Sabado 11 de mayo 2024

Violencia escolar, tema extendido y preocupante

Redacción 22/05/2013 - 04.39.hs

A lo largo de más de tres generaciones desde comienzos del siglo pasado, la escuela pública argentina contó con un unánime respeto de la sociedad, tanto en el país, en general, como en La Pampa, en particular. Entre nosotros, superado el inicial resquemor de los inmigrantes ante la imposición de un idioma y una estructura pedagógica distintos a los de sus lugares de origen, la escuela de concepción sarmientina se insertó en la población. De hecho fue la herramienta que cimentó el progreso argentino en el primer medio siglo pasado, permitiendo -junto con otras entidades educativas de libre acceso- el ascenso de las clases medias.
Aquel respeto, que mayoritariamente era extensivo también a los docentes, se ha ido deteriorando en las últimas décadas junto con la validez y el papel de la escuela pública. Esa circunstancia no parece casual, como tampoco lo son otros factores que han contribuido a esa situación. Lenta pero constantemente, casi siempre por la mediación casual o buscada de los funcionarios, la escuela pública fue perdiendo terreno frente a las instituciones privadas, que constituyen, en definitiva, un negocio. En tal sentido fueron paradigmáticos los años del liberalismo económico cuando se destruyó la estructura centralizada y se volcó el costo de la enseñanza sobre las provincias, llegando a asimilarse la institución educativa con una empresa comercial. En forma paralela se desgastó la imagen tan respetada del maestro y se la volvió vulnerable en más de un sentido. La introducción de formas culturales y teorías foráneas, que con el tiempo demostraron su ineficacia, contribuyeron también a ese deterioro.
Hace treinta años, las noticias que nos llegaban desde los países "desarrollados" en relación a agresiones de alumnos a sus docentes todavía nos asombraban. Hoy nos toca vivirlas muy de cerca, en nuestra misma comunidad. En los últimos meses se han producido varios de estos ataques -que no son solo peleas propias de la edad- entre los alumnos, sin discriminación de sexo, y a veces con el uso de armas peligrosas. Pero también se han observado embates de carácter físico contra los maestros, nada menos que dentro del ámbito escolar.
Ante esta situación, que ha llegado a niveles muy serios, los docentes han reaccionado corporativamente pidiendo a las autoridades soluciones a esta problemática. Pero hasta el momento no han podido o no han sabido darlas. Los ejemplos son alarmantes y recorren un espectro que va desde el insulto al maestro o profesor hasta el increíble ingreso de una familia a un colegio para amenazar de muerte a una alumna. Para peor, en este caso límite y según propias declaraciones de la directora del establecimiento donde ocurrió el hecho, no hubo respuesta -literalmente- por parte de la estructura oficial a la grave situación generada, por lo que debió recurrir a la policía. Los "distintos dispositivos previstos para el abordaje de la temática" que mencionó al respecto la ministra de Educación de la provincia en su carta de contestación a la nota enviada por la Utelpa, parecen no haber funcionado. De hecho, el detonante de la última y espontánea movilización docente fue la falta de consideración de la violencia escolar como tema en las jornadas institucionales de formación en la provincia.
La situación aparece tan seria, que las autoridades gremiales han convocado para fin de mes a un congreso extraordinario "con el objeto de trazar un plan de lucha a seguir ante la falta de respuesta del gobierno provincial a los casos de violencia ocurridos en lo que va del año".

 


' '

¿Querés recibir notificaciones de alertas?