Sabado 27 de abril 2024

La Pampa líder en rendimiento de soja, maíz, girasol y maní

Redacción 18/11/2023 - 09.18.hs

Cuatro de las catorce labranzas más importantes que tiene el sistema agrícola de Argentina han tenido sus mejores rendimientos de la campaña 2022/23 en La Pampa, entre ellas la soja, el girasol y el maíz.

 

JUAN JOSE REYES

 

En agricultura, el rendimiento (también conocido como "productividad agrícola" o "producción agrícola") es una medida universal de la cantidad de un grano cultivado por unidad de superficie de tierra. La ausencia de precipitaciones y las altas temperaturas de la siembra fina y gruesa anterior y la fina 2023/24 condicionan los laboreos de los cultivos.

 

Sin embargo, en cuatro de las catorce labranzas más importantes que tiene el sistema agrícola de Argentina, han tenido sus mejores rendimientos de la campaña 2022/23 en La Pampa. Entre ellos se destacan tanto la soja de primera (1.869 kg/ha); el girasol (2.238); el maíz (6.513) y también el maní con 2.655 kilogramos por hectárea o 26,55 quintales por hectárea. Todo un reflejo de que nuestra provincia continúa teniendo un sector cerealero y oleaginoso en constante crecimiento y con mayores niveles de producción año tras año.

 

El rendimiento de cultivos por hectárea es un indicador clave y estratégico para medir la eficiencia de la producción agrícola. Aquel beneficio que se obtiene por hectárea puede variar significativamente según el tipo de cultivo, las prácticas agrícolas utilizadas, las condiciones climáticas y la calidad del suelo. Sin embargo, el uso de tecnología y técnicas agrícolas avanzadas, como la siembra directa (cultivar sobre rastrojos) y la agricultura de precisión, ayudan a aumentar el rinde además de reducir el impacto ambiental.

 

La mejora genética de las semillas y el uso de fertilizantes y pesticidas adecuados también juegan un papel crucial en la obtención de altos rendimientos por hectárea en las cinco últimas campañas en La Pampa.

 

Los consejos de los ingenieros agrónomos, pilares de nuestros altos rendimientos agrícolas refieren al análisis de suelo para determinar su fertilidad y ajustar los nutrientes necesarios, además de utilizar semillas de alta calidad y adaptadas a las condiciones específicas de la región pampeana donde se la utilice. Además de prevenir enfermedades y plagas mediante el uso adecuado de pesticidas y la realización de una planificación adecuada de la rotación de cultivos para mantener la salud del suelo.

 

Liderazgo pampeano.

 

En la última siembra la soja doméstica tuvo una producción que llegó a las 759.420 toneladas en una superficie cultivada y cosechada fue de 431.050 y 406.250 hectáreas respectivamente, con un rinde promedio de 18,69 qq/ha cuando a nivel país aquel apenas trepó a los 17,44 qq/ha. La mayor productividad de la soja se vio reflejada en cuatro departamentos: Catriló con uno de los mayores rindes del país 2.270 kg/ha seguida de Chapaleufú con 2.124; Atreucó 1.945 y Maraco con 1.871 kg/ha.

 

En lo que refiere a la soja de segunda La Pampa estuvo por debajo del promedio nacional que llegó a las 1.419 kg/ha y aquí se obtuvieron apenas 1.297 kg/ha. El departamento que más se acercó a los guarismos nacionales fue Maraco con 14 qq/ha. Pero sin dudas que en punto muy destacado en los rindes fue la producción de girasol ya que La Pampa se ubicó en cantidad de tonelaje como el segundo distrito del país con 623.790 toneladas.

 

Se sembraron 281.900 hectáreas y se cosecharon en 278.700 liderando en rendimientos nuevamente los departamentos Catriló con 2.800 kg/ha seguida de Atreucó con 2.500. También se destacaron Quemu, Capital, Chapaleufú y Maracó con 2.200 kilogramos por hectárea.

 

En maíz fue superlativo pues con una producción total de 3.088.464 toneladas fue una de las provincias que mejor soportó la sequía, ya que si bien cayó en 610.137 toneladas que el récord histórico obtenido durante la campaña 2021/22 donde se había logrado la friolera de 3.698.601 toneladas, fue importante.

 

En rindes la provincia consiguió el primer lugar con 65,13 qq/ha (51,09 en el país) destacándose los lotes ubicados en los ejidos rurales de los departamentos de Quemú con 7.860 kg/ha; Maraco 7.790; Chapaleufú 7.670 y Realicó con 7.380 kilogramos por hectáreas. Y finalmente en Maní puede decirse que hubo una producción total de 44.548 toneladas en un área sembrada y cosechada de 16.777 hectáreas (no hubo pérdidas) y un rinde promedio del orden de los 2.655 kg/ha cuando el país se alcanzaron los 2.590 kg/ha. Lideraran en esta oleaginosa los departamentos Chapaleufú y Maraco con 3.000 kg/ha y le siguió Realicó con 2.500 y finalmente Conhelo, Trenel y Rancul con 2.000 quintales por hectárea cada uno.

 

Los híbridos.

 

En la búsqueda constante por mejorar todos los rendimientos agrícolas, las semillas híbridas se han convertido en un pilar fundamental. La Pampa es un más que claro ejemplo ya que de no más de dos millones de toneladas producidas en la década pasada ya se han superado la 6,5 millones de toneladas de producción en la campaña anterior a la sequía (en la pasada 5.166.360 toneladas en 1.440.385 hectáreas cosechadas).

 

A través de la combinación de características genéticas deseables, las semillas mejoradas ofrecen un potencial excepcional para impulsar la productividad y la resiliencia de los cultivos en un entorno local que está en constante evolución. La ingeniería genética aplicada a las semillas híbridas representa un avance significativo en la agricultura moderna y en la pampeana en particular.

 

Al cruzar líneas parentales con atributos valiosos, se logra un vigor híbrido que se traduce en plantas más robustas, resistentes a plagas y enfermedades, y adaptadas a las variaciones climáticas, sentando las bases

 

para cosechas más abundantes y de alta calidad. Dos ejemplos trascendentes en la provincia lo han sido indistintamente la soja y el maíz. La esencia de las semillas mejoradas radica en su vigor híbrido, un fenómeno genético en el que la combinación de dos parentales da como resultado un descendiente de mayor rendimiento que sus progenitores.

 

Esta característica ha llevado a la preferencia por las semillas híbridas en países como Argentina y La Pampa en particular, donde se explota al máximo para impulsar la productividad agrícola, por ejemplo híbridos de maíz y girasol. En este sentido, la tolerancia a las enfermedades y la adaptabilidad son también elementos fundamentales en las semillas híbridas.

 

Pero la importancia que sean altamente adaptables a condiciones de estrés hídrico, permite a los chacareros sembrar en una gran variedad de ambientes diferentes como los son la zona núcleo de nuestra provincia, la estepa y aún en determinadas zonas del oeste profundo. Es muy importante la adaptabilidad de los híbridos, ya que brinda flexibilidad a los agricultores para sembrar en cualquier ambiente productivo y fecha de siembra.

 

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