Un nuevo papelón

La ministra de Seguridad, integrante de "el mejor equipo de los últimos años", según el Presidente de la Nación, acaba de provocar un papelón gubernamental de aquellos que no se olvidan; al mismo tiempo puso al gobierno en una muy incómoda posición dentro del contexto diplomático. Durante un reportaje televisivo, y al hablar sobre la despenalización en el consumo de drogas, la funcionaria afirmó que, por su sistema de tratamiento al problema, Holanda "es un narcoestado". Semejante ligereza en la apreciación causó una conmoción política agregando una torpeza más en la larga lista de traspiés de la diplomacia macrista.
Es que la ministra, a la desubicación y llamativa falta de información sobre el asunto, al manejar semejantes términos para con un estado con el que se mantienen buenas relaciones, suma lo equivocado de la apreciación ya que los Países Bajos desde hace muchos años tienen una política original y efectiva en el control de estupefacientes entre su población, y así lo evidencian las estadísticas positivas en la materia. Que manejen formas de control distintas a las de estas latitudes para nada significa un relajamiento en la vigilancia, tratamiento y prevención del problema. Dicho de otra forma: la ministra cometió un agravio gratuito a una nación respetada en Occidente, por tal motivo, alertada por las áreas relacionadas con el tema, debió retractarse inmediatamente ante los representantes holandeses quienes, con elegancia, ante las disculpas dieron por cerrado el tema. Pero el papelón ya se había consumado.