Martes 09 de abril 2024

Mucho más que un acto administrativo

Redaccion 27/04/2020 - 22.02.hs

La estatización del servicio público de transporte urbano ya es decisión tomada en la Municipalidad de Santa Rosa. La fuerte crisis que dejó de herencia el macrismo sumada a las consecuencias económicas de la pandemia de coronavirus hicieron crujir a un sistema de transporte que desde hace mucho tiempo viene acumulando quejas y malestar entre los usuarios, los trabajadores y las propias autoridades comunales. En verdad, nadie estaba satisfecho con el servicio y este continuaba básicamente por la inercia y la falta de iniciativa de las sucesivas administraciones municipales que hicieron poco y nada para cambiar las cosas.
El momento aparece como oportuno. La cuarentena social y obligatoria dispuesta por el gobierno nacional ha reducido drásticamente el número de pasajeros. Sin clases y con la mayoría de las actividades laborales suspendidas los ómnibus circulan prácticamente vacíos a toda hora del día. La menor demanda podrá actuar como una circunstancia favorable en la emergencia para tornar menos ardua la transición.
Pero esta medida es mucho más que una decisión administrativa pensada únicamente en función del desempeño deficiente de la empresa concesionaria del transporte urbano. Hay que observarla también como una jugada política que muestra al municipio recuperando protagonismo e intentando mostrar que el Estado es mucho más que un ente regulador, una instancia burocrática para mejorar la calidad de vida del vecino.
Hay un gran desafío por delante, pues esta acción política hay que sustentarla con gestión, para que el discurso tenga sustento en el difícil día a día; es decir, para que la teoría no esté divorciada de la práctica. Tarea nada sencilla para el intendente y su equipo. Además la historia reciente le juega en contra. Fueron muchas las administraciones que defraudaron las expectativas de los santarroseños. La excepción, y no la norma, fueron las gestiones que salieron medianamente bien paradas al finalizar sus mandatos.
Por otra parte, la pandemia global puso otra vez en el centro del debate político el rol del Estado, en nuestro país y en todo el mundo. Con su secuela de dolor y muerte, el coronavirus tuvo la virtud de poner en cuestión las ideas económicas dominantes en el último medio siglo que habían adquirido poco menos que el estatus de revelación divina. El avance arrollador del mercado y la subordinación del Estado se habían convertido en el dogma indiscutible, en el pensamiento único. Tuvo que llegar una epidemia brutal para demoler los cimientos de esa construcción ideológica, mediática y económica.
Por todo ello, en este escenario adquiere especial relevancia esta jugada en esta capital de provincia argentina. La audacia no es solo patrimonio de los hombres de negocios como quiere imponerlo el discurso de la meritocracia. También la política puede ser audaz con propósitos bien distintos: el bien social antes que el individual.
Y también podría decirse que ya no parece casualidad que sea La Pampa la que siga mostrando al resto del país caminos alternativos. Medidas anteriores -créditos a tasa cero, aumento impositivo a la banca privada entre otras- van consolidando una tendencia que empieza a tener reconocimiento nacional.

 

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