Jueves 25 de abril 2024

Caldenia, difusora de la pampeanidad

Redaccion Avances 27/08/2023 - 10.33.hs

Una cita de lujo de cada domingo con este diario, la publicación del suplemento cultural por el pasaron y pasan las plumas y voces más destacadas de la provincia.

 

REDACCION

 

Los 90 años cumplidos por LA ARENA el 21 de agosto constituyen un lapso que merece distintas consideraciones, varias de las cuales se comentan o sugieren en esta misma edición. Valga como síntesis el decir que el mantenimiento de un diario durante casi un siglo no es tarea fácil, ni mucho menos, al tener que enfrentar dificultades de índole diversa sin torcer una línea editorial como la que siempre mantuvo este periódico.

 

LA ARENA siempre entendió la cultura en su sentido más amplio, pero también en el específico y fue por eso que hace ya hace casi medio siglo promovió la publicación de un suplemento cultural, encuadrando tal categoría en la información y el comentario de la actividad específica, pero con una clara inclinación al aspecto pampeano, regional.

 

Desde aquéllas ya lejanas épocas en que Norberto Fernández Righi, uno de sus primeros y más importantes colaboradores, aportó el apropiado y significativo nombre al suplemento -Caldenia- esa alusión nominativa subrayó los aportes culturales del sitio donde vivimos. Las colaboraciones que desde entonces aparecieron en esta publicación apuntaron claramente a mantener el espíritu pionero que venía caracterizando al territorio primero y a la provincia después casi desde sus mismos comienzos políticos y sociales; puede decirse sin temor exageraciones ni egos que Caldenia fomentó contribuyó a que un
sentimiento difuso -la pampeanidad- se fuera haciendo más entendible a través de las colaboraciones. Esa forma espiritual se apuntaló con la consideración de prácticamente todos los problemas y aconteceres provinciales vistos en la perspectiva comunitaria sin concesiones y muchas veces crítica de los poderes de turno.

 

Así en la esencia y construcción del suplemento entraron escritos y fotografías relacionados con la literatura (teatro, prosa, poesía…) y los aconteceres pampeanos que, positivos o negativos para el común se vieron reflejados por escritores, pintores, fotógrafos, escultores, devotos de la danza, del canto lírico o popular y, con impensada frecuencia los simples y tan valiosos testimonios de lo popular recogidos por colaboradores espontáneos.

 

Acaso no sea pertinente hacer nombres pero resulta imposible evitar lo alguien dio en llamar “dos próceres de la cultura pampeana”: Juan Ricardo Nervi y Edgar Morisoli, ambos de una cosmovisión política y social que trascendía largamente las fronteras pampeanas para llegar, incluso, más allá de los límites nacionales, al tiempo que hacían escuela con su obra, fundada en La Pampa histórica y profunda.

 

También es cierto que no todo fueron flores para este suplemento. Las varias dictaduras que padeció el país se reflejaron en presiones y críticas infundadas que, por su misma índole, se diluyeron con la razón y el tiempo. La digna respuesta a aquellas actitudes mezquinas se mantuvo y se mantiene a través de la publicación de notas que apuntan a la memoria, a la ecuanimidad, a la justicia.

 

Lo expresado acaso no tenga la globalidad necesaria para valorar este suplemento pero son los lectores en definitiva los que debe aportar el juicio definitivo; la permanencia y dinámica entre ellos y la revista hacen presumir que esa opinión no será negativa.

 

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