Sabado 11 de mayo 2024

Se inaugura la Casa-Museo de "Pacheco"

Redacción 01/11/2022 - 08.58.hs

El próximo jueves a las 19 es el momento previsto para la inauguración de la "Casa-Museo Antonio Pacheco Berhongaray", que será el sitio en que se recordará la vida y obra del reconocido político pampeano, quien fuera testigo -y a su vez protagonista- de momentos cruciales para la historia argentina.

 

Porque a Pacheco, que así lo conocía todo el mundo, le toco "jugar en primera" en la política nacional, siempre acompañando a Raúl Ricardo Alfonsín, de quien fue su confidente y amigo.

 

La casona de calle Perú 733, donde vivió hasta el final de sus días, será el espacio preparado para mostrar documentos, fotos, escritos y objetos que dan testimonio de las múltiples facetas en que participó una persona que, con orgullo, llevaba el compromiso de ser un hombre de la democracia. Porque eso fue fundamentalmente Pacheco Berhongaray. Un político de raza que llevaba grabado a fuego en su pensamiento y en su alma los conceptos de la República. Era también, a su manera, obviamente un soñador.

 

Autor de cinco libros, uno con prólogo de Raúl Alfonsín, y otro de Félix Luna, Berhongaray fue, desde su lugar, un testigo privilegiado, pero también protagonista de una época convulsionada de la vida política argentina; esa en que nuestra democracia aún balbuceante, después de la noche que significó el pavoroso Proceso se debatía por afirmarse, en un mar de condicionamientos por parte del régimen que todavía mantenía aliados en distintos estamentos de nuestra sociedad.

 

La vida de Pacheco -que así le dijeron desde el mismo día que nació- estuvo signada por la militancia, aferrado desde siempre a las ideas del radicalismo.

 

Serás lo que quieras ser.

 

Su familia vivió varios años en la calle Lisandro de la Torre, en una casa ubicada justo frente al portón de la municipalidad. Hizo buena parte de la primaria y el secundario en el Colegio Domingo Savio, y se iba a graduar como Abogado en la Universidad en Buenos Aires. Pero siempre tuvo la firme convicción de que iba a ser político. Su propio padre lo alentaría en esa pasión: "Tenés que ser lo que vos quieras", le dijo, y fue suficiente para que consagrara su vida a ser un servidor público desde el lugar que le tocara ocupar.

 

"Le manifesté a mi padre que quería ser político y me apoyó. 'Tenés que ser lo que vos quieras' me dijo. Y fue suficiente. Ejercí la profesión, sobre todo en el foro penal, pero tenía claro lo que quería. En realidad la militancia había empezado en la escuela y después con mayor ahínco todavía en la universidad", continúa.

 

Aunque su padre era productor rural, Pacheco en ese rubro emprendió su propio camino, compró campo y se vinculó a la actividad ganadera; mientras paralelamente ejercía su profesión de abogado, desde la cual en muchas oportunidades -en gobiernos dictatoriales que lamentablemente fueron una constante en nuestro país, presentó habeas corpus por presos políticos, muchas veces afiliados al Justicialismo.

 

El ex presidente Fernando De La Rúa llegó a atender como abogado en el estudio de Pacheco.

 

Las luchas populares.

 

En su afán de incursionar en la cosa pública, Antonio Tomás Berhongaray dijo siempre presente en los centros de estudiantes; y fue uno de los propulsores de la lucha por nuestros ríos, que incluyó su participación en la Copdrip (Comisión Pro Defensa, luego Popular, de los Ríos Interprovinciales Pampeanos), en el movimiento salinero (que iba a ser la huelga más larga de la historia), en tanto se acercó decididamente a Raúl Ricardo Alfonsín, que lo distinguió con una amistad que lo enorgullecía: "Fui su amigo, pero además un hombre de su más estricta confianza", solía expresar Pacheco.

 

Precisamente con el ex presidente fue uno de los iniciadores del Movimiento de Renovación y Cambio; y con Alfonsín en la Casa Rosada les tocó afrontar las dificultades de la hora para prosperar ante una realidad que amenazaba la democracia poniendo palos en la rueda todo el tiempo.

