Conceptos inconcebibles

Años atrás, en un lapsus que destacó hasta la prensa partidaria, el entonces presidente Macri habló de “caer en la escuela pública”. La frase, elitista y hasta insultante para la hasta entonces respetada educación pública argentina, contribuyó no poco en restarle prestigio.

Pero en los días que corren aquella expresión despectiva ha quedado leguas atrás en la referencia por parte del actual presidente quien, con la soltura e irresponsabilidad que le son frecuentes en este tipo de afirmaciones, dijo que la escuela pública “lavaba las mentes de los educandos” inclinándolos más o menos sutilmente hacia el colectivismo, un concepto que Milei utiliza equivocadamente, confundiéndolo con socialismo o comunismo.

La torpe y tendenciosa expresión fue dicha en una escuela de orientación nominal religiosa y en una alocución que debía durar 15 minutos y se prolongó alrededor de una hora. En ella, el par de centenares de adolescentes que la escuchaban debió asimilar desde algunos conceptos muy discutibles hasta una alusión claramente pornográfica, inconcebible en boca de semejante autoridad y ante ese auditorio. La síntesis del acto puede resumirse en el desmayo de dos de los alumnos abanderados, uno de los cuales ni siquiera mereció la atención presidencial que el suceso merecía y que en cambio fue reemplazada por un chiste político.

El suceso tuvo un final patético: el incalificable vocero presidencial dijo que los alumnos “se habían desmayado de la emoción” ¿Por la visita del presidente?

Cuando finalizó la visita a ese colegio, al que el presidente concurrió de niño, una maestra del establecimiento, ya jubilada, tuvo la audacia de decir que su jubilación era muy baja y pedirle al presidente “que no ajuste tanto”. Semejantes opiniones -que fueron dichas con expresión correcta y buen tono-, bastaron para que Milei calificara a la docente de “roba cámara, farsante y mentirosa”.

Puede decirse que resulta doloroso que la máxima autoridad del país se desempeñe en semejante forma, pero no que sea inesperado. Son habituales los rasgos paranoicos que manifiesta en sus animadversiones. El último ejemplo de esa actitud consistió en decir ante los púdicos oídos de un grupo de ruralistas que “iba a mear” al conjunto de gobernadores que se atrevieron a cuestionar sus políticas económicas para con las provincias, a las que negó las transferencias de fondos que tenían por destino diversos rubros, fundamentalmente educación y trasporte. Por la misma causa -enojo con los gobernadores-, amenazó directamente con “gobernar sin el Congreso”, a puro decreto como quien diría.

Ante semejante fantochada, el ciudadano común no puede menos que preguntarse hasta cuándo y hasta dónde pueden llegar esta clase de actos que protagoniza el presidente de la Argentina, que involucran a todo el país. Los principales diarios del mundo, que expresan de algún modo la opinión de sus gobiernos, ya no vacilan en referirse al presidente Milei con los términos más irónicos y que, mal que nos pese, involucran a la Nación toda.