Lunes 06 de mayo 2024

¿Un punto de inflexión?

Redacción 26/04/2024 - 00.27.hs

Argentina tiene tradición de grandes movilizaciones populares bajo todos los gobiernos y regímenes, Algunas de ellas cambiaron la situación política del país.

 

Eduardo Lucita *

 

Tal vez en el futuro se la conozca como “La Marcha del Millón” o como “La Jornada Histórica”. Es que la marcha en defensa de la universidad y la educación pública se convirtió en un hecho político que superó todas las expectativas. Tal vez marque un antes y un después en la compleja situación política del país.

 

La densidad social de esta marcha, una de las más grandes de los últimos 40 años, fue tal que transforma casi en ocioso discutir la cantidad de participantes. Sin embargo vale la pena hacer el ejercicio. El epicentro fue la Ciudad de Buenos Aires, centro político del país, aquí las estimaciones van desde la conservadora de 430.000 personas de La Nación hasta los 800.000 de los organizadores (claro que para el gobierno fueron solo 180.000, lo que de por sí es un número nada despreciable). Pero la marcha fue federal, se replicó en todas las provincias y las grandes ciudades del interior fueron testigos de la masividad de las concentraciones. En total se estima más de un millón de personas se manifestaron en todo el país. Este 23 de abril también fue el Día del Libro, miles de manifestantes marcharon con un libro en la mano.

 

Límite al ajuste.

 

Esa multitud se movilizó en defensa de la educación pública. Su composición arroja que más de la mitad integraban la comunidad universitaria y educativa (rectores, decanos, docentes, no docentes y estudiantes) y un porcentaje menor lo componía una muy heterogénea masa de militantes y dirigentes de partidos, de DDHH, de movimientos sociales y de la propia CGT (algo inédito). Además mucha gente que fue en forma independiente.

 

“No queremos que nos arrebaten nuestros sueños: nuestro futuro no les pertenece. Somos orgullosos hijos e hijas de la Universidad Argentina; somos la Universidad pública, gratuita e irrestricta en el ingreso, de excelencia, con libertad y equidad. Somos la Universidad para el gran pueblo argentino”. Así reza un fragmento del documento “La universidad pública: base de la democracia y el desarrollo social”, leído por la presidenta de la Federación Universitaria Argentina. Así la marcha defendía la universidad pública, gratuita, laica y de ingreso irrestricto.

 

La movilización también buscó poner fin al draconiano ajuste presupuestario: las partidas asignadas a las universidades públicas repiten los montos del presupuesto 2023, que corresponden a valores de septiembre del 2022, mes en que se eleva el presupuesto al Congreso de la Nación. La inflación en el período septiembre 2022 a marzo de este año fue del orden del 300%. Si lo ponemos en términos de PBI las partidas 2023 alcanzaban el 0.71%, las de 2024 solo 0.22%. Una pérdida del orden del 70%. De ahí que los forzados anuncios de incremento del gobierno resulten totalmente insuficientes.

 

¿Un punto de inflexión?

 

¿Puede la marcha del 24A reconfigurar el mapa político del país? Argentina tiene tradición de grandes movilizaciones populares bajo todos los gobiernos y regímenes, Algunas de ellas cambiaron la situación política del país. En 1969, El Cordobazo (nuestro Mayo francés) que determinó el inicio del fin de la dictadura militar de entonces y que abrió un ciclo de lucha de clases que tuvo su momento más alto cuando las Coordinadoras de Gremios en Lucha de 1975, organismos de debate y deliberación que configuraban embrionariamente organismos de doble poder. Proceso que fue cerrado a sangre y fuego por el golpe militar de 1976. Más lejano en el tiempo la lucha de los universitarios cordobeses por la Reforma Universitaria que terminó con una educación universitaria oscurantista y pro reino de España y el afianzamiento del radicalismo como expresión de las clases medias. Tan solo 23 años atrás las jornadas del 19 y 20 de diciembre del 2001 cuando las masas en la calle obligaron a renunciar al entonces presidente de la Rua, que fuera elegido según las normas del a democracia liberal, abriendo un curso político distinto.

 

Hoy tanto el gobierno como la dirigencia que convocó a la marcha están en un brete. Por un lado el objetivo central fue pedir una mesa de diálogo al gobierno, mientras que el presidente descalificó la marcha y su vocero declaró que “el tema presupuestario estaba cerrado”. Si el gobierno se mantiene en su negativa y ratifica la austeridad presupuestaria puede que el movimiento pro educación pública rebase a sus dirigentes y podría emerger entonces un nuevo sujeto político. Por el contrario si el gobierno acepta abrir el diálogo sería visto como una derrota, tanto por sus seguidores como por la oposición.

 

La enorme movilización le puso un límite, simbólico por ahora pero limite al fin, al gobierno de Javier Milei, a la par que volvió inútil, una vez más, el protocolo antipiquetes de la ministra de Seguridad. La masiva presencia de la clase media impactó fuertemente en el gobierno ya que es el sector social que mayor apoyo le daba. “Es la primera discusión importante en la cual la posición de Milei y del Gobierno es claramente minoritaria. De todas las discusiones que tuvo hasta ahora, el oficialismo en algunas estuvo equilibrado, en la mayor parte había más gente a su favor que en contra, pero en esta su posición fue claramente minoritaria. Tres de cada cuatro argentinos estaban en desacuerdo con que haya ajuste de las partidas de las universidades”. Así concluye el informe de la prestigiosa consultora de opinión Aresco.

 

Así la coyuntura inmediata discurre entre un gobierno que va lentamente perdiendo popularidad producto de los cambios en el humor social -por la pérdida de empleos, por los bajos salarios, por el saqueo a las jubilaciones, por el ajustazo…- y la posibilidad de un salto cualitativo en la resistencia que inaugure una nueva situación política.

 

Los próximos pasos

 

El éxito de la marcha no surgió de una simple convocatoria, estuvo largamente preparada por largas explicaciones del impacto del desfinanciamiento en las universidades, por los apagones en las aulas, por múltiples asambleas, por clases públicas, por abrazos a los edificios de cada una de las unidades académicas y por las vigilias de la noche anterior.

 

Todo un antecedente para preparar las próximas confrontaciones, la concentración del 1° de mayo, el paro del 9 del mismo mes y muy pronto el abrazo al Congreso cuando se trate la nueva Ley de Bases.

 

La marcha de este martes 24 ha sido una bocanada de aire fresco en un ambiente de ajuste y opresión, el pueblo trabajador esta hoy en mejores condiciones para luchar por un futuro más digno, para nosotros y para las nuevas generaciones.

 

* Integrante del colectivo EDI (Economistas de Izquierda).

 

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