Sabado 27 de abril 2024

Sin proyecto de país

Redacción 28/03/2024 - 00.26.hs

Dos noticias del orden local, publicadas en nuestra edición de ayer, dan cuenta de lo que ya aparece como una amarga certeza: la administración nacional que lleva cien días en el poder carece por completo de un proyecto de país viable.

 

Las funestas noticias de ayer son, por una parte, el anuncio de despidos entre el personal de la Dirección Nacional de Vialidad en La Pampa, incluyendo empleados altamente calificados y con antigüedad. La otra noticia da cuenta de las dificultades que están teniendo los organismos pertenecientes al fuero federal del Poder Judicial, que por falta de envío de recursos apenas si pueden hacer frente a la masa salarial, y hasta tiene en falta insumos básicos como -sin ir más lejos- los reactivos químicos necesarios en toda investigación sobre tráfico de estupefacientes.

 

No hay dudas de que el modelo que se intenta implementar no es desarrollista: toda la política económica nacional, y en particular, la liberación de importaciones y la quita de subsidios, atenta contra la subsistencia de la industria nacional. Ya comienzan a anunciarse los cierres de pymes dedicadas a ese rubro, las suspensiones y planes de retiro voluntario implementados por las empresas fabriles principales para desprenderse de trabajadores.

 

Aunque este rumbo económico aparece claramente como no deseable -pese a que algunos representantes del ámbito industrial parecen no advertirlo- lo cierto es que el gobierno tampoco es coherente con la implementación de un modelo extractivista, basado en la mera exportación de materias primas, como sugeriría su recurrente discurso de añorar la Argentina de comienzos del Siglo XX.

 

Los historiadores serios coinciden en que esa vuelta al pasado tampoco resultaría plausible: hablamos de un país donde las mujeres carecían de derechos civiles, cundía la pobreza y la marginalidad, el sistema político propiciaba el fraude electoral, y la economía estaba engrillada por el vínculo semi-colonial que nos unía a Gran Bretaña. Ese sistema económico colapsó, inevitablemente, con la crisis de 1930 y la decadencia del Imperio Británico, momento en el que -además de coincidir localmente con el primer quiebre del orden democrático- hay que colocar el comienzo de la debacle económica nacional.

 

Igualmente, aunque se aceptara a título de hipótesis que esa economía extractivista pudiera ser un programa de gobierno viable, la verdad es que las medidas de "austeridad" impulsadas a nivel nacional resultan contraproducentes a ese fin.

 

La extracción y exportación de materias primas requiere de una infraestructura robusta, tanto vial como ferroviaria, particularmente en un país extenso como el nuestro. Desfinanciar a Vialidad, en una provincia petrolera como La Pampa, que además arrastra un importante deterioro en su red de rutas nacionales, no hace más que aumentar los costos de las explotaciones privadas que se dice favorecer. Y otro tanto corre para los ferrocarriles, que fueran cruciales para el modelo de hace cien años atrás, y que ahora se ven privados hasta de la tímida reinversión que intentó el gobierno anterior.

 

Por su parte, la desfinanciación de la actividad judicial y policial resulta inconcebible si lo que se busca es generar un clima de negocios favorable, que no puede lograrse sin una adecuada seguridad jurídica. Si se tiene en cuenta, además, el auge de la actividad del narcotráfico en jurisdicciones vecinas, este abandono adquiere ribetes de suicidio institucional.

 

Por último -pero no menos importante- habría que recordar que el presidente Julio A. Roca, prócer de la actual administración, tuvo como política invariable la inversión en la educación pública, gratuita y laica. Cuatro palabras, esas últimas, que hoy brillan por su ausencia.

 

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