Intrigas presidenciales

El vocero presidencial, en sus encuentros con la prensa, se ha referido varias veces a la trascendencia internacional del presidente Milei, ejemplificando con algunos de sus viajes y dichos el interés de la prensa mundial sobre su persona. Es una verdad a medias, porque ese interés radica en la personalidad y las acciones consiguientes del presidente, que se han visto reflejadas recientemente en dos de los medios periodísticos más importantes del mundo: el New York Times y el Wall Street Journal, El último de los nombrados -uno de los más trascendentes diarios del mundo en la esfera de los negocios- en una reciente edición puso como título de tapa “El nuevo presidente de Argentina ama a sus perros clonados. A la gente, menos”.

Criticar las incongruencias y aún los desvaríos del presidente Milei en su acción de gobierno es relativamente fácil y comprensible para con su alocada política económica y social. Pero no resulta tan fácil criticar sino comprender las ideas y convicciones personales de alguien que, cómo él, pudo alcanzar una primera magistratura. Esa parece ser una de las principales razones que llevaron al periódico estadounidense a semejante título.

El encabezamiento, tremendo para un medio de esa jerarquía, se basa en hechos concretos y comprobados, casi todos surgidos de la desatinada verborragia del propio Milei. ¿Ejemplos? Su inconsolable recuerdo para con su perro Conan, ya muerto, a quien dice haber conocido en una suerte de trasmigración retrógrada cuando, un par de milenios atrás lo encontró en el Coliseo romano, cuando tenía condición de león y Milei, como no podía ser de otro modo, era un gladiador, donde trabaron una sólida amistad.

Ya sobre hechos más concretos, el diario hace notar que la tan comentada clonación de ese perro –con un costo de más de cincuenta mil dólares- no se condice con la discreta declaración de bienes que hiciera el actual presidente y destaca, de paso, la especie de intriga que hay respecto a los animales, que no se ven desde hace casi un lustro y de quienes algunos observadores arriesgan que pueden estar muertos. Por de pronto, Milei se niega a mostrar fotos recientes de los animales, según la respuesta que dio al cronista del Wall Street Journal que lo entrevistara.

Las dudas y relaciones del presidente con los cinco mastines ingleses -Murray, Milton, Robert, Lucas y Conan II- pasaron a un primer plano noticioso nacional cuando el propio Milei admitió que los llevaría a la residencia presidencial de Olivos, previa construcción de caniles especiales, acordes con el competitivo carácter de esos animales, dotándolos de aire acondicionado, esto cuando centenares de argentinos duermen en las calles en virtud de las disposiciones habitacionales que adoptara el gobierno. Los rumores se tornaron francamente confusos cuando se comunicó que los caniles habían sido desmontados pero que volverían a armarse en el corriente mes de marzo. Hasta ahora no ha habido noticias fidedignas al respecto.

Es posible que la nota del diario norteamericano sugiera una suerte de humorada para con el presidente de los argentinos, pero a poco que se lea la nota con detenimiento aparece la doble intención en el enfoque: más allá de lo pintoresco y anecdótico, el escrito obra como un mensaje dirigido seguramente a posibles inversores advirtiendo de los desequilibrios del personaje. Siempre es bueno saber qué seguridades intelectuales dan tanto el medio como los personajes donde se invertirán los dólares.