Domingo 28 de abril 2024

El oxímoron radical

Redacción 31/12/2023 - 20.15.hs

Estimado señor Director, he venido siguiendo atentamente los avatares que hoy, una vez más, sufrimos los argentinos. Y aunque a esta altura de la cuenta personal de almanaques completados y lamentablemente acostumbrado a las zozobras políticas y económicas de la Argentina, no dejan de llamarme la atención muchas cosas, aunque el sentido común nos aconseje lo contrario.

 

Estamos frente a un claro avasallamiento de la Constitución y sus instituciones fundamentales, bombardeados por un personaje más que inquietante, pero tan mentiroso como otros que lo precedieron. No aprendemos la lección los más grandes y está fallando la enseñanza de historia. Se ha sentado en el Sillón de Rivadavia una persona que a poco de andar ya evidencia sus mentiras, sus incongruencias y, lo que es peor, sus verdaderas intenciones.

 

Uno entiende que pueda haber una porción de la población que lo pueda apoyar. Sectores que ya nos han saqueado y que están otra vez en la misma, pero que para concretar sus tropelías necesitan de los incautos, ignorantes y odiadores que se han comprado el discurso. Cientos de preguntas podríamos hacerles respecto de si, efectivamente, ahora somos libres. Una de ellas, y sólo como muestra, es la represión a los reclamos y esta ridiculez de tener que pedir permiso para que más de tres personas puedan coincidir en la vía pública, por citar solo algunos de los casos más elocuentes.

 

Por acción y omisión.

 

Pero volviendo a los que apoyan este modelo, pretendo detenerme un momento de los integrantes, dirigentes, afiliados y simpatizantes del radicalismo. De todo el país, sin dudas cómplices por acción y por omisión de este desastre que enfrentamos.

 

Ahí están ahora los fervientes admiradores de don Raúl Alfonsín, demócrata entre los demócratas, si los hay. En estrepitoso silencio, aturdidor silencio. Esquivando micrófonos y consultas o respondiendo generalidades. Recuerdo el cuento de Eduardo Sacheri. “Y, no sé, habría que ver, son tantas cosas…”, y respuestas por el estilo mientras acomodan los tantos y esperan para decidir de que lado calienta más el sol.

 

¿ El DNU firmado por el presidente no amerita una postura clara y firme? Por estos pagos parece que no, pero sin embargo aquí se redondea el oxímoron de los ex lista 3. Los por ahora ignotos concejales de la vieja UCR han salido a aprovechar cuanto micrófono les han abierto para cargar contra una ordenanza del CD capitalino que consideran “inconstitucional”. Tiene que ver, como usted sabe, con la nueva ordenanza tarifaria en la ciudad capital que, hasta donde uno puede conocer, fue legalmente sancionada por el propio cuerpo en legítimo ejercicio de sus atribuciones.

 

Pero, lo estamos viendo, algunas decisiones democráticas que no les gustan ya nos les parecen tan democráticas. Han anunciado, sin ponerse colorados, que evalúan ir a la Justicia a cuestionar la norma que propugna que ciertas tasas sean calculadas en base a los ingresos en cada bolsillo. Eso que, cuando ellos mismos mencionan a otros países que se rigen por ese principio elogian, pero que cuestionan cuando les toca de cerca.

 

Beneficiados.

 

Además, como no podía esperarse de otra manera, esos peros tienden a beneficiar a comerciantes y empresas que sí pueden remarcar y poner los precios a su antojo pero que se niegan a pagar sus obligaciones. Ya sabemos los santarroseños, especialmente los que tenemos la posibilidad de vez en cuando de salir y poder comparar, pero además lo dicen nuestros visitantes, que nuestra ciudad está por encima de muchas en materia de precios.

 

Pero claro, parece que sólo ellos pueden aumentar precios, remarcar y obligar a los consumidores a tomarlo o dejarlo. No es potestad de las autoridades legalmente constituidas, en su concepto, fijar tasas o lo que fuera, eso es un “tarifazo”, aunque sin mucha vergüenza admitan que todavía no conocen los alcances de la medida.

 

Y en esto tiene que ver también la mala comunicación de parte del municipio. Este tipo de medidas que pueden ser motivo de polémica y, eventualmente, de alguna injusticia, debieran ser bien explicitadas y defendidas por Di Nápoli o alguno de sus funcionarios, muchas veces esquivos a las consultas de los medios. Si están seguros de lo que hacen porque no explicarlo y defenderlo, cabe preguntarse.

 

Pero regresando a los opositores del radicalismo vernáculo, son ellos los que bien podrían aprovechar los espacios para agregar a su particular reclamo doméstico alguna explicación sobre su postura sobre la más candente actualidad. Decirnos, por caso, de su aporte para respaldar por acción u omisión a un embate inédito a la Constitución, como la que encarna Javier Milei, de su alianza con el macrismo a pesar de las advertencias de su idolatrado Alfonsín y de su constante rol de funcionales al servicio de los que están lisa y llanamente poniendo una bandera de remate a la Argentina.

 

Como le decía antes señor Director, ahí está el silencio que aturde, el oxímoron de la UCR pampeana. (RS)

 

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