Viernes 26 de abril 2024

ONU deplora que el agua se use como un arma de guerra

Redacción 20/06/2014 - 04.07.hs

Thalif Deen*
Los casos más preocupantes están en Africa y en Medio Oriente: Botswana, Egipto, Irak e Israel, que corta el servicio a los territorios palestinos que ocupa.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), que intenta resolver la escasez hídrica en el mundo en desarrollo, afronta un nuevo problema: la privación de agua como arma de guerra en zonas de conflicto. Los últimos casos están en Africa y en Medio Oriente: Botswana, Egipto, Irak e Israel, que corta el servicio a los territorios palestinos que ocupa.

 

Derecho humano.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, expresó su preocupación hace algunas semanas tras denuncias de que grupos armados cortaron el suministro hídrico a la asediada ciudad siria de Alepo y dejaron a 2,5 millones de personas sin agua potable ni saneamiento durante ocho días. "Dejar a la gente sin agua potable es una violación de un derecho humano fundamental", dijo Ban. "Poner a la población civil como blanco y negarle suministros esenciales es una clara violación a los derechos humanos y al derecho humanitario internacional", remarcó.
En los tres años que lleva la guerra civil de Siria, todas las partes enfrentadas, incluso el gobierno del presidente Bashar al Assad y el abanico de grupos rebeldes que tratan de derrocarlo, han dificultado el acceso al agua como arma de guerra. El conflicto sirio ya dejó más de 170.000 personas muertas y casi nueve millones desplazadas. Las violaciones al derecho humanitario internacional incluyen torturas y privación de alimentos y agua.

 

Represalias.
Maude Barlow, representante del Consejo de Canadienses y de la organización Food and Water Watch, dijo que cada vez se usan más los cortes deliberados de agua como estrategia bélica. Durante el enfrentamiento entre Irán e Irak en la década de los años 80 se drenaron las Marismas de Mesopotamia.
El entonces presidente de Irak, Saddam Hussein (1937-2006) los siguió secando durante las represalias de los años 90 contra los chiitas que se escondían en esa región y contra los árabes de las marismas que los protegían, acotó Barlow, asesora sobre temas de agua del presidente de la Asamblea General de la ONU entre 2008 y 2009.
En Egipto, la privatización del agua y su desvío hacia la población rica fue uno de los principales factores de la Primavera Arabe, remarcó Barlow. Miles de personas se quedaron sin agua potable y las "protestas por sed" fueron uno de los catalizadores del alzamiento.

 

En Gaza.
Más de cuatro décadas de ocupación israelí en los territorios palestinos han hecho imposible construir o mantener la red de agua potable en Gaza, lo que a su vez ha contaminado las fuentes de agua potable y causado la muerte de muchas personas, añadió.
Barlow también mencionó el caso de Botswana, que usó el agua como arma de guerra contra los bosquimanos con el fin de obligarlos abandonar el desierto de Kalahari, donde se habían encontrado diamantes.
En 2002, el gobierno prohibió a los bosquimanos acceder a su única fuente de agua, una acción terrible que fue anulada años después por un tribunal de apelaciones, apuntó la especialista.

 

Inaceptable.
Anand Grover y Catarina de Albuquerque, dos expertos en agua y saneamiento de la ONU, dijeron que la falta de suministro hídrico, aun en contextos bélicos, es totalmente inaceptable.
La ciudad siria de Alepo tuvo un servicio intermitente desde mayo de 2014, y un corte total que dejó a muchas personas, quizás un millón, sin agua ni saneamiento, dijeron ambos expertos. El problema afectó viviendas, pero también hospitales y centros de salud, añadieron.
Los cortes obedecen a una interferencia deliberada, pero las acusaciones mutuas de los grupos rebeldes armados y del gobierno sirio dan a entender que ambas partes tuvieron responsabilidad en diferente grado y en distintos momentos.
Barlow indicó que la participación del gobierno de Al Assad en los cortes del servicio es coherente con sus antecedentes de usar el agua para castigar a sus enemigos y favorecer a sus amigos.
En 2000, el régimen sirio desreguló la tenencia de la tierra y cedió vastos territorios y agua a sus aliados adinerados, lo que redujo las reservas y desplazó a casi un millón de pequeños agricultores y pastores de sus tierras, recordó Barlow. Lo irónico y trágico a la vez es que esas personas se asentaron en Alepo, donde de vuelta sufren la escasez hídrica, apuntó.