 

Pero avanzaron, y vaya si lo hicieron, porque fue una decisión del propio Raúl Alfonsín lo que llevó a la formación de la Conadep; al posterior Juicio a las Juntas Militares sobre el que escribiría uno de sus libros.

 

Semana Santa.

 

Tuvo un papel preponderante en el levantamiento "carapintada" de Semana Santa y Aldo Rico, cuando el presidente expresó aquella famosa frase "la casa está en orden".

 

Era con Pacheco -entonces presidente de la Comisión de Defensa del Senado-, y con Horacio Jaunarena (ministro de Defensa en el Gabinete nacional), que Alfonsín mantenía conciliábulos en el Patio de las Palmeras de la Casa Rosada cuando la democracia se encontraba amenazada.

 

Juntos también debieron soportar el golpe económico que le asestaron al gobierno radical, la llegada de Carlos Menem y el Pacto de Olivos.

 

Pacheco los conoció "a todos. A los nuestros y a los otros", dijo en obvia referencia a Menem, Duhalde, los militares; y también mantuvo trato con Cristina cuando estuvo separada del bloque oficialista en el Senado de la Nación: "En ese tiempo sabía acercarse a nosotros y conversábamos", confió alguna vez en una entrevista con este diario.

 

Cargos públicos.

 

Entre tantos cargos públicos que ocupó le tocó ser presidente del Comité Provincia de la Unión Cívica Radical; Senador Nacional por La Pampa dos veces (con Alfonsín en el Gobierno fue presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara Alta); Diputado Nacional; Convencional Nacional Constituyente; Secretario de la Comisión de Agricultura y Ganadería; fue miembro informante y autor de numerosas reformas al Código de Justicia Militar, Ley de Defensa Nacional; Ley de Traslado de la Capital a Viedma. Y se destaca que fue coautor de la Ley que establece el juramento de fidelidad a la Constitución Nacional de los miembros de las Fuerzas Armadas.

 

Y por supuesto no puede obviarse, de ninguna manera, su intervención en la Ley 23.272, que incluye a La Pampa en la Región Patagónica.

 

Entre tantas actividades que desarrolló cabe apuntar que era un apasionado de la colombofilia, y con su palomar ganó enorme cantidad de pruebas y trofeos que hoy se exhiben en la Casa-Museo que reflejará -de manera mínima- la actividad de un personaje que fue un hacedor.

 

Merecido homenaje.

 

Dos veces participó en elecciones siendo candidato a gobernador de la Provincia -uno de sus grandes sueños-; y si bien en la primera oportunidad le tocó competir con un Rubén Hugo Marín en su apogeo político; estuvo más cerca cuando tuvo que enfrentar a Néstor Ahuad, aunque nuevamente la fuerza del peronismo en La Pampa le impidió lo que era un de sus grandes anhelos.

 

Ahora, a poco menos de cinco años de su desaparición física -falleció el 12 de febrero de 2017-, acaecida a los 74 años de edad, se le tributará a Pacheco el gran homenaje que merece.

 

La casa del Fitte.

 

La casona de Perú 733, donde se instalará la Casa-Museo que mostrará la vida y la obra de Pacheco Berhongaray, fue su domicilio particular desde 1974, hasta su fallecimiento el 22 de febrero de 2017.

 

Luis Posadas, el joven que junto a Sara Alonso -reconocida militante y ex concejal de Santa Rosa por la UCR- se vienen encargando de los detalles organizativos y de "armar" la muestra, recordó que la mansión de los Berhongaray era hasta que la adquirieron propiedad de Carlos Cordes, cuando el Barrio Fitte era conocido como Villa Pampita. Cabe señalar que Martín, hijo de Pacheco y Delia Braun, supervisa todo el tiempo detalles del emprendimiento.

 

Posadas recordó que la señorial casona fue declarada Patrimonio Arquitectónico, cuando algún intendente tuvo la idea de realizar un paseo pintorequista en Santa Rosa. Desde ahora será conocida como la "Casa-Museo de Pacheco Berhongaray". (M.V.)

 

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