Querían rescatar al preso

La banda armada que irrumpió en el Hospital Provincial de Rosario y asesinó a un policía e hirió a tres personas, quería liberar al preso que estaba siendo atendido en el sector de Guardia. Según fuentes judiciales, los delincuentes huyeron con un arma robada a un penitenciario y mataron al policía que a metros de su hija de 10 años.

 

El episodio, que ocurrió el martes a la noche, fue protagonizado por tres ó cuatro delincuentes que hasta anoche permanecían prófugos, y la víctima fatal fue el subinspector de la policía santafesina Leoncio Bermúdez (42). Gisela Paolicelli, fiscal de Homicidios Dolosos de Rosario, confirmó en una conferencia de prensa que la banda fue a buscar a Gabriel Guillermo Lencina (29), un convicto condenado a 22 años de prisión que llegó desde la cárcel de Piñero para ser atendido en la Guardia por un cuadro de tuberculosis.

 

Según la fiscal, “hay dos hipótesis principales: que iban a rescatarlo y llevárselo, o que querían hacerle daño o matarlo. Es lo que estamos analizando e investigando”, aclaró.

 

De todas maneras, se inclinó “por la hipótesis de que quisieron rescatarlo, porque tuvieron oportunidad de dispararle, tanto al detenido como al personal del Servicio Penitenciario, pero no lo hicieron” y añadió que actuaron “como mínimo tres” personas que todavía no fueron identificadas, aunque otras fuentes mencionan a cuatro.

 

Delante de su hija.

 

Según la fiscal, el hospital ya le había otorgado el alta a “un interno del pabellón 9 de la Unidad 11 de Piñero, aunque todavía no lo estaban sacando y permanecía en la Guardia esperando que vinieran a buscarlo”. Contó que en ese momento “irrumpen en la Guardia dos personas buscándolo y mantienen un forcejeo con personal del Servicio Penitenciario que custodiaba al detenido, pero no lograron llevarse al detenido ni agredirlo o dañarlo”.

 

Durante el forcejeo “lastimaron al penitenciario con la culata en el rostro y lograron quitarle el arma”. Cuando salían de la a Guardia “un efectivo de seguridad, policía que cumplía funciones en el hospital, intentó detenerlos y le dispararon en la cabeza”, explicó.

 

La directora médica del hospital, Teresita Ghio, contó que antes de asesinar al policía balearon a otras dos personas y que la hija del hombre asesinado, una niña de 10 años, presenció el incidente. Estaba allí porque su padre no tenía con quién dejarla esa noche.

 

“Mi teoría es que pretendían rescatarlo y no se lo llevaron porque estaba esposado, porque si el plan era matarlo, hubieran podido hacerlo ya que anoche esto era un caos”, opinó la doctora. Según Ghío, fueron cuatro delincuentes: “dos ingresaron armados y cubiertos con barbijos negros y otros dos oficiaron de campana afuera”, comentó.

 

Cuando un penitenciario quiso intervenir empezó “una balacera con disparos al aire adentro del hospital” circunstancia en la que dos personas terminaron heridas: una mujer recibió dos disparos en una pierna y un hombre otro en un glúteo.

 

(Télam)