La mejor versión para levantar la copa
Giuilano Guinchinao quedará retratado para siempre en la historia de All Boys de Santa Rosa como el jugador que marcó los dos goles en la finalísima ante el bravo Unión Deportiva Campos de General Acha, para darle a los capitalinos el título número 46 en la Liga Cultural de fútbol.
El ex Belgrano jugó un partidazo en La Trinchera Albiceleste, donde desde el minuto inicial se mostró, la pidió, se fajó y hasta se expuso al rigor físico rival, terminando el primer tiempo con un corte en el labio y el segundo con otro en la nariz.
Encarando en todo momento, guapeando cuando lo golpeaban y marcando los dos golazos que definieron la historia (2-1) a favor del Auriazul, "Giuli" jugó su mejor partido del campeonato, luego de una temporada irregular en la que le costó resolver correctamente todo lo que insinuaba con su habituales regates y corridas.
Pero en el momento en el que su equipo más lo necesitaba, el "Di María" alboyense dijo presente con personalidad, juego y goles. "Este año en el campeonato fui un desastre, es cierto. Hablando en serio, intentaba y daba lo mejor de mí, pero no me salían las cosas. Pero el grupo me dio confianza cuando las cosas no me salían, y gracias a Dios y a la confianza de ellos se me dio que en el último partido me salga todo. Salió al final, en la final. Me salieron todas", dijo con sinceridad y orgullo el héroe alboyense en la tarde achense.
Con una enorme sonrisa que disimulaba sus heridas, el mediocampista ofensivo habló durante los festejos sobre la rudeza del partido, en el que All Boys debió exigirse al máximo para equiparar el potencial físico del rival. "Así había que terminar (con heridas); había que sacrificarse por el equipo. Habíamos hablado con los muchachos que iba a ser una final de 190 o 200 minutos muy ajustados y apretados, de juego físico, y así se dio", analizó.
"En el primer tiempo ellos fueron muy físicos y nos llevaron un poco por delante. Después del gol en contra nos costó un poquito, pero en el entretiempo acomodamos las cosas, salimos a jugarlo de otra manera y se nos dio", agregó Guinchinao, que empató el partido con un cabezazo perfecto a un centro medido de Agustín Servetto, y que lo definió en el cierre con una sutileza genial cuando todo era nervios y desesperación.
Por otra parte, el goleador de la final valoró el título por darse ante "un equipazo" como Campos. "Armaron un plantel y un equipo muy bueno, de lo mejor junto a nosotros. A veces al subcampeón se lo subestima, pero Campos es un terrible equipo y quiero felicitarlos", destacó.
Y dejó su impresión final para resumir una nueva coronación de All Boys, aún en un torneo en el que las cosas no le salieron del todo bien: "A medida que fueron pasando los cruces nos fuimos haciendo más fuertes. No sé; algo tiene este club... La historia del club manda".
El "Julián" del campeón.
"Nos preparamos todo el año para esto, como lo demanda All Boys", señaló durante la celebración Agustín Servetto, el goleador del campeón a lo largo de una temporada en la que, "a lo Julián Alvarez", no sólo se destacó marcando goles, sino también presionando, asistiendo, recuperando, generando espacios y preocupando permanentemente a los rivales.
"A principios de año se nos subestimó un poco por la ida de tantos jugadores, pero a lo largo del año nos supimos sobreponer a todas esas cosas, a todo, y se nos dio", agregó el delantero.
Al hacer un análisis de la final en General Acha, señaló: "En el primer tiempo nos ganaban la segunda pelota y a partir de ahí construían, pero en el segundo pudimos aprovechar más los espacios a espaldas de los centrales. Y después del primer gol, si hubiésemos estado más finos lo definíamos antes".
Finalmente, "Julián" habló del aura ganadora de All Boys en el ámbito culturalista. "Cuando entrás al club te inculcan esas ganas de perseverar cuando las cosas no salen, esas ganas de ganar siempre..., y a uno de a poco eso se le va metiendo adentro y después se ve reflejado", sentenció.
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