Miércoles 24 de abril 2024

En un año se abrieron 27 nuevos feedlots en la provincia

Redacción 04/06/2022 - 00.45.hs

En La Pampa hay 147 establecimientos autorizados a funcionar, que engordan unos 220 mil animales. Si bien la cifra de feedlots sigue creciendo anualmente, solo un 30% de los animales faenados proviene de encierros a corral.

 

Juan José Reyes

 

En La Pampa sigue creciendo la producción de carne vacuna mediante sistemas de engorde a corral (feedlot). Según el registro provincial de establecimientos, durante la última campaña pasaron de 121 a 147 las hotelerías vacunas, con una producción de 220,8 mil cabezas.

 

Si bien el ritmo mermó durante la primera parte del año, por efecto del aumento de su principal insumo, el maíz (U$S 287), su crecimiento se mantiene y los feedlots ocupan cada vez mayor espacio en la región. En La Pampa, estos establecimientos engordan animales propios y de terceros, buscando intensificar la producción, aumentar el giro del rodeo, disminuir el costo financiero de la oferta de carne y aprovechar la explosión de la demanda mundial, a pesar del cepo a los siete cortes principales que afecta seriamente a los frigoríficos pampeanos.

 

Aunque de cada 100 animales faenados actualmente, solo 30 provienen de feedlots, el sistema continúa ganando espacio y en los últimos cinco años su número creció un 180%. Los resultados están a la vista: un destete precoz del 64%, índice de extracción de carnes del 26% con una faena de casi el 70% de los animales (casi 950 mil cabezas), un 64,24% de terneros , con una relación toro/vientre de casi el 4%.

 

Sin embargo, la razón principal de este incremento se apoya en un mayor trabajo en los encierres, ante la necesidad de sacar más animales para abastecer la alta demanda externa. Es evidente que el aumento de los encierros es producto de una expansión del negocio exportador por Cuota 481, el cupo para la industria frigorífica que le disputa protagonismo a la Cuota Hilton. Además el engorde en pequeñas superficies se hace más rápido: en 90 ó 120 días, el animal está listo para salir al mercado.

 

Maracó y Quemú, al frente.

 

En nuestra provincia hay 147 feedlots autorizados para funcionar, aunque existen muchos más y continúan proliferando los establecimiento de semiconfinamiento en pequeñas parcelas. El sistema consiste en un lote de alimentación donde los bovinos ganan el doble o triple de peso por día que con pasturas naturales, más allá de que la relación carne/maíz, clave para producir carne en pradera, se ensanchó por el precio actual de los forrajes.

 

La distribución espacial de los feedlots está muy diversificada. Lidera el departamento Maracó con 38, seguido por Quemu Quemu con 25, Utracán con 24 y Toay con 19. Y hay cuatro departamentos con 10 establecimientos en cada uno: Chapaleufú, Conhelo, Catriló y Trenel.

 

Existen diferentes sistemas de producción, pero en La Pampa la mayoría se mantiene como antaño: carne a pasto más suplementación y carne por engorde a corral. Todos los modelos conviven en función de las exigencias del mercado y características propias de las explotaciones ganaderas, pero el avance feedlotero resulta imparable, porque las empresas necesitan aumentar la eficiencia y obtener mejor nivel de rentabilidad.

 

El precio de la carne genera un negocio muy apetecible a nivel mundial, mientras la demanda interna sigue bajando por la crisis que atraviesa el país y ya se encuentra por debajo de los 49 kilos per capita anual.

 

Aunque apenas el 17% de los animales vendidos aquí proviene del feedlots, la cifra sigue subiendo. Actualmente, el confinamiento pampeano tiene una superficie disponible de 2,7 a 3,7 m2/animal y de 1,9 a 2,3 m2/animal piso cemento. Tienen a 30 centímetros el comedero/animal, con techos a 4 metros de altura, ventilación y aislante de condensación.

 

En nuestra zona, la mayoría tiene entre 501 y 1.400 animales, y en el norte y zona de cría (Utracán) la cifra llega hasta 3.100 animales en algunos establecimientos, aunque el encierre en feedlots registra un promedio de 1.028 animales por establecimiento (Eaps).

