Miércoles 17 de abril 2024

Una santa para la Iglesia, pero muy cuestionada

Redacción 07/09/2016 - 02.01.hs

Aunque conocida en todo el mundo por su bondad y dedicación a los pobres, su Orden de Misioneras de la Caridad manejaba fondos millonarios que nunca pudieron ser investigados.
IRINA SANTESTEBAN
Bojaxhiu Agnes Gonxha nació en Skopje, Macedonia (hoy Albania), el 26 de agosto de 1910 y a los 18 años inició el noviciado, llegando a Calcuta (India) al año siguiente, como una monja de la Orden de Loreto. En 1950 creó la Orden de las Misioneras de la Caridad, con la que luego fundaría centenares de hospicios y moritorios.
Desde 1969, en el que su obra fue conocida gracias a la BBC y al periodista Malcom Muggeridge, quien fuera conocida en todo el mundo como la Madre Teresa de Calcuta, tuvo una gran popularidad, como una religiosa muy bondadosa y dedicada por entero a los pobres.

 

Predilección por los pobres.
El pasado domingo, en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco canonizó a Bojaxhiu Agnes Gonxha, conocida como Teresa de Calcuta, y llamó a seguir su ejemplo, ensalzando su predilección por los "más pobres entre los pobres".
Su canonización llega muy rápidamente, para los tiempos que suele manejar la Iglesia en la proclamación de beatos y santos. Así lo demuestran decenas de procesos de esta índole, como el del cordobés José Gabriel del Rosario Brochero, quien fue beatificado en 2013, 99 años después de su muerte, y que será santificado el próximo 16 de octubre. Brochero se destacó en la asistencia de los enfermos de cólera en Córdoba en 1867 y luego, ya como vicario del Departamento San Alberto, en Traslasierras, fue un activo sacerdote que construyó capillas, puentes, caminos, junto a los pobladores de esa zona.
A Teresa, en cambio, sus detractores le recriminan que en sus centros de asistencia a moribundos, no se les brinda asistencia médica, ni siquiera para mitigar en parte el dolor.
Al momento de su canonización, Francisco dijo que la fundadora de la Congregación de las Misioneras de la Caridad, "hizo sentir su voz a los poderosos de la tierra, para que reconocieran sus culpas ante los crímenes de la pobreza creada por ellos mismos".
Llama la atención esta afirmación, porque no se conoce ningún discurso o entrevista donde la religiosa increpara a ningún empresario o líder mundial, y menos que los culpara por los "crímenes de la pobreza". Por el contrario, sus detractores, que se han ido sumando a lo largo de su vida y con posterioridad, ante su beatificación y su reciente santificación, le recriminan haber utilizado la pobreza para recibir donaciones millonarias, que no utilizó en mitigar el sufrimiento de los miles de indigentes que concurrían a sus casas de caridad.

 

Contra el aborto.
Lo que sí es cierto es que, tal como lo evocara el Papa, Teresa fue una defensora de "la vida", en el sentido que lo entiende la Iglesia Católica. En ocasión de recibir el Premio Nobel de La Paz, en 1979, pronunció un fuerte discurso contra el aborto, al que consideraba como la "principal amenaza para la paz mundial". Y para librar esa batalla, la religiosa decía que toda su obra de caridad estaba destinada a ese fin, pues para ella tanto el aborto como la contraconcepción eran "moralmente equivalentes". Y esa pelea la daba nada menos que en la India, un país con superpoblación y millones de niños abandonados en la más absoluta miseria.
Francisco elogió ese perfil y destacó que Teresa defendía al "no nacido" porque era "el más pequeño, el más pobre".

 

"Amiga de dictadores y corruptos".
Así la calificó el médico bengalí, Aroup Chatterjee, quien publicó en 2003 un libro en el que critica el legado de la religiosa, porque les pedía resignación a los pobres y los ayudaba a morir, pero no les brindaba ningún cuidado profesional. Chatterjee, radicado en Londres, participó en el documental "Angel del Infierno", realizado en 1994 por el periodista británico Christopher Hitchens, uno de los primeros en revelar lo que él mismo llamó "la otra cara de la religiosa".
Es muy conocida la relación de la madre Teresa con el dictador haitiano Francois "Papá Doc" Duvalier, de quien recibió una condecoración y una millonaria donación. Duvalier padre y su hijo "Baby Doc" fueron sangrientos dictadores en la empobrecida Haití, y bajo sus regímenes asesinaron a miles de disidentes, siendo responsables de torturas y crímenes aberrantes, cometidos por la temida guardia llamada los "Ton Ton Macoutes". Esa pobreza extrema y salvaje dictadura pueden competir con las más sanguinarias obras de la dependencia en nuestra región y el mundo. Y Teresa fue su amiga y beneficiaria.
Otro de los donantes de la Orden de las Misioneras de la Caridad fue el norteamericano Charles Keating, un financista condenado a diez años de prisión, en 1992, llamado "el rey de los bonos basura" por haber estafado a 17.000 pequeños ahorristas en uno de los mayores escándalos financieros de los EE.UU. Teresa le escribió al juez pidiendo misericordia para Keating por haber sido "generoso con los pobres de Dios". Es que su Orden había recibido una donación de 1.250.000 dólares de parte de Keating, quien además le permitía usar a la religiosa su avión privado. Según Hitchens, el fiscal Paul W. Turley habría quedado perplejo al leer la carta manuscrita de Teresa de Calcuta, y le envió una carta informándole de la naturaleza del dinero estafado, donde además le pedía que lo devolviera, porque le pertenecía a personas que lo habían ganado con su trabajo. La religiosa nunca contestó.

