Dolor por la muerte de la docente Liliana Lorenzo

Enorme tristeza causó conocer ayer jueves el deceso de Liliana Alicia Lorenzo, a la temprana edad de 52 años. Conocida profesora de Educación Física, Liliana supo ganarse el afecto de todos los que la trataron, porque verdaderamente era un ser de luz. Una persona bondadosa, que supo hacerse querer de manera singular por quienes fueron sus amigos y amigas, porque ella era todo alegría.

Hija de una familia respetada del medio, Liliana había perdido hace poco más de un par de meses a su papá, Beto Lorenzo, una persona sumamente apreciada en Santa Rosa.

Aquejada de una cruel enfermedad, en estos últimos meses y en todo momento estuvo acompañada por quienes fueron sus amigas, y sobre toda por muchas compañeras del secundario que la cuidaron hasta que se produjo el desenlace.

¡Vuela alto!

Liliana, aún cuando era muy consciente de lo que le estaba pasando, le ponía una garra y un enorme coraje a la situación y producía verdadera admiración por su lucha contra tamaña adversidad.

No hace mucho había compartido con un grupo de quienes fueron con ella a la Escuela Normal -donde hizo el colegio secundario--, un viaje a Sierra Ventana. En esa oportunidad, no obstante la situación, no dejó de mostrar ese espíritu alegre y positivo que siempre la caracterizó.

Su fallecimiento enluta a la familia que conforman su mamá Alicia, su hermano Pablo, su cuñada Diana; su hermana de la vida Elisa; su compañero Claudio; y sus dos amadas sobrinas, Luciana y Cynthia; primos y demás deudos.

El sepelio se efectuó ayer, y sus restos descansarán en el cementerio local.

Liliana peleó todo lo que pudo contra la cruel enfermedad, pero ayer llegó el final que consternó a un amplio círculo de amistades que supo construir, y al que seguirá iluminando desde donde su alma brille. ¡Vuela alto, Liliana!