Sabado 31 de mayo 2025

"No queríamos convertirnos en una banda de jubilados"

Redacción 16/01/2009 - 03.13.hs

El conjunto acompañó los primeros fervores que despertaba la figura de su cantante, Sandro, en la naciente escena del rock de los '60 en el país. Hace quince años, dos de sus integrantes retomaron el proyecto musical y ahora preparan un disco.
"No estamos en la parte lenta de la cosa", advierte Lito Vázquez, guitarrista y fundador del conjunto "Sandro y los de Fuego", uno de los primeros criollos en ponerle camisetas y pantalones rotos al rock and roll. Las canciones, interpretadas en castellano, y los audaces movimientos que colmaron de suspiros los escenarios de tantos clubes hace cuatro décadas conforman el repertorio del grupo, que volvió a reunirse hace quince años, luego de estar 20 sin actividad.
El trabajo de esta nueva etapa se presentará mañana a las 23.30, durante un show en Casino Club Santa Rosa, junto a otro de los músicos que dio origen al proyecto a principios de los años '60, Héctor Centurión. El bajista fue la voz de la banda hasta que Roberto Sánchez, quien prefería la guitarra a cantar, debió tomar su lugar.

 

Pioneros.
"Eramos amigos del colegio y del barrio", dice Vázquez, al recordar al inseparable trío, que conformaba junto a Sandro y Centurión en Lanusse, cuando eran adolescentes y empezaron a ver que ese rock, de palabras inglesas que no terminaban de entender, le caía bien a la platea de escuelas y bailes, donde actuaban.
El primer Luna Park como teloneros los llevó a escena con vigorosos temas y coreografías y una apariencia rebelde y despreocupada, que fue bien recibida por el público, como explica el guitarrista. "Era un tiempo en se escuchaba folclore y tango, el rock comenzaba a abrirse paso en el país y los espectadores acudían de traje y corbata a un recital: teníamos dieciséis o diecisiete y nos tirábamos al suelo para hacer una canción", cuenta el músico, entre las pruebas que convirtieron al conjunto en pionero del género.
Siguieron tres discos, la apertura del grupo en la TV junto a Pipo Mancera y una agenda inagotable de presentaciones, con canciones de bandas extranjeras que versionaban en castellano. "Solíamos tener seis o siete por noche".

 

Por "engrupidos".
El conjunto se disolvió hacia 1965. ¿Los motivos? Por "engrupidos", define. "Es que cada uno pensaba que podía hacer un camino en forma individual, pero el verdadero artista y quien provocaba ese fervor incontenible era Roberto".
Uno de los músicos, el guitarrista Enrique Irigoitia, se convirtió en taxista. El baterista Armando Luján se retiró. Centurión incursionó por el tango y acompañó a prestigiosos artistas, entre ellos los Mores. Vazquez, por su parte, se dedicó a la representación de bandas.

 

Dos generaciones.
Cuando "Los de fuego" volvió a pensar en el escenario, sus integrantes tenían en claro el perfil que asumiría el conjunto. "No queríamos convertirnos en una banda de jubilados", explica.
Junto al bajista, se pusieron a buscar a jóvenes músicos para que el grupo tuviera sobre tablas la energía con la que se hizo conocer. Matías Torres (primera guitarra), Leonardo Arenas (batería) y Fernando Ortega (voz) se incorporaron a la formación, donde hoy conviven dos generaciones: "Nosotros vivimos la historia del rock y a ellos se la vamos contando, un intercambio que es muy rico y en el que los mismos chicos se han comprometido en la conformación del repertorio, buscando canciones".
Este año, "Los de fuego" grabará un disco que recupera buena parte del trabajo de estos últimos años, junto a los grupos "Arbol", "Ataque 77" y los solitas Emmanuel Horvilleur o Pippo Cipolatti, entre muchos otros. "La banda suena más moderna, pero no ha perdido su esencia", asegura Vázquez.

 


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