Seis mil micros para traslado a fiestas clandestinas

Alrededor de 6.000 micros escolares fueron utilizados durante cada fin de semana del verano para llevar personas a fiestas clandestinas que se registran por fuera del circuito de discotecas, ante lo cual especialistas advirtieron que "se trata del primer eslabón del negocio narco" porque es "una zona liberada". El negocio de este tipo de vehículos va en franco crecimiento y un dato alarmante es que el 40 por ciento de quienes viajan son menores de 18 años.
Unos 6.000 micros "bolicheros" circularon cada fin de semana a lo largo del verano y ya en los mismos transportes comienza la comercialización de bebidas alcohólicas y estupefacientes. "La llamada previa la hacen en estos micros, que son un verdadero descontrol. Con música y juegos que propone algún adulto que oficia de coordinador, los chicos ya tienen acceso a comprar drogas, como marihuana, cocaína y pastillas. Se trata del primer eslabón del negocio narco de las fiestas ilegales, que luego continúa en los predios alquilados", denunció el referente de la Asociación Antidrogas de la República Argentina (AARA) Claudio Izaguirre.
El especialista indicó que "los pibes saben que ya no necesitan tomar alcohol o consumir en la calle, o en la casa de algún amigo, porque dentro de los micros es zona liberada". "Cada fin de semana, se ponen a rodar 6.000 micros que llevan y traen a los asistentes de los eventos sin control", precisó Izaguirre.
El referente de la AARA advirtió que el 2018 "comenzó con un crecimiento importante de esta actividad ilegal", ante lo cual reclamó que "se enfoquen las investigaciones en las redes sociales, porque allí se promocionan con total impunidad".
El eje del negocio está en el alquiler de quintas alejadas de los centros poblados por parte de personas que organizan las fiestas clandestinas y los asistentes, que no tienen restricciones de edad, son transportados en micros desde espacios fijados previamente. "La modalidad se repite en zonas de todo el país. Los puntos de encuentro de los chicos se fijan con anticipación. Las invitaciones a las fiestas ilegales son personalizadas, se van pasando entre conocidos.
Se genera una mística de pertenencia a los grupos. No hay un sólo fin de semana en que no mueran chicos en fiestas. Pero hay que agregar violaciones, sobredosis y heridas por agresiones. Tenemos que hacernos cargo como sociedad de lo que está sucediendo", aseguró el experto. (NA)