Sabado 27 de abril 2024

Marcha en apoyo de las víctimas de los abusos eclesiásticos

Redacción 08/12/2019 - 00.21.hs

Bajo el lema "No están solxs, les creemos", alrededor de un centenar de personas se concentraron ayer en la Plaza San Martín para brindar su apoyo a las víctimas de abusos sexuales dentro de la Iglesia. Durante la jornada, organizada por la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico de Argentina, se hizo un breve repaso de las causas que involucran al cura José Padilla, de Intendente Alvear, y a Hugo Pernini, de Santa Rosa.
Luego, los y las manifestantes marcharon hacía el Obispado de Santa Rosa, cantando una canción de Teresa Parodi, que se convirtió en un himno debido a que está relacionada con el testimonio que brindó una víctima. En la sede, leyeron el testimonio de un sobreviviente, una carta que escribió una fiel al obispo, Raúl Martín, y pegaron frases de la Biblia en la fachada del edificio.
Una de las asistentes fue Mercedes Lo Giúdice, quien en diálogo con LA ARENA se definió como "una fiel parroquiana", que creció y actualmente pertenece a la comunidad católica. "Esta marcha es muy positiva, porque hay gente que no es católica y está luchando por los derechos de las personas, lo triste es que todos estos bautizados, que son mis hermanos, no están acá. Hay muy pocos y eso es lo que tiene que cambiar", indicó.
En ese sentido, consideró que el tema de los abusos "no nos puede permanecer ajeno, no podemos tener doble moral en esto. La gente que encubre estas cosas es porque no tiene fe, entonces yo como católica les pido que se vayan de la Iglesia".
A su vez, afirmó que se necesita "un obispo que esté al frente de esto, a la caza de todos los pedófilos, porque son muchas las personas dañadas por esto. No solo por abuso sexual, sino por abuso de poder y por manipulación".

 

Apoyo a las víctimas.
Lo Giúdice confesó que está "a favor de la separación de la Iglesia y el Estado, porque me parece que es momento de dejar de mantener a personas que hacen lo que quieren", y alentó a que los jóvenes, pero principalmente los adultos "que son las que más miedo tienen, más cosas han visto y que más se están callando la boca, salgan y denuncien. No nos puede pasar lo que pasó en el Próvolo".
La creyente insistió en la necesidad de que las víctimas salgan a contar lo que vivieron, aunque aclaró que "nadie los va a obligar a hacerlo, cada persona tiene un tiempo y un proceso, y lo va a hacer cuando pueda hacerlo".

 

Incoherencia.
Lo Giúdice consideró que se precisa "una Iglesia más coherente y sino, no puede llamarse Iglesia de Cristo. Es la mayor incoherencia que puede haber. No quiero mantener gente que viva de este modo".
Por otro lado, explicó que si bien este tipo de hechos existen "en todas las instituciones", en la Iglesia "es más perverso si sucede, porque la persona que viene tiene una búsqueda de espiritualidad y de saciar un corazón que necesita amor".
"Basta de la hipocresía, basta de la pavada rosa de ir a aplaudir una canción en misa y afuera de la Iglesia estar violando una criatura. Yo como católica no lo tolero más. No podemos seguir sosteniendo esta mentira", exclamó.

 

Una movilización “histórica”.
Rocío Sánchez, una de las personas que participa de la organización de esta primera marcha, afirmó que “es histórica”, debido a que “nunca se hizo una marcha a favor de los sobrevivientes y en contra de los sacerdotes abusadores”.
Sánchez explicó que el objetivo de la marcha era apoyar a las víctimas. A su vez, destacó el trabajo de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico y precisó que tiene una página de Facebook donde pueden comunicarse y recibir contención psicológica y legal.
“Otra de las cuestiones que quisimos manifestar tiene que ver con el sistema de encubrimiento que tiene la Iglesia como institución”, sostuvo Sánchez y señaló que “tiene acciones bien precisas, que tienen que ver con el silenciamiento de los sobrevivientes y sus familias, y el traslado sistemático de los abusadores”.
Finalmente, aclaró que “no discutimos creencias”, sino que “lo que discutimos es cuando se usan esas creencias para cometer aberraciones como de las que estamos siendo testigos”.

 

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