Matrimonio llegó de Neuquén con sus cuatro hijos y piden ayuda

Un matrimonio y sus cuatro hijos de 12, 11, 10 y cinco años, llegaron desde Neuquen a Santa Rosa, y piden por un trabajo y un lugar para vivir. "Estamos dispuestos a trabajar de lo que sea, mi marido es albañil y plomero, y podemos hacer lo que necesiten. Necesitamos tener un lugar para vivir, un techo para nuestros hijos", dijo Marcela que llegó junto a su compañero Iván a la redacción de LA ARENA.

"Nosotros vinimos de Neuquén, porque la señora que nos alquilaba falleció, y nos quedamos en la calle. Luego fue difícil conseguir un lugar para nosotros, porque sus hijos vendieron su casa, y en ningún lado baja de 250 mil pesos un alquiler allá", añadió la mujer. Iván, por su parte, señaló que "nos vinimos para acá porque mi abuelo vivió en Santa Rosa, y siempre nos dijo que la gente acá es muy buena, y nos podía dar una mano".

Marcela, señaló que "quedamos en la calle, pudimos vender lo que teníamos, las herramientas de mi marido, y con eso llegamos hasta acá para ver si podemos encontrar algún futuro. Lo fundamental para mi es darle a mis hijos un techo, más que nada. La situación que tenemos está mal, en todos lados. Llegamos a la terminal sin dormir, los niños también, incluso se quisieron acostar en la terminal y no los dejaron acostar en los asientos, los levantaban", dijo.

Y agregó que "por suerte los taxistas nos ayudaron, y nos dijeron que visibilizar nuestra situación en este diario podía ayudar para ver si alguien nos podía conseguir un techo, a cambio de trabajo. Eso es lo que más necesitamos para poder darles un lugar digno a mis hijos", reiteró la mujer.

Una posibilidad.

"Pedimos que nos den una posibilidad", repitieron los dos. Iván señaló que "la otra que nos queda a nosotros es llegar a San Juan porque tengo mi mamá allá. Pero queremos tratar de conseguir algo acá para quedarnos porque allá no hay trabajo, no hay nada. Queremos ver si podemos establecernos, si existiera alguna posibilidad de trabajar y tener un techo, nosotros trabajamos sin problemas de lo que sea".

"Estamos a días de la fiesta y no tengo ni un techo para mis hijos. Si Dios nos bendice y podremos ubicarnos acá, que podamos conseguir un techo, sería grandioso, porque la verdad que ya no podemos seguir así, la situación nos está superando. Yo soy insulino dependiente, y no tengo ni para comprar un hielo para mantener mi insulina, menos para darle algo a mis hijos", aseguró la mujer.

Asimismo, destacó la solidaridad de la gente de la terminal. "Ahora tengo las insulinas conservadas, porque no pueden perder la cadena de frío. Andábamos por las casas golpeando, pidiendo un poco de hielo o algo, y la señora del negocio de la terminal me las guardó en su heladera. Los taxistas también nos dan una mano".

"Una señora que estaba ahí nos ayudó, y les pagó a las niñas una habitación enfrente a la terminal para que se pudieran bañar y dormir. Ahora están durmiendo enfrente a la terminal, en un hostel, y nosotros seguimos con mi marido en la terminal. Si alguien nos pudiera dar una mano con esto, estaremos en la parte de al lado de los baños de la terminal y mi teléfono es 2996583257", concluyó Marcela.