Viernes 03 de mayo 2024

Entre “familia tipo”, conductas transgresoras y un campo de perversión

Redacción 26/10/2023 - 09.11.hs

Por mucho que se haya avanzado en reconocer la legitimidad de organizaciones alternativas, no resulta en absoluto desdeñable que se reivindiquen valores familiares.

 

JOSE ALBARRACIN

 

En las primeras horas de lunes pasado, mientras se analizaban los resultados electorales en un canal de TV porteño, una periodista -que suele hacer gala de su agudeza intelectual- lamentó que el candidato más votado en la jornada se hubiera presentado, al hablar tras conocerse los resultados, acompañado de su familia, que componen su esposa y dos hijos, un varón y una mujer.

 

Según su análisis, esa imagen "atrasa" y no representaría la diversidad de organizaciones familiares que se dan en la sociedad actual. La analista, no obstante, no esbozó cuál hubiera sido, a su criterio, la conducta aceptable en el candidato, o si acaso debió abstenerse de exhibirse con su "familia tipo" que es, hasta donde se sabe, la única que tiene.

 

Al frente.

 

Resulta importante, de todos modos, poner en contexto la situación en la cual tuvo lugar esta presentación del grupo familiar. Se trataba de una elección en la cual el principal contendiente en el comicio era un candidato que no sólo no está casado -lo cual no resulta en sí cuestionable- sino que exhibe una conducta personal bastante alejada del culto a la familia.

 

Para hacer un breve recuento: según sus propios dichos, tiene padres vivos, con los que no tiene relación alguna, y a los que se refiere en términos despectivos; su vínculo familiar más cercano es una hermana a la que denomina "el jefe"; afirma tener "hijos de cuatro patas" que, en realidad, son cinco perros de una raza exótica; y estos perros, a su vez, habrían sido clonados de una mascota ya fallecida, con la cual el candidato asegura mantener comunicación a través de una medium. A veces se refiere a sus perros como "asesores" o "gabinete".

 

Completando su escala de valores familiares, habría que destacar su calificación de los adultos mayores como "viejos meados", su posición a favor de la compraventa de bebés humanos, y, en su entorno, la presentación de un proyecto de ley que permitiría a los padres biológicos "renunciar" a las obligaciones derivadas de ese vínculo familiar.

 

En CABA.

 

No menos singular es el récord familiar del candidato que esa fuerza política presentó para la Jefatura de Gobierno de CABA. Un joven también soltero, que por lo que se sabe, vivió hasta bien pasados los treinta años en casa de sus padres, que debieron conminarlo a que se independizara, previo comprarle un amplio departamento a esos fines.

 

Este otro referente tampoco ha sido tímido al expresar posturas extravagantes en temas familiares. Por ejemplo, cuando se opuso a la educación sexual integral que actualmente es materia obligatoria en las escuelas, por considerar preferible que los niños aprendan de estas cuestiones mirando pornografía, opinión ésta que, confiesa, se basa en su propia experiencia personal.

 

En otra postura pedagógica particular, se manifestó opuesto a que, al enseñarse las guerras de la independencia nacional, se presente como "malos" a los españoles, ya que -como exhibe con orgullo- él mismo tiene esa nacionalidad, además de la argentina.

 

Y hay una larga lista de posturas similares, incluyendo posteos en redes sociales con comentarios impropios sobre el cuerpo de niñas de 11 años, o manifestaciones de repudio a que una madre amamante a su hijo en público.

 

Alivio.

 

Ante este panorama, y por mucho que se haya avanzado en reconocer la legitimidad de organizaciones familiares alternativas, no resulta en absoluto desdeñable que se reivindiquen valores familiares en oposición a conductas que, más que transgresoras, ingresan ya en el campo de la perversión.

 

Es una larga tradición en la liturgia electoral que los candidatos se presenten al electorado contando cómo es su vida familiar y su historia personal. El votante tiene todo el derecho del mundo a conocer estos aspectos de la personalidad de quienes se postulan para gobernarlo: gobernar incluye necesariamente cuidar a los ciudadanos, y no es aventurado asegurar que quien ya ha sido padre está en mejores condiciones de ejercer el cuidado que quien continúa siendo sólo hijo -y encima, malcriado-.

 

Mostrarse públicamente con la familia es, también, un gesto de agradecimiento y de reivindicación a esos seres tan cercanos, quienes invariablemente sufren no sólo el escrutinio público, sino, sobre todo, las privaciones que se derivan de una actividad tan absorbente como militancia política y la función pública.

 

De modo tal que, por mucho que el hecho haya ofendido la sensibilidad metropolitana de esta periodista, el candidato está en todo su derecho de mostrarse con su familia y expresar su orgullo de tenerla. Lo único que faltaría es que se imponga alguna cancelación al respecto. Por otra parte, una familia que incluye como miembro a Moria Casán, difícilmente podría ser tildada de "convencional".

 

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