Jueves 25 de abril 2024

"Pulpi" Herrero, talento para admirar

Redacción 11/12/2016 - 00.24.hs

Mario Vega - Pocos dudan que cantar muy bien es de las mejores cosas que le pueden ocurrir a una persona. A Pulpi Herrero lo definen así: 'Vos te resumís en América e Indio Toba'. Es dueño de una voz privilegiada.
He escuchado decir por allí -y algún amigo cantante me lo ha ratificado- que cualquiera, con ejercicios vocales, con entrenamiento, puede cantar... Y a mí me parece que no es tan así, que en realidad se trata de un don, que hay personas que nacen con esa predisposición, y que en definitiva es una condición natural que distingue a un artista de un mero cantor vocacional.
Creo que la mayoría de las personas aspiramos a entonar una melodía en forma afinada, que resulte agradable a los sentidos de quien esté escuchando. Otros, lamentablemente, y desde temprana edad, hemos recibido la "noticia" de que no podemos modular absolutamente nada. Y en mi caso puedo decir, sin temor a equivocarme, que mi tono de voz da igual para el Himno Nacional Argentino, como para el Arroz con leche... no hay grandes diferencias al vocalizar, lo que obviamente me descalifica al momento de tararear por ejemplo un tango, que tanto me gusta.
Pero, por suerte, esa inhabilidad no me hace caer en la necedad de no poder disfrutar del talento de quien tiene esa facultad sublime de transformar en modulaciones armónicas y hermosas una canción. Aunque me despierte una sana envidia no puedo dejar de admirar a quienes son capaces de embelesar a una platea a partir de una canción.
Me parece que no debe haber un ser humano que no entienda que cantar muy bien es una de las mejores cosas que le puede ocurrir a una persona.

 

Un cantor a domicilio.
Cada vez que lo cruzo por allí le pido: '¡Vamos con un cachito de Indio Toba, amigo'!, y el tipo se ríe con ganas... pero no, no canta, no le gusta hacer el ridículo -al menos en público- y me deja con las ganas. Gerardo Herrero, "Pulpi" para todo el mundo, es un vecino que uno puede ver como uno más, pero tiene la virtud de una voz excepcional, capaz de arrancar con "A mi manera", y seguir por todo el camino de la música latinoamericana, pero sin escaparle a ningún ritmo, en esta nueva versión de cantor a domicilio. Es que Pulpi no es que canta serenatas por las noches (¡no haber tenido ese virtuosismo en los años mozos, para cantar una canción en la ventana de la más linda del barrio!, ¿no es cierto?), sino que se presenta con su show en cada fiesta donde se lo convoque... y allí será por un par de horas el gran protagonista. Allí no será el hombre casi tímido, medio campechano que le escapa a tomar un café en pleno centro -aunque le gustaría- porque para eso necesita que haya en la confitería alguna cara amiga que, de alguna manera, lo contenga.
¿De dónde lo conozco? La verdad que no lo sé... quizás de la municipalidad, donde trabajó muchos años, o de la calle... o de la vida... no lo sé, y no importa. Me cae bien, sólo eso.

 

El hijo de chacareros.
"Nací en Fortín Olavarría, a orillas de la zanja de Alsina, entre América y Trenque Lauquen. Mi viejo, Julián, falleció hace un par de años; y mi mamá, una genia, es Edith Ércoli, ambos hijos de inmigrantes y chacareros; los dos más chicos de cinco hermanos... Mamá sigue viviendo en el pueblo con sus 82 años y sus ganas de vivir la vida. No para un momento, va a danzas, a coro, a taller de memoria... hace unos días hicimos un viaje a Italia, a recorrer entre otras cosas la zona de Ancona de donde eran mis abuelos Ércoli, y fuimos con mi única hermana, Claudia, que vive en Mar del Plata".
Se entusiasma hablando de sus padres: "Mi viejo era fanático de Jorge Newbery de Olavarría y de Boca, jugaba de zaguero y lo hizo más de 20 años de titular, pero su mayor fortaleza fue ser una persona de bien.... intachable ...yo diría que demasiado. Su sueño era que yo fuera un gran jugador pero no fue así", y larga la carcajada. Pero sigue: "Todavía no logro entender por qué no jugué en el club si era cuestión de ir nada más. A lo mejor porque de chico vivíamos en el campo a una legua del pueblo, y también porque mi condición física, medio pesadito, y poca fuerza de voluntad para hacer gimnasia hicieron su aporte. Igual siempre me gustó el fútbol y sacando que no me gustaba correr era buen jugador", sostiene.

