Martes 16 de abril 2024

Una fiesta familiar

Redacción 21/11/2022 - 10.03.hs

La final de fútbol masculino marcó el cierre de la participación pampeana en los Juegos Binacionales de la Araucanía "Los Lagos 2022". En una jornada llena de alegrías, el triunfo de los chicos de la provincia terminó de darle brillo a una actuación general que fue histórica, debido a que La Pampa volvió a subir a un podio luego de doce largos años.

 

Mientras los dirigidos por Sergio Guerra edificaban lo que terminó siendo un triunfo contundente sobre Chubut, a las tribunas del bello Estadio Chinquinhue de Puerto Montt llegaban las buenas noticias desde donde el resto de los pampeanos pugnaba por otros oros.

 

El primer aplauso generalizado se escuchó cuando, vía Whatsapp, comunicaron que en el Gimnasio Municipal ubicado en centro de la misma ciudad había finalizado la final de vóleibol masculino, con una victoria rotunda por 3 a 0 sobre Santa Cruz.

 

La tarde empezó a tomar definitivamente los colores de la delegación pampeana unos minutos después, cuando el equipo de la TV Pública Pampeana anunció a través de la voz del relator Anibal Reynoso que en Castro también había salido campeón el básquet pampeano,por el triunfo ante Chubut.

 

Dos de las tres finales por equipos ya estaban adentro. Quedaba por definirse el fútbol, que luego de un primer tiempo cambiante, con un mejor inicio de Chubut y un dominio posterior de La Pampa, comenzaba a transitar el complemento bajo una llovizna persistente (por momentos copiosa lluvia) y un frío intenso que apenas era matizado por esas buenas noticias deportivas y por la adrenalina que generaba lo que sucedía unos metros abajo.

 

La delegación de natación, que había terminado de competir el día anterior a pocos metros del estadio, en las lindas instalaciones de la Universidad de Los Lagos, estaba apiñada en las plateas, cubriéndose hasta con una bandera y alentando al seleccionado de fútbol. Un poco más arriba, algunas autoridades y delegados pampeanos también hacían fuerza, conscientes de que otro título los metía en el podio de los Juegos.

 

Quienes más lo sufrían, sin embargo, eran los familiares de los futbolistas, que habían hecho los más de 1.200 kilómetros que separan a La Pampa de la capital de la región chilena de Los Lagos, y que desde el primer día dijeron presente con sus gritos de aliento y sus cábalas a cuestas.

 

Entre ellos, la mamá de los hermanos Ignacio y Facundo Kalinger iba y venía entre las butacas, con su indumentaria cabulera y una medallita entre los dientes. Así en la final como en el primer encuentro.

 

Abajo, en el sintético del estadio que en 2015 albergó al Mundial Juvenil Sub 17, los pibes pampeanos jugaban su mejor partido. Concentrados, decididos y lúcidos, poco a poco iban llevando sobre su arco a los chubutenses.

 

Los goles cayeron como consecuencia de un rendimiento en crecimiento que encontraba, en esa final, su mejor versión. Y los principales protagonistas, como si los ruegos que llegaban desde arriba hubieran hecho efecto, fueron los hermanos santarroseños.

 

A los 22 minutos, Facundo Kalinger encaminó el triunfo y lo fue a festejar con su mamá, que lo vivía a su estilo, caminando, en ese momento cerca del arco rival. Su hermano Ignacio lo consolidó a los 28 con una volea hermosa y otra vez Facu, a los 44, lo cerró para garantizar el tercer grito de campeón de La Pampa en la jornada final de los Juegos.

 

"Las sensaciones son hermosas. Compartir la cancha con un hermano y con la familia en la tribuna, es único. Yo perdí el año pasado la final de los Epade con Chubut, por lo que esta es la revancha", señaló Ignacio luego de los festejos por el título. "Es hermoso jugar con un hermano este tipo de partidos; es hermoso compartirlo con todos, pero con él es especial", agregó Facu.

 

A pocos metros, ya sobre la alfombra del sintético y bajo la lluvia, mamá y papá los esperaban para darles el abrazo del campeonato. El resto seguía festejando, algunos con allegados (la familia de Tomás Bello viajó desde Intendente Alvear) y la mayoría entre ellos. "El compañerismo es lo mejor de este equipo”, resumió el capitán Octavio "Tano" Rebollo, que hubiera sido elegido como “el jugador del torneo” si hubiese existido un premio con ese título.

 

Entre ellos, el que también celebraba era Ceferino Almudévar. El subsecretario de Deportes provincial, que felicitaba a los chicos y les prometía un premio especial ("largá la ropa", le cantaban con gracia los jugadores), no paraba de sonreír.

 

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