Domingo 28 de abril 2024

Liberan a 207 trabajadores esclavizados

Redacción 02/03/2023 - 00.38.hs

La liberación de 207 personas reducidas a la esclavitud que trabajaban en la vendimia para las principales bodegas del sur de Brasil, desnudó una ola de declaraciones prejuiciosas y racistas desde grupos empresarios quienes argumentan que la mano de obra escasea por causa de los planes sociales, y de un político bolsonarista, que convocó a contratar argentinos en lugar de afrodescendientes brasileños.

 

El gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva ordenó a la Agencia de Promoción de Exportaciones (APEX-Brasil) que eliminara a las tres compañías de vinos y espumantes más grandes del país (Aurora, Salton y Cooperativa Garibaldi) de las próximas ferias internacionales donde se presenten productos locales.

 

Si bien las empresas (de gran prestigio en el mercado) respondieron mediante comunicados de prensa, aclarando que desconocían el trato hacia los trabajadores e informando que cancelaron el contrato con la prestadora de servicio, su regreso a las ferias internacionales dependerá del resultado de las investigaciones.

 

Lograron escapar.

 

El caso fue descubierto cuando cuatro trabajadores lograron escapar de una hacienda donde realizaban la vendimia y denunciaron la situación ante los efectivos de la Policía Federal de Caminos de Bento Goncalves (Río Grande do Sul), localidad conocida por la inmigración italiana que desarrolló la industria vitivinícola en Brasil, actual potencia mundial en espumantes.

 

Tras la denuncia de los trabajadores, el 23 de febrero el Ministerio del Trabajo realizó un procedimiento de liberación y descubrió que la mayoría provenía del estado de Bahía (noreste), donde habían sido contratados por 45 días para levantar la cosecha de la empresa Fenix, encargada de proveer a las tres gigantes del sector vitivinícola del sur. La empresa pagó el martes las cargas sociales adeudadas y multas por un valor equivalente a los 211.000 dólares.

 

Los trabajadores, que filmaron las condiciones precarias en que se encontraban, no habían cobrado los prometidos 3.000 reales de salario (unos 600 dólares), debían comprar productos al almacén de la empresa, carecían de higiene, dormían en el piso y el comedor de la finca solo tenía arroz, porotos y pollos en mal estado.

 

Según la investigación, aunque la empresa prohibía los teléfonos celulares, un trabajador había conseguido entrar un dispositivo, con el que pudo pedir un automóvil mediante la aplicación Ubre, que los llevó hasta el puesto policial de la ruta.

 

Torturas.

 

También se comprobó que algunos trabajadores habían grabado en video y subido a las redes sociales las condiciones de trabajo, razón por la cual varios "agentes de seguridad" de la empresa golpearon a cinco trabajadores. El gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, informó que abrió una causa en Asuntos Internos para determinar si hubo policías que participaron de las amenazas y golpizas, como sospecha la fiscalía tras descubrir que la represión incluyó gas pimienta y shocks eléctricos.

 

En medio del escándalo la patronal Centro de Industria, Comercio y Servicios de Bento Gonçalves repudió el episodio, pero consideró que el sometimiento a la esclavitud está vinculado a la falta de mano de obra, utilizando el argumento de los seguidores de Jair Bolsonaro, que rechazan los programas de asistencia contra el hambre. "Hay un amplio sector de la población con plenas condiciones productivas que se encuentra inactiva, sobreviviendo mediante un sistema asistencialista que no tiene nada de saludable para la sociedad", expresó la central empresaria mediante un comunicado.

 

Expresiones racistas.

 

La ola de indignación alcanzó su pico máximo cuando un dirigente bolsonarista de Caxias do Sul, subió a su tribuna de concejal para formular un discurso racista y xenofóbo contra los trabajadores afrodescendientes que provienen de Bahía. El concejal Sandro Fantinel, del partido ultraderechista Patriota, despreció la capacidad de los nordestinos, un prejuicio presente en las clases medias blancas del sur y el sudeste: "les pido a las empresas que no contraten gente de allá arriba del mapa. Van a querer que les paguen una empleada para que limpie todos los días, y quizás pidan un hotel cinco estrellas para no causar problemas", dijo.

 

El edil utilizó a la Argentina como ejemplo, y convocó a los bodegueros del sur brasileño a crear un mecanismo para contratar empleados argentinos y no a los brasileños de Bahía "que tocan el tambor y quieren estar en la playa todo el día".

 

"Las empresas que tienen argentinos trabajando los aplauden porque son limpios, trabajadores, correctos, cumplen con el horario, mantienen la casa limpia y cuando termina la cosecha agradecen al patrón", afirmó Fantinel, que fue acusado de racismo por dos ONGs, entre ellas Educafro. El gobernador de Bahía, Jerónimo Rodríguez (PT) consideró "inhumano, vergonzoso e inadmisible que haya brasileños capaces de defender la crueldad humana" y su par de Río Grande do Sul, Eduardo Leite (PSDB, opositor), calificó de "asqueroso" el discurso y repudió el "odio y la intolerancia".

 

El Ministerio de Trabajo informó que de los 207 empleados rescatados en Bento Gonçalves, 194 regresaron a Bahía, y que los restantes tiene residencia en Río Grande do Sul.

 

(Télam)

 

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