Juegos de la Araucanía: el fútbol masculino de La Pampa se consagró campeón

(PUNTA ARENAS / ENVIADO ESPECIAL) - El seleccionado pampeano de fútbol se coronó campeón de los Juegos Binacionales de la Araucanía “Aysén 2024”, tras superar en la final a Ñuble por 2 a 0, y recuperó la corona que había conseguido por última vez en 2022.

Con goles de Bruno Fernández y Fabricio Piacenza, uno en cada tiempo, La Pampa jugó un partidazo en el Estadio Fiscal Antonio Ríspoli Díaz de Punta Arenas, dejando en claro que el título quedó en manos de un equipo que estuvo a la altura del mote de ser “el mejor de la región sur de Argentina y Chile”.

En una tarde muy fría, con mucho viento y por momentos bajo la lluvia, el elenco de Nicolás Sartori jugó quizás su mejor partido del torneo, prácticamente anulando a un rival como Ñuble, que está representado íntegramente por el equipo juvenil de Ñublense, un club de la Primera División de Chile.

En la final, La Pampa formó con Thomás Virto; Máximo Giménez, Valentino Capello, Manuel Bernal y Francisco González; Joaquín Giacobbe, Francisco Parada, Cristian Vega y Uriel Arregui; Fabricio Piacenza y Bruno Fernández. Luego ingresaron Cristian Videla, Benjamín Bravo y Vicente Almudévar.

Equipo serio.

El “coscorrón” que le dio el DT Sartori a uno de los futbolistas de La Pampa explica gran parte de la consagración. Mientras los chicos pampeanos festejaban el título, un par de jugadores del rival se acercaron a discutir con intenciones de pelear, y cuando uno de los recién consagrados campeones amagó con responder, el entrenador lo puso rápidamente en su lugar.

Ese gesto, simple y a la vez profundo, fue una muestra de la seriedad del equipo pampeano, que supo reponerse de momentos difíciles, que siempre tomó con responsabilidad y audacia cada compromiso, que aprendió de los errores, que se respetó a sí mismo y a los demás, y que a partir de todos esos aspectos terminó construyendo una fortaleza propia que al final le permitió ganar con solvencia el partido más difícil del torneo.

El de esta tarde fue un partidazo. La Pampa maniató a Ñuble, con firmeza y una concentración de campeón en el aspecto defensivo, y con eficacia para golpear en los momentos más importantes en ofensiva.

Ñuble mostró que maneja muy bien la pelota, con excelentes controles y buena circulación, pero se chocó contra un equipo que no le dejó espacios para llegar con claridad al área. Y prácticamente los chilenos no le patearon en todo el partido al arquero Thomás Virto.

El primer gol llegó a los 28 minutos, cuando Cristian Vega recuperó alto y asistió al Tanque Fernández, quien controló, so tomó el tiempo de los goleadores y definió con clase para el 1 a 0.

En el segundo tiempo, con un intenso viento en contra, La Pampa se refugió en su campo, aguantó sin mayores inconvenientes los momentos en que Ñuble manejó la pelota y fue inteligente para administrar las fuerzas y los tiempos.

Además se vio beneficiada por una situación insólita, porque un jugador de Ñuble se fue lesionado y el equipo rival no lo reemplazó, por lo que jugó casi medio tiempo con uno menos, hasta que sobre el final se percataron del olvido e hicieron ingresar al reemplazante.

El broche del campeonato lo pusieron los pibes de La Pampa a los 37, cuando Uriel Arregui –uno de los mejores jugadores del torneo- hizo una gran jugada por izquierda, envió el centro, el arquero –que ya tuvo concentraciones con la Primera División de Ñublense- la dejó viva y el capitán Piacenza la empujó a la red.

Quedaban unos minutos y ya todo estaba definido, pero el equipo no se relajó. Como en todo el torneo, fue serio, se entregó y trabajó hasta el silbatazo final. Después llegaron los festejos, más que merecidos para el mejor equipo del sur de Argentina y Chile.