Jueves 11 de abril 2024

Tardará, pero trabajan para que cambiemos de planeta

Redacción 02/10/2016 - 01.57.hs

El sudafricano Elon Musk, director de Space X, se presentó en el Congreso Espacial Internacional de Astronáutica, realizado en Guadalajara, México, para dar cuenta del programa en el que trabaja su empresa para poblar Marte y generar allí una civilización autosustentada. Para esta finalidad se procura ahora abaratar costos de transporte y reducir la duración del viaje.
No se trata de algo inmediato. Crear la colonia marciana, según su estimación, llevará entre cuarenta y cien años. Con los medios actuales llevar colonos significaría un costo del pasaje de 10 mil millones de dólares por persona. Para reducir estos costos lo proyectado es contar con cohetes reutilizables, es decir que puedan llevar la astronave hasta una órbita terrestre, retornar a la Tierra y recargar combustible. Los cohetes retornarían para llevar la astronave hasta la superficie marciana, en la llanura. La misma nave serviría de primera morada marciana, mientras que los colonos comenzarían instalando una planta para producir propelente, usando el metano de Marte. Dentro de dos años, Space X enviará a Marte una cápsula no tripulada. Luego, ya con tripulación y pasajeros, una nave despegará de Cabo Cañaveral en 2024 y en 2025 estaría en el planeta rojo.
Según el relato de Musk la nave inicial podrá transportar cien pasajeros (colonos), pero se proyecta otra nave para 300 pasajeros, capaz de reducir la duración del viaje a entre 80 y 150 días, aunque en un plazo mayor el viaje duraría 30 días. Ya en Marte los primeros colonos deberán generar recursos para desarrollar una ciudad y para producir el combustible necesario para el retorno de la nave a la Tierra.
La información disponible dice que la concurrencia de Guadalajara escuchó con interés la exposición del proyecto. El argumento básico de Musk es el presumible: de quedarnos en la Tierra, en algún momento sobrevendrá la extinción de la vida en este planeta. La alternativa es convertirnos en especie multiplanetaria. Al principio, los lugares de desembarco serán los planetas del sistema solar, pero después se irá más allá.
Conviene decir que hay por lo menos otras dos empresas que trabajan en viajes espaciales, aunque por ahora se trataría de recorridos turísticos. Todas experimentan con cohetes, buscando incrementar su tamaño, tanto para aumentar la capacidad de las naves como su velocidad. Jeff Bezos, de Blue Origin, no cree que se pueda llevar gente a Marte en 2025, pero admite que el objetivo es tener capacidad para dejar la Tierra.

 

Migrar.
Sin conocimiento suficiente de los fundamentos reales y actuales para estos viajes, casi no se pueden hacer conjeturas. Lo que queda claro es que estas personas, que por el momento piensan hacer su negocio con viajes al espacio exterior, parten de la idea de que nuestro viejo y maltratado planeta va camino al muere. Mientras los ecologistas proponen programas para recuperar lo perdido y asegurar o prolongar la habitabilidad, estos empresarios trabajan con la idea de que, más tarde o más temprano, habrá que empezar a irse.
Ya los novelistas del siglo pasado que desarrollaron la ciencia-ficción imaginaron que el hombre llegó en algún momento a la Tierra, escapando de algún riesgo en otro lugar del universo. De ser así, habría que aceptar que la vida, especialmente en el nivel humano, destruye siempre su hábitat y es una especie de judío errante, vagando sin muerte por la vastedad del espacio.

 

Bradbury.
El norteamericano Ray Bradbury (1920-2012) produjo algunas obras notables, entre ellas la que tituló Crónicas Marcianas.
En este relato Ray da por establecidos a los humanos en Marte, luego de dejar la Tierra escapando del riesgo atómico, que al final aniquilaría toda forma de vida.
Las Crónicas cuentan experiencias de los ex terráqueos, incluso la comprobación creciente de que hubo allí una gran civilización, desaparecida mucho tiempo antes. Se había establecido cuando Marte tenía agua en superficie y, al parecer, canales que hacían posible una navegación en veloces veleros. Algunos colonos decían ser testigos de esta presencia marciana.
Un episodio conmovedor que relata Bradbury tiene como protagonista a un matrimonio de viejos colonos, cuyos últimos años transcurren sin esperanza, pues se les ha muerto su único hijo. En un momento mágico, este hijo se presenta en la casa y termina siendo aceptado por los viejos, que recuperan su gana de vivir. Distintas situaciones relatadas por Bradbury permiten entender que no es que el hijo haya renacido, sino que su cuerpo ha sido ocupado por un marciano compasivo. O sea que los marcianos seguirían allí, ya solamente como espíritus.
Jotavé

 

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