Domingo 28 de abril 2024

Algunas reflexiones para casos urgentes

Redacción 15/02/2024 - 00.15.hs

El reciente suceso de una beba picada por una víbora de coral en el sur de La Pampa conmovió a toda la provincia. Por lo que se sabe. la niña reaccionó bien al tratamiento de urgencia que se aplicó y está fuera de peligro.

 

El hecho, sin embargo, da para algunas reflexiones que acaso sean cuestionables pero que, si merecen alguna objeción por parte de las autoridades, al menos valen ser consideradas ante posibles casos en el futuro.

 

El caso ocurrió el mediodía del viernes pasado cuando una niña de poco menos de un año fue mordida por una serpiente. Fue en el interior de en una vivienda de la zona rural de Colonia Chica donde funciona una importante empresa agrícola, en donde trabaja el padre. El hombre tuvo la rápida y acertada decisión de atrapar a la víbora y rápidamente la llevaron al Hospital Jorge Ahuad de 25 de Mayo.

 

Según la información suministrada, se debieron realizar múltiples consultas a una sorprendente cantidad de establecimientos asistenciales.

 

El motivo: todos carecían del suero antiofídico correspondiente. Por fortuna, al final pudo ser derivada a una institución neuquina, donde sí tenían el correspondiente contraveneno. Hubo que recorrer varios centenares de kilómetros hasta llegar al sitio. El tiempo, esencial para estos casos, transcurría haciéndolo más urgente.

 

Como se recordará, luego de que la niña saliera del peligro que corrió su vida, un médico interviniente en el caso relató que sabían que contaban con tres horas a partir de la picadura para poder aplicar la dosis correspondiente en el cuerpo de la pequeña para contrarrestar la peligrosidad del veneno inoculado.

 

“Sabíamos que teníamos tres horas de lapso antes del shock y más con una beba de 9 kilogramos”, explicó el facultativo tras la resolución del caso y con la beba ya sin respirador.

 

Lo sucedido merece una consideración. Cierto que La Pampa es una provincia con bajos registros de ofidismo, pero también los tiene. ¿Cómo es posible entonces que no hubiera suero antiofídico en ninguno de sus hospitales, y muy especialmente en el recientemente inaugurado en Santa Rosa, que es un ejemplo para todo el país?

 

Las víboras más peligrosas que hay en la provincia son las llamadas yarará y coral. Esta última, a estar por los herpetólogos, es la de veneno más peligroso aunque menos agresiva. Su mordedura, señalan, es menos frecuente ya que la apertura de su boca apenas alcanza para sectores del cuerpo que sean de escaso tamaño. También, y acaso esto tenga que ver con el suceso, es atractiva, de colores muy vivos.

 

Retornando al planteo anterior, sería de mucha utilidad que algunos establecimientos sanitarios de La Pampa contaran con un mínimo de suero.

 

No se trata de una especulación alarmista. Aunque el caso fue muy poco conocido, a comienzos de la primavera del año pasado apareció una yarará a las puertas de un domicilio de un barrio santarroseño. Lo notable del hecho es que, cuando los vecinos procuraron seguir el protocolo para estos casos llamando a alguna de las reparticiones públicas pertinentes, por una u otra razón no hubo quién se hiciera cargo de la captura del reptil.

 

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