Sabado 08 de noviembre 2025

Sin barrera: “No se acabó el mundo”

Redacción 08/11/2025 - 08.16.hs

Referentes de la industria cárnica de Neuquén y Río Negro reconocieron que con el levantamiento de la barrera sanitaria “no se acabó el mundo” y que el asado pampeano permitió ampliar el consumo y que llegó para quedarse porque los precios se amoldan al bolsillo del consumidor.

 

Las declaraciones fueron compartidas por el suplemento Más Producción de LM Neuquén. Sergio Rivas del Frigorífico SR sostuvo que “el asado del norte” de la barrera “es una alternativa en el momento de la decisión que se amolda al bolsillo del consumidor”, mientras que Gustavo Bell, desde General Roca, afirmó que “se trata de otro artículo”, como si se hablara de un corte diferente. Y rescató un dato clave, y es que en la actualidad “se vende mitad y mitad”, y al mismo tiempo “no bajó la demanda del asado local”.

 

De este modo, hay nuevos consumidores de asado, como también Rivas lo detecta en sus operaciones cotidianas. Sobre la apertura de la barrera, explicó que se trata de una medida “que acompaña al comerciante a tener un producto que la gente necesita, y por consecuencia, tiene un producto más para ofrecer, y acompaña al consumidor que, en el momento de la decisión, tiene una opción más barata”.

 

Eso, en la práctica, se traduce “en unas cuantas toneladas que antes no vendíamos de un producto que hoy, al tenerlo, lo vendemos”. En términos generales, en las compras por kilo, la diferencia ronda los 3.000 pesos entre un producto y otro, rondando los 12.500 o 13.000 pesos el “asado de La Pampa” y llegando a los 17.000 pesos el asado producido en la región.

 

¿Mala calidad?

 

“También se ha reacomodado el concepto de que era de mala calidad”, admitió Rivas, quien detalló que “esos asados provienen de excedentes de exportación. Y como es un excedente, permite que el precio, entre comillas, venga subsidiado por los precios que se logran en la exportación del resto de los cortes”. Aseguró sí que “la calidad no es la misma que la de un novillito joven, como el asado que se obtiene de animales de nuestra zona, que son superiores, sobre todo en terneza”.

 

Bell fue un poco más categórico, y a su juicio “el asado del norte” de la barrera no ganó más terreno porque “son todos animales engordados para exportación, y entonces están bastante pasados de grasa”, lo que se traduce en mayor “desperdicio”.

 

Luego de los primeros meses, en sus carnicerías detectó que “la gente se engañó un poco al comienzo, porque creían que el asado que iba a entrar era como el de acá. Pero no, en realidad es otro artículo”.

 

Sin efectos negativos.

 

Para Rivas, con la apertura de la barrera “no solo que no se acabó el mundo, sino que la hacienda de la zona se sigue comercializando por una cuestión de oferta y demanda, es decir, que la demanda sigue superando a la oferta”.

 

Otro aspecto positivo de la flexibilización fue que se desalentaron los intentos de ingresar de manera clandestina los cortes con hueso, como dejaban en evidencia decenas de operativos realizados tanto en los puestos de control de la ruta N° 151, como en el de ruta N° 6 o el de ruta N° 22.

 

“Un poco dejó de ser un negocio que estaba en manos de delincuentes para estar en manos de los que están en el rubro, ya sea distribuidores o comerciantes directos”, acotó el empresario neuquino, y en ese sentido se mostró esperanzado con la posibilidad de que, “sobre todo con los resultados de las últimas elecciones”, se analice la posibilidad de que no solo ingrese el asado, “sino también el resto de los cortes con hueso provenientes del norte”.

 

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