Sabado 27 de abril 2024

Un cambio necesario

Redacción 19/12/2023 - 00.35.hs

La reciente noticia, complementada por ilustraciones, acerca del acrecentamiento del volumen de agua en los diques mendocinos sobre el río Atuel -Nihuil y Valle Grande- vuelve a poner de manifiesto el problema interprovincial que se arrastra desde hace casi ochenta años, sin solución a la vista a pesar de haberse agotado ya todas las instancias legales y administrativas. La definitiva, claro está, con el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación otorgándole a La Pampa un reducido caudal de 3, 2 m3s y la posibilidad de expandirlo en un futuro , en la ilusión de volver a reconstruir el gran humedal que existía en el sur mendocino y, mayoritariamente, el territorio pampeano.

 

No tiene sentido volver sobre plazos y cálculos porque los hechos hablan por sí solos: después de casi tres años de incumplimiento del fallo la conclusión no puede ser más que una: la provincia de Mendoza nunca cederá agua del Atuel. Las sucesivas barreras que levantó para obstaculizar los reclamos pampeanos -negar la interprovincialidad del río; falsear datos geográficos, crear grupos para que trataban temas irrelevantes, negar la integralidad de la cuenca…- fueron cayendo una a una hasta que, finalmente, se arribó al fallo de la Corte, para con el que ya van para tres años de desobediencia, insólita desobediencia si se considera que la decisión proviene del máximo organismo jurídico del país.

 

Las autoridades pampeanas no deben perder de vista el doblez con que proceden los estamentos de poder cuyanos; para ejemplo basta recordar la idea de Portezuelo del Viento, una obra que le hubiera restado al río Colorado casi un quinto de su caudal medio, y en la que la provincia arribeña se desentendía del tratado que considera el uso igualitario para con los intereses de las provincias integrantes de la cuenca.

 

Semejante afirmación que, repetimos, evidencian los hechos, reclama que la actitud del gobierno pampeano frente al problema sea otra. Desde hace tiempo que algunos técnicos y políticos que siguen de cerca el problema y lo evalúan en función de los resultados, tienen esa opinión, frente a la paciente prudencia pampeana. Ante la opinión contraria, alargar la espera, ellos recuerdan que ateniéndonos a los hechos estrictamente, las apropiaciones mendocinas sobre el Atuel exceden los 100 años, ya que comenzaron en las primeras décadas del siglo pasado.

 

Desde luego que ese necesario cambio de actitud en cuanto al reclamo pampeano no debería tomar el mismo cariz que las defensas promovidas por la provincia cuyana (que públicamente y por boca de una alta autoridad llegó a amenazar con separarse de la República) ni tampoco crear un mal ambiente como el que recientemente llevó a un grupo de mendocinos a agredir a los integrantes de un conjunto debaile pampeano, pero frente a una actitud muy parecida a una burla alguna acción de peso debería emprenderse. Es pertinente recordar que una difusión del problema promovida décadas atrás por el entonces Consejo Provincial del Agua, no solamente le dio trascendencia al tema a nivel nacional sino que provocó las iras cuyanas obligándolos a reconocer un problema que negaban en cuanto a existencia efectiva. Para más aquelllas publicaciones estaban firmadas por algunos intelectuales de primera línea y se hicieron públicas en televisión, diarios y revistas de alto nivel de ventas.

 

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