 

El fútbol le dejó su apodo.
Sería precisamente del fútbol que le quedaría su apodo: "Yo tenía 15 años y habíamos armado un equipo para un campeonato de papi fútbol... El equipo se llamaba Les Lehutiers y como originalidad les cocimos el nombre en el pecho y en la espalda el apodo de cada jugador, el mejor de los nuestro era 'Garabito' Bramajo, un zurdo de aquellos. En mi caso había un frecuentador que me decía 'Pulpa' precisamente porque era apenas un poquito gordito, y me pusieron en la camiseta 'Pulpita', que con el tiempo iba a trocar en mi actual sobrenombre, que siempre acepté de buena gana, porque me parece que te genera una suerte de identidad", relata.
Hizo la primaria en la Escuela 5 del pueblo; y como no había secundario algunos siguieron en el Instituto América... Había que recorrer 23 kilómetros para esa localidad. Allí se recibiría de Perito Mercantil.

 

El noviazgo, siempre un problema.
Eran también los tiempos de las primeras salidas a los bailes del pueblo y de otros boliches de la zona: "Karacataca en América, Montoto en Trenque Lauquen, Olaf en González Moreno, pero también íbamos a Villegas y a Carlos Tejedor. Pero la cuestión era cuando lograbas hacerte de novio y venía el problema de la continuidad... porque el rastrojero recién lo pude manejar a los 18. No era fácil noviar en aquel tiempo. Además en el pueblo éramos cuatro gatos locos y había que buscar novia afuera: era época de las cartas por correo; no había piletas de natación ni aire acondicionado... a lo sumo un tanque australiano y juntadas bajo los árboles en aquellos veranos".
Pulpi está divorciado desde hace cuatro años, tiene dos hijos, "Genaro (28) que vive conmigo, y Ornella (25) que estudia cine en La Plata. ¿Mi vida sentimental: tengo novia y vive en Buenos Aires", refiere a Myriam, por estos días paseando en Santa Rosa.

 

La vida y el canto.
Después Pulpi habla de su condición de cantante: "De chico recuerdo haber cantado Puerto de Santa Cruz en un acto durante la primaria, pero en el secundario no me vinculé con la música, supongo que por eso de que viajábamos todos los días y no había actividades artísticas curriculares en esa época. En el pueblo participaba de asados de amigos en el club mezclado con gente grande, donde se cantaba de todo, había folcloristas, milongueros, tangueros, pero lo mío siempre fue Nino Bravo, también Mario Echevarria y así por el estilo. Después me vine a estudiar a Santa Rosa, porque estaba cerca, pero además era 1979, tiempos de la dictadura y subversión, y para los viejos era muy importante el estudio pero también la seguridad".

 

La universidad, las peñas.
Así inicio su vida universitaria: "Estudié para contador porque en matemáticas siempre fui bueno; pero no así para los nombres difíciles y otras yerbas... con el tiempo descubrí que en realidad no fue una buena elección... pero no reniego porque me ha permitido tener buenos trabajos y relaciones", evalúa a la distancia.
Fue en los '80 que empezaron las primeras peñas universitarias en el club Estudiantes "de la mano del Tincho Perez Isa, ídolo total. Después de unos tintos tuve mis primeras intervenciones musicales, a capella y bajo el cobijo de mis compañeros. Más tarde Tincho abrió el 'Coru Hue' donde está Bar o Bar, y fue ahí donde me ofreció un trato que mantuvimos durante un año: me daba el almuerzo de lunes a viernes y yo debía hacer la apertura de la peña. En esa época conocí a Saúl Gauna y al Negro Bustamante que eran los encargados del folclore que cantábamos todos. Eran famosas las empanadas fritas del Ruso, que no recuerdo el apellido... me suena a ruso o alemán", refiere.

 

Nace"Iraupén".
En la Universidad habría de conocer "a un gran amigo, Mario Azcárate, con quien compartimos muchas cursadas y finales, y se ofreció a tocar la guitarra en los temas que yo cantaba: América, Bésame Mucho, La estrella de David... un día, estando en su casa de la calle Escalante cayó el loco (Alejandro) Dizeo, que quería armar un quinteto vocal. Yo ni idea de lo que hablaba... fuimos a la casa de Tito Rosales, otro día se sumó Toto Allende. Nacía Iraupén....".
Fueron 15 años de trayectoria.... "El Loco me hizo descubrir mi registro de tenor que desconocía, fueron años gloriosos con giras por todos lados: Argentina toda, Paraguay, Brasil, Cuba... y el momento más grande que significó ser Revelación 1993 de Cosquín", rememora.
Aunque obviamente la música ocupa un lugar preponderante en sus afectos, Pulpi nunca tocó un instrumento, "creo que de vago, nada más", admite.
Después de los gloriosos momentos de Iraupén -hubo pocos grupos pampeanos que sonaran de esa manera-, "hubo tiempos de otras propuestas de corta duración, siempre acompañado por mi amigo de la música y de la vida Mario Azcárate: 'Adosados', 'ATM' (Ante Todo Música), y en la actualidad estamos con un dúo que se llama 'Sra. Berta', que hasta el año pasado se llamaba 'Se Casa la Berta, que tenemos para despuntar la parte folclórica".