 

Confinamiento local.

 

La alimentación a corral permite simplificar el manejo de la invernada en pastoreo, cuando hay baja producción de forraje para mantener altas cargas en primavera o lograr una mejor y más homogénea terminación de animales en la invernada tradicional. En los feedlots de esta zona (muy chicos en comparación con los bonaerenses) lo más importante es reducir al mínimo los costos de infraestructura, y elegir una dieta económica de fácil suministro y buena respuesta.

 

Los entendidos creen que el crecimiento se ha agilizado porque la dieta basada en ensilaje de maíz, suplementada con proteína y energía, aporta una significativa ganancia diaria de peso vivo, conversión, engrasamiento, costo de alimentación y composición química de la carne. La ventaja del silaje de maíz es su alto nivel de producción por hectárea, razón más que suficiente para justificar el crecimiento del sistema, caro por su precio (precio del maíz en récords históricos), sin olvidar que el 80% de los animales que van a mercados concentradores y/o frigoríficos, provienen de una alimentación con engorde a pasto.

 

La expansión del engorde a corral en La Pampa es lenta pero segura y no solo ocupa espacios reducidos en el cuadrángulo noreste, sino también en varias zonas de cría y recría, donde se concentran y engordan animales jóvenes, con dietas de niveles altos de energía que permiten producir carne a menor costo y en menor tiempo. No importa cuál de los dos sistemas termine imponiéndose, la pradera pampeana continúa produciendo las mejores carnes al mundo.

 

Hotelería propia y ajena.

 

Hay dos tipos de feedlots: los que encierran su propia hacienda pampeana, y quienes prestan servicios a terceros, el sistema conocido como "hotelería", que alcanza el 13% del total de establecimientos pero aporta casi el 32% de la hacienda producida bajo confinamiento. Existe una capacidad de encierre máxima instalada muy importante y creciente en términos de participación sobre la faena nacional.

 

El mayor impacto de la producción en feedlots pampeanos se observa en categorías livianas, de especial demanda en el mercado doméstico, superando el 15% de la faena, con un menor peso relativo, y también se producen animales para exportar. Según los últimos datos predominan las terneras, terneros, novillos y novillitos.

 

La producción mediante sistemas de engorde a corral tiene cada vez mejor inserción en la cadena pampeana, y el registro de establecimientos alcanza a 130 establecimientos con más de 182.500 animales. Naturalmente, cuando esas cabezas integradas verticalmente se comparan con la faena de animales livianos a nivel provincial, que llegó a las 676.648 cabezas, el negocio sigue en aumento.

 

Se volvió al sendero de crecimiento tomando los valores oficiales entregados por el Senasa con respecto a la faena durante fines del año pasado y el importante incremento del stock vacuno. Sin embargo la recuperación del rodeo está limitada a las categorías más puras: vacas, y terneros y terneras, porque la disponibilidad de las categorías más requeridas (novillos, novillitos y vaquillonas) marcha por debajo de su media histórica.

 

La Pampa registra pesos promedio de los bovinos faenados y ello provoca una creciente participación de las categorías de hacienda liviana en la faena total y menor participación de novillos. Hace cuatro años los novillos representaban el 19% de los bovinos faenados, y los terneros y terneras, un 31%. Hoy la participación de novillos vuelve a un 19%, mientras los terneros y terneras suman el 29%, al igual que toros y toritos.

 

Sin embargo no todos celebran el crecimiento de este sistema en nuestra región. En el feedlor, los animales reciben dietas que favorecen el aumento de peso en menor tiempo y en espacios reducidos, una práctica que genera miles de toneladas de estiércol y grandes concentraciones de nutrientes, sales, antibióticos y compuestos orgánicos, entre otras sustancias, que pueden afectar el ambiente. Buen aparte del fósforo avanza hacia las napas y su movilidad vertical tiene para algunos una relevancia especial, ya que los cursos de agua están interconectados en la zona y las napas pueden estar a pocos metros de profundidad.

 

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