 

Fundamentalismo religioso.
No sólo por su posición contraria al aborto y a los métodos anticonceptivos, sino porque en sus centros asistenciales no se brindaba ninguna mitigación para el dolor, la Congregación de Teresa fue considerada por sus detractores como "fundamentalista" y "conservadora".
Estas críticas fueron hechas hace más de 20 años, y es posible que las condiciones en esos centros hayan mejorado, pero el sentido de aquel cuestionamiento era correcto, ya que la religiosa nunca condenó las causas de la pobreza, a pesar que acogía a miles de sus víctimas. Y sigue siendo correcto, porque Francisco al canonizarla, rescata ese accionar, y exhorta a los sacerdotes y monjas a "continuar con su obra".
El médico Chatterjee fue muy duro también al criticar la actitud de las Misioneras de la Caridad, que bajo las órdenes de Teresa convertían a miles de personas casi moribundas, al catolicismo, una religión minoritaria en la India. En una suerte de aprovechamiento de las condiciones en las que se encontraban, se trataba de difundir su religión a cualquier precio, y por ello la catalogaba como una fundamentalista del catolicismo.
Por su parte, el periodista Hitchens también tenía esa caracterización de Teresa, respecto a su filosofía religiosa. Durante el Concilio Vaticano II, ella fue parte de la oposición a cualquier reforma de la Iglesia Católica, y decía que lo que se necesitaba era "más trabajo y más fe, no una revisión doctrinal". Su constante prédica del consuelo era una exaltación del conformismo, respecto a las causas de la pobreza.

 

Perdonar y no reclamar.
A fines de 1984, se produjo un escape de sustancias tóxicas en la planta química de la multinacional Union Carbide, en la región de Bhopal (India), que produjo entre 6.000 y 8.000 muertes en la primera semana, y otras 12.000 más en las siguientes, en una tragedia que afectó a más de 600.000 personas. Teresa se presentó en el lugar para ofrecer oraciones y exhortar a los afectados: "Perdonad, perdonad, perdonad". De esta forma, su mensaje fue claramente de resignación hacia las víctimas y sus familiares, desalentando reclamos y acciones legales para que se castigue a los culpables y se reparen los daños ocasionados por aquella multinacional.

 

Una canonización dudosa.
En una publicación de 2013 en la revista académica "Studies in Religion/Sciences religieuses", tres investigadores de la Universidad de Montreal -Serge Larivée, Carole Sénéchal y Geneviève Chénard-, cuestionaron la entonces pretendida santidad de la Madre Teresa, calificándola de "una construcción mediática".
Larivée y sus colegas estudiaron casi la totalidad de los escritos sobre la Madre Teresa, y llegaron a la conclusión de que el proceso de beatificación de la albanesa, que se diera en 2003 por el Papa Juan Pablo II, además de apresurado (a los 5 años de su muerte), dejó de lado circunstancias que, quizá en otras condiciones o con otra persona, hubieran merecido más revisión y reflexión por parte de las autoridades eclesiásticas.
"Su manera de curar las enfermedades, sus contactos políticos dudosos, su curiosa gestión de las sumas de dinero astronómicas que recibía y un dogmatismo excesivo sobre todo al respecto del aborto, la anticoncepción y el divorcio", son algunos de los reparos expresados por los investigadores.
Antes de cumplirse los 20 años de su muerte, Teresa ya es una santa para la Iglesia Católica, a pesar de los cuestionamientos que desde diversos sectores se le han hecho.
De esta forma, Francisco demuestra que, en el fondo, la Iglesia sigue siendo la misma, entronizando algunas santas que no lo serían tanto, a pesar de los cambios progresivos que él ha venido pregonando.

 

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