible por denigrar y cerrar ese canal televisivo.
En realidad había sido Canal 2 el que había primereado con la data de que se investigaba la recepción de dinero de empresarios extranjeros desde aquel año, en forma ilegal. Un tribunal de Francia había condenado a 8 años de cárcel por fraude a Arnaud Mimran, un empresario acusado de haber donado dinero al premier.
Por lo visto, esa causa de 2016 no prosperó y sirve de pista para entender un factor de peso en la continuidad del multidenunciado: su relación con Washington, en particular con el hombre de negocios y neonazi que en noviembre de ese año ganó las elecciones y se hizo dueño del Salón Oval.
La estrecha relación entre Netanyahu y Donald Trump ha ayudado al primero a surfear estas olas adversas. Aquél es el preferido del imperio, con el dinero, armas y apoyo político que eso significa, en una región clave para los planes norteamericanos por las riquezas petroleras y gasíferas así como por los factores políticos con los que confrontan, léase Irán, Siria, Líbano, y estratégicamente Rusia y China. Juntos han querido dar por muerto el acuerdo de 2015 entre Irán y el "G-5" más Alemania, que los demás firmantes mantuvieron vigente. La Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) nuevamente en estos días certificó el cumplimiento iraní de tales acuerdos.
Una vergüenza para Argentina que el jefe de gobierno israelita haya sido recibido como un estadista por Mauricio Macri, en septiembre pasado, firmando cuatro acuerdos, uno de ellos en Seguridad para beneplácito de Patricia Bullrich. Sus efectos se están viendo en la parafernalia bélica con que la policía y fuerzas de Inseguridad reprimen el conflicto social. Todo en línea con la doctrina práctica de los sionistas frente a la población palestina, aunque en Buenos Aires aún sin llegar al grado de criminalidad que se usa en ciudades de Cisjordania y Jerusalén oriental.
Hasta ahora Netanyahu y Trump se han ayudado mutuamente y sostenido. Pero también hay que prever, dialécticamente, que -como juntos son dinamita - pueden explotar uno antes que el otro o en simultáneo, e irse a pique.

 

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