Cooperativas de trabajo preparan respuesta ante el ataque de Nación

El cooperativismo de trabajo en su conjunto prepara una respuesta conjunta al ataque, otro, que anunció este miércoles el vocero presidencial respecto a suspender la actividad de miles de entidades del rubro creadas en los últimos años.

Ante el impacto de la noticia, las consultas que efectuó de inmediato La Arena arrojaron como resultado que el movimiento en su conjunto se puso en estado de máxima alerta y comenzaron la tarea de elaborar una respuesta a la medida, que era esperada en muchos círculos especializados.

La política que en este sentido desarrolló el gobierno de Alberto Fernández, propiciando y apoyando fuertemente a los grupos conformados bajo el asociativismo, nunca fue bien vista por la Derecha que hoy gobierna. Siempre fueron tildados de planeros disfrazados y los fuertes aportes en cajas políticas encubiertas.

Sin embargo, como suele ser común ante este tipo de medidas, se mete a todo en la misma bolsa y aquellos que han encontrado en esta herramienta una solución para sus problemas de estabilidad laboral y alcanzado derechos, serán fuertemente afectados por esta medida.

En La Pampa, en los cuatro primeros años de gestión de Sergio Ziliotto, se conformaron decenas de cooperativas de trabajo, cumpliendo varias tareas. La mayoría de ellas está funcionando, con sus altibajos tan propios como, incluso, las que no han logrado consolidarse.

Es típico en este ámbito que las cooperativas pasen por otras situaciones. Difícil es conformarlas porque difícil es que las personas en general se adapten a las características que poseen. No es tarea sencilla trabajar como dueño en condiciones iguales que los restantes asociados y, además, gestionar la entidad con sus particularidades administrativas y contables.

Mucha gente prefiere dar un paso al costado e intentar conseguir trabajo como empleado, percibir una remuneración de un empleador o trabajar por propia cuenta e irse a casa. Ser miembro de una cooperativa tiene sus ventajas, pero sus dificultades.

En ese marco, en La Pampa se puso desde el Estado provincial a disposición de los grupos interesados, un programa de asesoramiento y líneas de apoyo financiero que permitieron la formación de varias entidades. Y una vez matriculadas, herramientas para consolidarse en los siempre difíciles primeros pasos.

Funcionan, con las dificultades propias y con más o menos éxito según su actividad, pero funcionan. Tal vez nada tenga que ver esta realidad con los llamativos números que Manuel Adorni reveló al hacer el anuncio de la suspensión de las actividades y la acusación de que se trata de “cajas negras de la política”.

Sin dudas, que sólo en 2023 se haya matriculado desde el Inaes a 4355 nuevas cooperativas, llama la atención y plantea interrogantes. Que, sin dudas, tienen respuestas y pruebas de que en La Pampa no es así.