 

En Estados Unidos.
Barlow también se refirió al problema de cuando se blande el agua en la "guerra de clases".
En la ciudad estadounidense de Detroit, en el nororiental estado de Michigan, se cortó el servicio de agua a varios miles de personas que no podían pagar su factura. Y no hace mucho ocurrió lo mismo en Bulgaria, España y Grecia a raíz de las medidas de austeridad adoptadas en esos países europeos.
"El uso del agua como arma de guerra es un argumento sólido para que los gobiernos y la ONU hagan realidad el derecho humano al agua y al saneamiento, sin importar que haya otros conflictos", remarcó Barlow.
Desde 1990, casi 2.000 millones de personas accedieron a infraestructura de saneamiento y 2.300 millones tienen agua potable gracias a fuentes mejoradas, según un informe de la ONU divulgado la semana pasada.

 

Millones.
El documento, elaborado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y la Organización Mundial de la Salud, dice que de esa población unos 1.600 millones de personas tienen ahora agua por cañería en sus viviendas.
El informe señala que más de la mitad de la población mundial vive en ciudades, y que las áreas urbanas siguen teniendo un mejor suministro de agua y saneamiento que las rurales. "Pero la brecha disminuye", advierte el informe.
En 1990, más de 76 por ciento de los habitantes de las ciudades tenían saneamiento, pero eran solo 28 por ciento en las áreas rurales. En 2012, la proporción pasó a 80 por ciento y 47 por ciento respectivamente.
"A pesar de los avances, todavía hay desigualdades geográficas, socioculturales y económicas en el acceso al agua potable y al saneamiento en el mundo", alerta el informe.

 

Metas mundiales.
En ese sentido, hay que recordar que cuando venza el plazo para los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio (ODM) en 2015, habrá una omisión grave: millones de personas seguirán sin agua potable, saneamiento y electricidad en sus hogares.
Conscientes de esta falta, los 193 miembros de la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) celebraron una reunión de alto nivel para abordar esos tres temas de cara a la próxima agenda mundial de desarrollo que reemplazará a los ODM.
Expertos en agua tienen serias dudas de que estos objetivos se alcancen para 2015 a menos de que haya una drástica aceleración de esfuerzos, particularmente en Asia meridional y Africa subsahariana.
Un informe de la ONU aseguraba en 2012 que la meta de reducir a la mitad la proporción de personas que viven sin agua potable se había alcanzado y se habían beneficiado más de 2.000 millones de seres humanos.
Sin embargo, actualmente hay 327 millones de subsaharianos más que en 1990 sin acceso a este crucial servicio, dijo el director de programas internacionales de la organización WaterAid, con sede en Londres, Girish Menon. Al paso que se va, esa región de Africa solo podrá alcanzar la meta referida al agua en 2030, predijo.

 

Número por número.
Al hablar ante los delegados, el presidente de la Asamblea General, John Ashe, describió la magnitud del problema con datos concretos: 783 millones de personas viven sin agua potable, 2.500 millones no tienen saneamiento adecuado y 1.400 millones carecen de electricidad.
"Para agravar esta situación, en muchos países del planeta hay un severo estrés hídrico y escasez de agua", señaló.
Ashe dijo que alrededor de 80 por ciento de la población mundial vive en áreas con graves amenazas a la seguridad hídrica.
Un documento de referencia preparado por su oficina advierte que "lograr el acceso universal al agua potable, el saneamiento básico y los servicios modernos de energía es uno de los grandes retos multifacéticos del desarrollo que afronta el mundo hoy".
Menon estima que estas carencias deben ser contempladas en los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la agenda que reemplazará a los ODM el año próximo.
Los números no dejan lugar a dudas sobre lo que está ocurriendo: 748 millones de personas no tienen agua limpia, esto es casi uno de cada 10 habitantes del planeta; 2.500 millones de personas no tienen un cuarto de baño adecuado, esto es uno de cada tres habitantes del planeta; y unos 700.000 niños mueren por año de diarrea causada por agua contaminada y falta de saneamiento, esto es casi 2.000 niños por día.
* Periodista. Inter Press Service

 


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