Viernes 26 de abril 2024

Nada para festejar

Redacción 20/03/2024 - 00.17.hs

La inflación de febrero registró un 13,2%. Como era de esperar, el aumento de los precios se empieza a desacelerar luego de la macro-devaluación del tipo de cambio de diciembre producida por el gobierno libertario, el siguiente cuasi congelamiento y la brutal recesión económica. El presidente Javier Milei consiguió una inflación acumulada de más del 70% en sólo tres meses de gobierno. Sin embargo, festeja a su vez la caída relativa del riesgo país, y celebra (o celebraba) la caída de la brecha cambiaria. Pero poco, o mejor dicho, nada dice de la economía real.

 

La promesa de estabilidad económica que acompañó la llegada de Milei al poder ha resultado ser un espejismo ante la dura realidad que enfrenta el país. El plan motosierra del Estado y licuadora de ingresos liderada por Luis Caputo es sin lugar a dudas un excelente mecanismo de transferencia de ingresos desde los trabajadores y jubilados a una minoría.

 

Mientras ellos festejan, olvidan los niveles de recesión en nuestra economía que padecen la mayoría de argentinos y argentinas que empiezan perder puestos de trabajos, ingresos y ahorros al no poder ni siquiera cubrirse de la inflación con un plazo fijo.

 

Los indicadores económicos del primer trimestre son alarmantes. La contracción del Producto Bruto Interno (PBI) ha alcanzado un preocupante 4,5%, con sectores como la industria y la construcción sufriendo descensos significativos del 12,4% y el 30% respectivamente. Las advertencias de sindicatos como la Uocra sobre la caída de inversiones no han sido en vano, y la industria automotriz ha experimentado una reducción del 21,7%. La Unión Industrial Argentina (UIA) en un reciente informe indica que el sector empresario considera que la situación económica se encuentra peor que hace un año y que el 53% de las empresas tuvieron complicaciones en los pagos ya sea de proveedores, salarios o impuestos.

 

El plan motosierra y licuadora, cuyo objetivo supuestamente era estabilizar la economía, no solo no lo logra sino que está teniendo consecuencias devastadoras. A pesar de los problemas macroeconómicos heredados del gobierno anterior, la estrategia de austeridad y la retirada total del Estado de la economía han exacerbado la pobreza, la indigencia y el malestar social.

 

El camino elegido es el de la destrucción de la moneda nacional y de nuestra economía para facilitar el principal objetivo de Milei: dolarizar. Pero la dolarización, lejos de ofrecer una solución, solo profundizará las vulnerabilidades de una economía emergente y abierta como la Argentina.

 

La historia ha demostrado que la dolarización conlleva riesgos significativos, como la pérdida de control sobre la política monetaria y cambiaria, así como una mayor exposición a las fluctuaciones del mercado internacional. Además, las privatizaciones y el endeudamiento excesivo solo agravarían la situación, dejando al país aún más vulnerable ante crisis económicas y fenómenos naturales adversos.

 

La realidad nos demuestra que el plan de Milei solo conducirá a un aumento del desempleo, la pobreza y la desigualdad en nuestro país. El presidente no debería cantar victoria tan rápido. Debería prestar atención a las condiciones de vida del pueblo, y preocuparse por el empleo, el crecimiento y los salarios. (Por Delfina Rossi, extractado de El Destape)

 

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