Domingo 28 de abril 2024

El antropólogo que es albañil y músico

Redacción 13/11/2023 - 09.00.hs

Es cuestión de ir adaptándose a los tiempos, porque no queda otra. No hacerlo es casi quedar afuera del mundo que se viene… o que en realidad ya está aquí. Si a nuestros padres alguien les hubiera hablado de couchsurfing habrían mirado con extrañeza a quien pronunciara semejante vocablo. Porque son términos en un idioma que no es el nuestro, que no obstante van trascendiendo de la mano de la globalidad a la que contribuye tan grandemente la modernidad y las redes que lo han inundado todo.

 

¿Pero qué significa couchsurfing? Es una práctica turística que consiste en dar alojamiento a un viajero o turista en la propia vivienda de quien acepta recibirlo. Es libre de costos, y lo habitual es que el huésped duerma en un sofá. Y esto es precisamente lo que da el nombre a esa situación: sofá en inglés es couch.

 

Se trata de una red social que, según expresan los que dicen saber couchsurfing es la red de hospedajes más grande del mundo, con 6 millones de usuarios. ¿Cómo funciona? Los que están en ella se comunican y consiguen alojamiento gratuito. “Justamente el couchsurfing me ayuda a pasar por lugares, conectar y bueno, además conocer gente”, sostuvo Thomas Morris.

 

“Me gusta la ciudad”.

 

Así llegó a Santa Rosa hace algunos días el joven Thomas Morris, de alguna manera un personaje peculiar. Tiene 28 años y es Antropólogo -está elaborando su tesis para presentarla en la Universidad Nacional de La Plata-, y quedó encantado con la ciudad, de tal modo que es probable que más adelante decida radicarse entre nosotros.

 

“Sí, llegué mediante esa aplicación, y estuve parando en la casa de unas chicas… pero desde hace algunos días me instalé en la comunidad Willi Antü (Sol del Sur en castellano),y estoy trabajando allí”, contó.

 

El muchacho muestra una larga cabellera negra, que recoge con un pañuelo para evitar que caiga sobre su frente, y luce una espesa barba que, no obstante, no oculta su juventud. Habla con tranquilidad, sin levantar la voz, en un tono que invita a escucharlo y conocer su historia. “Me crié en Neuquén, pero tengo familiares por aquí… los Oyhenart, otros de apellido Larrañaga, Mirasson…”, señala.

 

En moto.

 

“He pasado desde muy chiquito por Santa Rosa, desde que mi familia se mudó de Buenos Aires a Neuquén”, y ahora lo hace cada vez que vuelve a visitar a su familia. “Desde que tengo la moto -una Zanella Patagonian Eagle ST, 150cc.- fui varias veces porque me encanta andar en la ruta, aunque soy muy prudente, siempre… cuando alguien viene del otro lado y parece peligroso prefiero tirarme a la banquina y esperar. Viajo a no más de 70 kilómetros, e incluso menos, porque siempre ando cargado. Llevo la bolsa de dormir, el aislante y la carpa. Y además ropa y herramientas”. Y aunque no lo dice la guitarra que lo acompaña desde sus 15 años.

 

Cuenta Thomas que “se puede decir que soy aventurero. Pero más que eso diría que me gusta conocer diferentes comunidades que me permiten un intercambio, y saber del valor de las cosas que el otro produce… Es una mística que me acompaña y que me hizo evolucionar…”, dice y un poco sorprende.

 

“Fijate que antes era ateo, pero me pasaron muchas cosas que me hicieron reflexionar y sentir que hay algo mucho más allá de estar solo en medio de la ruta… Por ejemplo soñar con mis abuelos de manera recurrente, y sentir que me acompañan desde otro plano”, expresa. Pero además Thomas cuenta otras experiencias fascinantes que prefiere no se publiquen...”Una vez hubo un accidente delante mío y me dejó pensando acerca de la vida y de la muerte… y desde entonces siento que alguien me acompaña”, dice ahora serio.

 

La Antropología.

 

Le gusta charlar, relacionarse, conocer. Parece todo el tiempo ávido de saber más sobre todo lo que se le cruza. Tal vez por eso fue que, buscando sus raíces -“en algún punto somos todos hermanos, desde África con el origen de ‘Homo sapiens’, reafirma-, fue que decidió y “definitivamente incidió en la carrera que iba a elegir”, confesó.

 

“¿Por qué estudié Antropología? En realidad había pensado en principio ir por el lado de las Ciencias Políticas, pero me dí cuenta que no es algo tan tangible, o que me permitiera una salida laboral rápida, aunque me hubiese gustado seguir aprendiendo un poco más sobre el tema. Y como me gusta el lado de la biología y la botánica relacionadas entre sí, arranqué con esta carrera.

 

“Ahora mismo estoy haciendo la tesis escrita y en video, recogiendo el relato que desean compartir las comunidades que visito. De eso, por si a alguien le interesa, tengo un canal de you tube, donde comparto entrevistas que realizo. La antropología, según la etimología de la palabra, es el estudio del ser humano… sí puede ser que haya algún mito con la complejidad de la cuestión, pero realmente desde mi perspectiva considero que cualquiera que pueda tomar en cuenta al otro desde una perspectiva émica puede preguntarse sobre sus raíces. Eso lleva a entender”, amplió.

 

Comunidades originarias.

 

En estos días que lleva por aquí, Thomas se relacionó primero con la comunidad Chacra Raíz de Toay, “a la que ya conocía. Ahí me enteré que estaba el encuentro Latinoamericano de Pueblos Originarios -con la comunidad Willü Antú como anfitriona- en torno a los deportes y prácticas corporales. Así conocí las prácticas deportivas de La Chueca, también me permitieron tirar con las boleadoras y accedí a muchos relatos... De México, Colonia, Chile y de La Pampa”, puntualiza.

 

En Willi Antü está realizando trabajos de albañilería, que incluye revoque fino, elaboración de una parrilla, y además cuando cuadra jardinería y limpieza, tarea por la que le pagan “por jornada”.

 

La lonco María Inés Canhué lo invitó a trabajar en Willi Antü, porque Thomas desde hace mucho tiempo conoce el oficio de la construcción. “Lo hago desde que tenía 18 años. Empecé cuando viajando a dedo en Chile una persona me invitó a refaccionar un hostal de su propiedad… y desde entonces con eso financié mis estudios, complementando la ayuda que siempre me brindó mi familia”.

 

“Me gustaría enviar un abrazo gigante a mi padre Walter, a mi madre Alejandra y a mi hermana Karen, y decirles que pronto estaré por allí”, prometió.

 

Una nueva vida.

 

Se puede decir que el amigo antropólogo es polifacético, porque además sabe de mecánica -obligado para mantener su moto en condiciones-, y es aficionado a la música y la ancestrología. “La guitarra es una compañera que ayuda a meditar en los momentos de soledad… Me gusta tocar entre rock y folklore (le encanta Charly García), aunque hago un poco de todo”, agrega. Y una muestra de eso brindó cuando días atrás estuvo en el programa La Pampa Va que se difunde por Radio Noticias.

 

Si, hay una nueva manera de vivir que sólo a Jules Gabriel Verne (Julio Verne) se le podría haber ocurrido. ¿O no es así? (M.V.)

 

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