 

Cantante y animador.
En forma paralela, y con la aparición de las pistas musicales (forma de cantar sin tener que tener a alguien que ejecute un instrumento), "un día el Gallego García Márquez, otros le dicen El Negro, el de Turíndio, me pidió que vaya a cantar algunos temas a su parrilla restorán del Parque Luro... yo venía de muchos años cantando en grupo por lo que hacerlo solo me daba cierto resquemor; pero fui y me sentí muy cómodo... ahí empecé una etapa de pub por la ciudad y el interior".
Con posterioridad "un amigo de mi ex esposa me pidió que fuera a cantar a su cumpleaños pero me dijo: 'mirá que son de quedarse hasta tarde', con lo que dejaba claro que pretendía que cantara hasta altas horas de la madrugada. Por eso se me ocurrió planificar algún juego y/o concurso para rellenar. Esa fue mi primera animación de eventos y sería un gran hallazgo. De eso han pasado muchos años, más de 10, y tuve años de más de 60 eventos (la cuenta da cinco por mes)... hoy creo que mi especialidad son los 'cumples' de 50 hasta de 90 años. Realmente los disfruto, me siento cómodo y en mi terreno. Soy simpático y ocurrente, respetuoso y creo que ubicado", se auto elogia largamente (¿estarás un poquito creído, Pulpi? No lo creo, en realidad y conociéndolo no es así).
No tiene "una canción ni autor preferido... me gustan las lindas melodías y clásicas. Este año hice un trabajo con Darío Zorzi, temas de aquella época que lo presenté en el Casino; y además me quedó material como para grabar un disco así que veremos si el año entrante continuamos. Quería tocar canciones con mi impronta y con una banda atrás, y Darío que es un grande me dio la oportunidad, es un trabajo serio pero divertido y con mucha onda y tengo ganas de poner energía en eso".

 

Pulpi, el municipal.
Ya cuando estaba en segundo año de la facultad Gerardo Herrero empezó a trabajar en la municipalidad de Santa Rosa, "en el mismo edificio donde trabajo hoy; pero entre medio anduve por todos lados: el concejo deliberante, rentas, obras públicas, y hasta fui Tesorero por un tiempo. Pero además estuve con licencia por doce años porque fui secretario administrativo en tres facultades, en Exactas, en Económicas y por último en Agronomía".
Pulpi, ante una pregunta me contesta que nunca sintió la política, "voto al que me parece en el momento, independientemente del partido que sea. Y qué querés que te diga, al país lo veo complicado, en una coyuntura difícil, pero es lo que se votó y habrá que tener esperanzas para el bien de todos que esto mejore", cerró.

 

Pudo haber sido un gran tenor.
Compartiendo distintos coros con Alberto Carpio, Pulpi Herrero estuvo varias veces en Europa, en Francia, Italia y España, entre otros países (también en Colombia, Uruguay, Chile y Cuba), luciendo su condición de primer tenor.
"Es un tenor que tiene un color diferente a otros que se han destacado. Los grupos vocales locales han sabido tener muy buenos tenores, como Iraupén que tenía a Pulpi, o Cantizal a Pelusa Díaz, u Omar Rojas en Los Montesinos", señala Alberto Carpio que, de música, algo sabe.
"Pulpi ha sido primer tenor de los coros cuando cantamos La Misa Criolla, tiene un timbre muy particular y considero que, si hubiera estudiado canto y hubiera tirado para la lírica podría haber sido un gran tenor, tiene un gran registro. Pero como para todo se necesita mucha práctica, y el 'gordo' (dice en un tono cariñoso) tiene talento, pero es un poco vago para eso. Igual, le gusta más cantar que hacer números", refiere a la condición de contador de Gerardo Herrero.
Pulpi, impensadamente da lugar a que ese mote de "vago" y "colgado" le caiga como pintado. "Cuando el maestro Alberto Carpio me convocó al Coro Municipal para cantar la Misa Criolla, lo hicimos en muchas giras, y por eso tuve la oportunidad de conocer a don César Isella, con el que tuve una linda relación, al punto que en dos navidades me llamó para saludarme... y me dejaba pensando: '¿a cuántos llamará don César en estas ocasiones?, ¡y yo formo parte de ese grupo...!'. Pero querés creer, las dos veces no le contesté, y obvio no me llamó más". Pulpi querido, si eso no es ser colgado... ¡Era César Isella!

 


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