Jueves 25 de abril 2024

Mató y huyó

Redacción 26/12/2008 - 07.58.hs

Miguel Recofsky, un hombre de 47 años perdió la vida ayer al ser atropellado por una camioneta Toyota Hilux color blanca, que era conducida por Alejandro Schanton, un joven de 20 años que es hijo del diputado provincial Alfredo Schanton. El trágico suceso se produjo alrededor de las 5.30 del jueves, cuando Recofsky cruzaba la calle desde el local de la confitería Frida para ir a buscar un celular a su automotor, un minibus Daihatsu, ubicado sobre la acera que da a los terrenos del ferrocarril, en las inmediaciones de la esquina de Coronel Gil y Alvear.
En esas circunstancias no habría advertido la presencia de la Toyota conducida por el hijo del ex intendente de Toay -jugador de fútbol del Deportivo Mac Allister-, que lo atropelló provocándole heridas que le produjeron la muerte en forma inmediata.
El joven conductor de la camioneta emprendió la fuga, pero habían sido muchos los testigos que vieron la maniobra -incluso un par de policías de guardia en el lugar- y fue interceptado por los patrulleros que se le cruzaron en la esquina de Pueyrredón y Avenida Belgrano.
Schanton fue detenido y permanecía a disposición del juez de turno en la Seccional Primera. Allí fue visitado por su padre el ex intendente toayense y actual diputado Alfredo Schanton.
La gravedad de su accionar no se reduciría sólo a su responsabilidad en el accidente -habría ido a considerable velocidad, y así quedó expuesto en los daños que sufrió su rodado-, sino que complicaría su situación que haya abandonado el lugar dejando tirado a Recofsky, con lo que pudo haber incurrido en abandono de persona. El titular del juzgado de instrucción nº 5, Carlos Mattei, tiene a su cargo la causa.

 

Sordomudo.
Ayer amigos de Recofsky se encargaron de expresar su dolor por la muerte de una persona muy querida. "Era sordomundo, pero siempre trabajó y realmente le teníamos una gran confianza",dijeron algunos de sus vecinos que se mostraban consternados con la situación.
Daniel, uno de ellos, lo identificó como "mi gran amigo, de gran corazón y muy trabajador", y pidió "que se haga justicia". Miguel trabajó un tiempo en el taller de repuestos "Las Malvinas" y últimamente lo hacía en Siemens, un taller de inyección electrónica. "Le teníamos tanta confianza que siempre le prestábamos nuestros autos, y ayer mismo anduvo en el mío todo el día", expresó una mujer integrante de la familia Soria.

 


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