Viernes 26 de abril 2024

Un silencio incalificable

Redacción 23/02/2024 - 00.21.hs

El gesto del gobernador Sergio Ziliotto al pronunciarse rápida y firmemente repudiando la presencia del canciller británico en Malvinas, y actos consecuentes, es merecedor de elogio. La declaración, compartida con otros mandatarios del país –no todos—atenúa de algún modo la vergonzosa actitud del gobierno nacional ante el mismo suceso. Textualmente dijo el gobernador pampeano que “con la misma fuerza y decisión con la que luchamos por evitar la desmalvinización de la memoria nacional, repudiamos y rechazamos esta nueva agresión británica que reafirma su decisión de seguir ocupando ilegalmente nuestras Islas Malvinas”.

 

La declaración se inserta en la letra y el espíritu de lo expresado por gobernador de Tierra del Fuego, quien, ante la pasividad oficial, declaró persona no grata al funcionario británico. Y agregó: “La presencia de Cameron en Malvinas configura una nueva provocación británica que busca menoscabar nuestros legítimos derechos soberanos sobre nuestros territorios y sostener el colonialismo en pleno siglo XXI. No lo vamos a permitir".

 

La firmeza de esas palabras contrastan con la actitud del gobierno nacional que, al margen de un silencio incalificable, a través del vocero presidencial dijo con displicencia que se trataba de “un tema de agenda de David Cameron; nosotros no tenemos por qué opinar de la agenda de otros países”. Tal como se lee: esa fue la opinión presidencial, por boca de su vocero, en la que es fácilmente deducible una aceptación de la visita, máxime que el propio Cameron había dicho abiertamente durante su estadía en las islas que espera que el territorio en disputa continúe bajo dominio inglés "por mucho tiempo, posiblemente para siempre".

 

Pero ese no fue el menor ejemplo de cipayismo manifestado por los miembros del actual gobierno: mientras el presidente de la Nación reiteraba en la provincia de Corrientes su negativa para con el financiamiento de la educación popular (entregaba muy considerables sumas para, entre otras cosas, el fomento de los carnavales, su ministra de Relaciones Exteriores a las declaraciones y presencia del funcionario británico en las islas --acaso pretendiendo una ironía de la que carece--, respondió con un comunicado intrascendente en su presentación y sin carácter de protesta oficial, diciendo que “Valoramos el gesto del canciller del Reino Unido de incluir a la Argentina en su vista a la región. Estaremos felices de recibirlo, en una próxima ocasión, también en Buenos Aires”.

 

El desorden y la falta de capacidad política del gobierno exceden los límites del asombro; además, en lo que hace a su expresión diplomática, debe ser poco menos que un hazmerreír internacional… recuérdese que, al margen de la centenaria contumaz posición del gobierno británico, el inicio de la actual provocación, porque lo es, se ve avalado por el vergonzoso tratado entreguista que firmara durante el gobierno de Mauricio Macri el entonces canciller argentino, totalmente borracho al momento del acto.

 

Cabe recordar que el ministro Cameron es la misma persona que se había reunido con Milei durante las jornadas de Davos. ¿Le habrá anticipado acaso su viaje? Con simpleza y dolor los excombatientes de la Guerra de Malvinas denunciaron que "la entrega de la soberanía también avanza".

 

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