Un freno para los aumentos abusivos

En la Argentina de estos días parece que hay que alegrarse porque la tarifa del gas natural aumenta "solo" el 400 por ciento. A tal punto se ha llegado en apenas cinco meses de gobierno de la coalición Cambiemos.
Los descomunales aumentos tarifarios aplicados ahora no registran antecedentes en la historia del país. El siempre recordado "rodrigazo" del invierno de 1975 y una referencia permanente cuando hay estampida en los precios, quedó reducido a una expresión microscópica si se lo compara con este tarifazo del macrismo. Basta recordar que aquel histórico aumento de precios significó para los servicios públicos, en promedio, "apenas" una suba del cien por ciento,
Este lunes, mientras los gobernadores patagónicos trataban de persuadir a los ministros del Interior y de Energía sobre las brutales consecuencias que tendría para la zona más fría del país semejante disparada en los valores del gas natural, jueces de Chubut, Santa Cruz y Río Negro frenaron los aumentos tarifarios dando curso a los muchos reclamos de usuarios, comerciantes, intendentes y hasta gobernadores.
Esta valla que encuentra el gobierno nacional para desplegar su política económica tan agresiva con la población era de prever. Los magistrados y los funcionarios políticos que viven en la región más azotada por el rigor invernal conocen muy bien las consecuencias que le aguardan a la población si se aplicara en toda su magnitud un aumento de precios tan despiadado.
No obstante algunos gobernadores del extremo sur del país se manifestaron disconformes con la reducción que aceptó aplicar el gobierno nacional. No les falta razón: el promedio del aumento tarifario para los usuarios particulares de la región patagónica ascendió al 536 por ciento, por lo tanto observan que la rebaja al 400 por ciento no es un derroche de generosidad pues se trata de un servicio crítico para afrontar la temporada fría.
Este caso -y otros anteriores- de resistencia a medidas antipopulares están haciendo carne la idea de que los sectores más perjudicados por la política económica del macrismo deben unir sus fuerzas y sumar sus reclamos para revertirlas. Un ejemplo, entre otros, fue el de los docentes universitarios que se movilizaron en todo el país y confluyeron en una gran manifestación en la Capital Federal. Esa multitudinaria expresión de rechazo a la política salarial y presupuestaria logró que el gobierno reconsiderara el mezquino aumento propuesto inicialmente y concediera un porcentaje sustancialmente mayor. Por otro lado, algunos despedidos en organismos nacionales acaban de obtener una sentencia judicial favorable que salvaguarda su estabilidad laboral y constituye un valioso antecedente para las decenas de miles de cesanteados en el Estado por inocultables razones políticas.
Como un efecto de acción y reacción, la aplicación de la receta neoliberal por parte de un gobierno indiferente a los costos sociales va generando conciencia sobre la necesidad de defender los niveles de bienestar alcanzados por las mayorías porque constituyen un derecho y no una "fiesta irresponsable" heredada de la gestión anterior como pretende hacer creer el discurso dominante del macrismo.