Si al final marcharemos manipulados a distancia

Señor Director:
El experto argentino en energía y desarrollo Roberto Kosulj publicó una nota periodística referida a la actualidad política argentina (en el diario Página/12 del día 20 de febrero).
De ese artículo me llamó la atención la parte donde dice que en junio de 2014 el diario británico The Guardian dedicó una nota acerca de un proyecto del Departamento de Defensa de los Estados Unidos para el estudio (con participación de universidades) de las condiciones culturales, de comportamiento y actitudes de la población. Este estudio incluye el Proyecto Minerva de "seguimiento de brotes de masa crítica en contagios sociales". Lo básico es que Defensa se interesa por la sociedad, pero no porque haya olvidado su objetivo sino porque un mejor conocimiento del comportamiento de las poblaciones permite disponer los procedimientos encaminados a provocar determinadas conductas de la masa de un pueblo. Agrega Kosulj que también Francia realiza investigaciones para determinar modelos matemáticos sobre cómo se inicia, propaga y extingue el descontento social capaz de derrocar a un gobierno o desestabilizarlo.
Por lo que se ha sabido al trascender comunicaciones de embajadas de los Estados Unidos, estos conocimientos, que ahora se busca perfeccionar, se vienen aplicando ya. No es que se trate de un saber reciente, pues los encargados de conducir campañas de propaganda (política o de mercado) se basan en lo que han aportado las ciencias sociales y la psicología acerca de la manera de inducir comportamientos de un individuo o de una colectividad. En alguna medida un pseudo ingeniero argentino usó el argumento de la inseguridad para reunir a multitudes en Buenos Aires. Desde entonces los políticos argentinos aumentaron su relación con los expertos en esta forma de propaganda para proyectar sus campañas. Lo que revela el diario The Guardian es algo que no se ignoraba, aunque sin conocer los detalles: que ciertos gobiernos han desarrollado proyectos para inducir el comportamiento de masas de población, capaces de desestabilizar y aun de provocar la caída de gobiernos que no les resultan convenientes para su política exterior. De esto se ha estado hablando en estos días en la Argentina, tanto con referencia al caso Nisman como en lo relacionado con la modificación del servicio de inteligencia.
Lo que conviene saber es que para estas operaciones una de las herramientas principales es el manejo de la información. El ciudadano ya desconfía de lo que se informa, pero no es fácil escapar de esta arma siempre perfeccionada.

Despedida
El escritor y neurólogo Oliver Sacks, de 81 años, acaba de publicar en The New York Time el anuncio de su próxima muerte, basándose en que su melanoma ocular ahora ha hecho metástasis en su hígado y los médicos le han dado apenas semanas de vida.
Sacks nació en Londres, se graduó en Oxford y se doctoró en California. Reside en Nueva York desde l965 y ha publicado libros de su especialidad, en algún caso llevado al cine.
Sacks se despide agradecido de haber vivido. Dice haber sido un animal pensante y siente como un enorme privilegio y una aventura, haber vivido en este precioso planeta. Jocosamente dice que en lo que le queda "trataré de ajustar algunas cuentas con el mundo, pero también tendré tiempo para hacer alguna estupidez".

Zamba
El personaje de Paka Paka, producción de la televisión pública para el universo infantil, ha competido en estos días por un premio Emmy Kids International, en Nueva York. Sus rivales proceden de Inglaterra, Francia y Pakistán.
Zamba, en el dibujo animado, es un pequeño de 7 u 8 años que procede de Formosa. Con La Niña y El niño que lo sabe todo Zamba viaja hacia el pasado, para narrar la historia patria con lenguaje infantil. Para el Emmy compitió con su aventura en la Casa Rosada, cuando estaba la terna dictatorial de 1976.
Jotavé