Viernes 12 de abril 2024

También el campo la está pasando mal

Redacción 21/04/2018 - 01.38.hs

El campo pampeano no tiene hoy la vaca atada. Desde diversos sectores vienen advirtiendo los problemas que aquejan a la actividad rural y que por estos días se están traduciendo en un incremento de las ventas de propiedades pequeñas y medianas y, en el sector ganadero, por un desprendimiento apresurado de animales ante la falta de lluvias.
Primero los incendios, luego las grandes inundaciones y ahora la sequía han sumado sus efectos negativos conformando un cuadro muy preocupante para la producción agropecuaria. Por si no bastara, en los últimos meses los constantes aumentos en el precio de los combustibles provocaron reacciones airadas en algunas entidades rurales que plantearon su protesta por llegar en un momento muy difícil para el sector.
Para nuestra provincia es una mala noticia pues se trata de su principal actividad económica. Pero además porque se están sintiendo muy marcadamente las secuelas de un plan económico nacional que se ensaña preferentemente con las Pymes, y entre ellas el comercio, y que se traduce en una pronunciada caída en las ventas a causa de la pérdida del poder adquisitivo de salarios y jubilaciones.
Los intendentes del interior vienen siendo unos de los principales voceros de estas malas nuevas. El peso del sector rural siempre fue muy fuerte en las localidades pampeanas de ahí que una situación de zozobra termine por afectar al movimiento económico general y también a las administraciones municipales. Esas alarmas han sido ratificadas por entidades rurales locales y hasta por la Cámara Inmobiliaria provincial que confirmaron el hecho nada auspicioso de que muchos productores han puesto en venta sus campos, lo cual tiene consecuencias negativas por partida doble.
En primer lugar porque la venta de las pequeñas y medianas propiedades favorece la concentración de la tierra en menos manos. Hoy, quienes están en condiciones de comprar son solo aquéllos que tienen espalda para hacerlo, es decir, los grandes productores. Pero además, este duro trance que hoy atraviesa el agro sumado al aumento de la oferta de propiedades a la venta conlleva otra consecuencia: una baja en el valor que el chacarero asfixiado puede obtener por la operación.
Que en este escenario el gobierno nacional haya dejado de respaldar el Plan Ganadero es otro motivo adicional de preocupaciones. La polémica que en torno a este programa se desató días atrás puso de relieve que, más allá de las opiniones que cada cual tenga de él, se trata de una decisión que llega en el peor momento para la actividad, cuando la generalidad de los productores están malvendiendo la hacienda porque las pasturas están muy mermadas por la sequía y la temporada invernal se avizora extremadamente dura.
Desde las cámaras del sector reclamaron la declaración de la emergencia agropecuaria. El gobierno provincial respondió que está a la espera de una evaluación general del INTA para conocer los alcances del daño sufrido. Hay rostros de preocupación en todos lados. En la actividad privada por las pérdidas económicas, y en el gobierno porque esta "sequía" va a implicar una merma en la recaudación tributaria en tiempos de relaciones muy tirantes con el gobierno nacional.

 

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